Juan
21; 19-23
Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a
Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.
Volviéndose Pedro, vio
que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se
había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha
de entregar?
Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y
qué de éste?
Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta
que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú.
Este dicho se extendió entonces entre los
hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría,
sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti?
La muerte de
Pedro sería violenta. "A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me
seguirás después". Cuando Jesús
llamó a Pedro y sus compañeros para ser apóstoles, les dijo, "Venid en pos
de mí, y os haré pescadores de hombres" (Mat_4:19). Ahora después de su
resurrección vuelve a decirle, "Sígueme". Pedro lo hizo, no como el
supuesto "Papa" de la iglesia, sino como un fiel apóstol.
Este texto
(21:15-17) indica claramente que Jesús había perdonado a Pedro por haberle
negado. Esto se confirma en la obra futura de Pedro comenzando el día de
Pentecostés.
Debemos notar lo que hizo el amor por Pedro.
(a) Le dio una tarea. Sólo podemos demostrar que amamos a Jesús
amando a otros. El amor es el mayor privilegio del mundo pero también acarrea
las mayores responsabilidades. (b) El amor dio una cruz a Pedro... El amor le
proporcionó una tarea y una cruz. El amor siempre implica responsabilidades y
sacrificios. Y no amamos a Cristo de verdad a menos que estemos dispuestos a
enfrentar su tarea y a cargar su cruz".
Estos versículos
confirman que "el discípulo a quien amaba Jesús" era uno de los
apóstoles, y seguramente si era "el discípulo a quien amaba Jesús",
era de los tres "escogidos", Pedro, Santiago y Juan, Mat_17:1; Mat_26:37;
Luc_8:51. Al hablar de los otros apóstoles Juan especifica el nombre de ellos;
por lo tanto, la única conclusión lógica es que esta descripción se puede
aplicar sólo a él mismo) Pedro pregunta acerca del futuro de Juan porque eran
íntimos amigos y se preocupaba por él.
Estaban unidos en la vida; ¿estarían unidos en la muerte?
Pedro no debería
distraerse ni por un momento pensando en lo que tal vez pasara con su amigo
Juan. Debería concentrarse en seguir a Cristo, espiritual y físicamente. Como
se ve en Hechos de los Apóstoles Pedro fielmente siguió a Cristo, a pesar de
amenazas, azotes, prisiones y muchas otras pruebas.
¿Quién más que
Juan hubiera querido aclarar lo que Jesús había dicho y, de esa manera, acabar
con un rumor falso?. Esto bien ilustra lo muy deficiente (y lo peligroso) de la
tradición oral y recalca la importancia de la palabra escrita.
El énfasis no
descansa en la misteriosa referencia a la suerte del discípulo amado, sino en
la individualización del llamamiento al discipulado. Las vías específicas
varían de un individuo a otro, pero la demanda de obediencia y sumisión
voluntaria a Cristo es la misma para todos.
¡Maranata!¡Ven
pronto mi Señor Jesús!
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