} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: ¿ENTIENDES "TU SALVACIÓN"?

viernes, 5 de octubre de 2018

¿ENTIENDES "TU SALVACIÓN"?



     La salvación es el proceso a través del cual, Dios ejerce su gracia soberana perdonando el pecado del hombre, basado en el sacrificio de Cristo en la cruz, quién murió como nuestro sustituto o en lugar nuestro. Esto ocurre cuando el hombre, capacitado por el Espíritu Santo, responde al ofrecimiento de salvación de Dios. Es ese Espíritu Santo que produce la regeneración de la naturaleza pecadora haciendo que el hombre pase de la muerte a la vida y de la oscuridad a la luz.

Juan 1:12-13 Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.”
Este versículo claramente establece que no todos somos hijos de Dios; que llegamos a ser sus hijos solo después de haber creído en Cristo como Señor y Salvador.
Todos los que aceptan a Cristo como Señor y Salvador de sus vidas renacen espiritualmente y reciben nueva vida de Dios. A través de la fe en Cristo, este nuevo nacimiento nos cambia desde adentro, reacondicionando nuestras actitudes, deseos y motivos. El nacimiento hace que uno esté vivo físicamente y permite ser parte de la familia. Al nacer de Dios, formamos parte de su familia. ¿Ha pedido que Cristo le haga una nueva persona? Este nuevo comienzo está a disposición de todo aquel que cree en Cristo.

LA SALVACIÓN SE DA EN EL TIEMPO  

La salvación en el pasado.

Efesios 1:3-6 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado.”
"Que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales" significa que en Cristo tenemos todos los beneficios de conocer a Dios: salvación, adopción, perdón, visión, dones del Espíritu, poder para hacer la voluntad de Dios, esperanza de eternidad con Cristo. Por el hecho de vivir en una relación íntima con Cristo, podemos disfrutar de estas bendiciones ahora. Lugares celestiales significa que las bendiciones son eternas, no temporales. Las bendiciones vienen de los lugares celestiales en Cristo, no del reino terrenal de la diosa Diana
 Estas incluyen todas las provisiones del evangelio expresadas por las palabras "salvación", "perdón", "redención", "reconciliación", "justificación", etc. Otras bendiciones espirituales son: (1) Dios mora en nosotros; (2) la membresía en el cuerpo de Cristo (su iglesia); (3) la esperanza de la vida eterna (1Jn_2:24); (4) todo lo necesario para establecernos y hacernos fructíferos; y (5) todo lo necesario para darnos gozo y paz; (6) el privilegio de orar; y (7) la comunión con hermanos en Cristo.
         Desde luego, todas estas bendiciones están bien relacionadas entre sí; por ejemplo, si somos salvos, es porque Cristo nos redimió, y es porque Dios nos perdonó. Dios no puede justificarnos y reconciliarnos sin perdonarnos. El morar Dios (Padre, Hijo, Espíritu Santo) en nosotros significa que recibimos todas estas bendiciones y también la fuerza espiritual para poder participar en cosas espirituales y llevar a cabo la obra de Dios aquí en la tierra.

4 enseñanzas de este pasaje:
1. Dios hizo nuestra elección de forma soberana.
2. Dios hizo esa elección antes de la fundación del mundo.
3. Nos eligió de acuerdo a su voluntad y no la nuestra.
4. Nos eligió para la alabanza de su gloria.

La salvación en el presente.
Hechos 16:31 “Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa”.
La reputación de Pablo y Silas en Filipos era bien conocida. Cuando el carcelero descubrió su verdadera condición y necesidad, lo arriesgó todo para encontrar la respuesta. Las buenas nuevas de salvación de los cristianos se expresa de manera simple. Crea en el Señor Jesús y será salvo (Rom_10:9; 1Co_12:3; Efe_2:8-9; Filp_2:11). Cuando reconocemos a Jesús como el Señor y le confiamos toda la vida, obtenemos la salvación de manera segura. Si usted nunca ha confiado en Jesús para su salvación, hágalo ya. Su vida se llenará de gozo, al igual que la del carcelero (Phi_16:34).
La salvación se hace EFECTIVA en el momento en que recibimos a Cristo como Señor y Salvador.

La salvación en el futuro.

Efesios 2:3-6 “entre los cuales también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados), y con Él nos resucitó, y con Él nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús”.
El hecho de que todas las personas, sin excepción, cometemos pecado prueba que tenemos la misma naturaleza pecaminosa. Estamos perdidos en pecado y no podemos salvarnos por nuestra cuenta. ¿Significa esto que solo los cristianos hacen cosas buenas? Por supuesto que no, muchos hacen bien a otros. En una escala relativa, muchos son morales, bondadosos, respetan las leyes, etc. Comparados con los criminales, diríamos que son muy buenos. Pero en la escala absoluta de Dios, nadie es lo suficiente bueno como para ganar la salvación ("estabais muertos en vuestros delitos y pecados"). Solo al unir nuestras vidas a la vida perfecta de Cristo podemos llegar a ser buenos ante los ojos de Dios. "Hijos de ira" se refiere a los que reciben la ira de Dios porque rechazan a Cristo.
En los versículos previos Pablo se ocupa de nuestra antigua naturaleza pecaminosa (2.1-3). Aquí Pablo enfatiza que ya no necesitamos vivir bajo el poder del pecado. Cristo destruyó en la cruz la paga del pecado y su poder sobre nuestras vidas. La fe en Cristo nos declara absueltos o "no culpables" delante de Dios (Rom_3:21-22). Dios no nos quita del mundo ni tampoco nos convierte en muñecos, sentiremos como que pecamos y algunas veces lo haremos. La diferencia radica en que antes de ser cristianos éramos esclavos de nuestra naturaleza pecaminosa, pero ahora podemos escoger vivir para Cristo (Gal_2:20).
Debido a la resurrección de Cristo, sabemos que nuestros cuerpos también resucitarán (1Co_15:2-23) y que ya se nos ha dado el poder para vivir ahora la vida cristiana (1Co_1:19). Estas ideas se hallan combinadas en la imagen de Pablo cuando habla de estar sentado con Cristo en "lugares celestiales". Nuestra vida eterna con Cristo es cierta, porque estamos unidos en su poderosa victoria.

De acuerdo al versículo 3 del pasaje anterior, ¿hijos de quién éramos antes de la salvación?
 Juan 8:41-44:Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Ellos le dijeron: Nosotros no nacimos de fornicación; tenemos un Padre, es decir, Dios.
   Jesús les dijo: Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais, porque yo salí de Dios y vine de Él, pues no he venido por mi propia iniciativa, sino que El me envió.
   ¿Por qué no entendéis lo que digo? Porque no podéis oír mi palabra.
   Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. El fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira.”

 Jesús hace distinción entre los hijos de la carne y los hijos legítimos. Los líderes religiosos descendían del patriarca Abraham (fundador de la nación judía) y por lo tanto afirmaban ser hijos de Dios. Pero sus acciones demostraban que eran verdaderos hijos de Satanás, porque vivían bajo la dirección de este. Los verdaderos hijos de Abraham (fieles seguidores de Dios) no se comportaban como ellos lo hacían. Ni el hecho de que sea miembro de una iglesia ni sus relaciones familiares lo hacen un verdadero hijo de Dios. Su verdadero padre es al que imita y obedece.

Juan 1:12-13
“Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.”
Los que reciben a Cristo creen en Cristo; los que creen en Cristo son los que lo reciben. ¿Qué significa la frase creen en su nombre? "En ti confiarán los que conocen tu nombre" (Sal_9:10), es decir, los que conocen la verdadera naturaleza de Dios. "Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria" (Sal_20:7). Confiamos en Dios porque sabemos quién es y cómo es. Creer en el nombre de Cristo significa creer en su naturaleza, aceptar que El es Dios y someternos a su divina voluntad. Creer o creer en su nombre no significa que el hombre es justificado por la fe sola; más bien, equivale a nacer del agua y del Espíritu (3:3-5). Significa obedecer al evangelio (como se ve claramente a través del libro de Hechos). "Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos" (Gál_3:26-27).




¿Cuál es la garantía de mi salvación de acuerdo a estos pasajes?

Efesios 1:13-14
“En El también vosotros, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados en El con el Espíritu Santo de la promesa,  que nos es dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios , para alabanza de su gloria.”
El Espíritu Santo es el sello de Dios de que le pertenecemos y su depósito o arras nos garantiza de que El hará lo prometido. El Espíritu Santo es un anticipo, un depósito, una firma válida en un contrato. Su presencia en nuestras vidas ratifica que tenemos una fe genuina y prueba que somos hijos de Dios. Ahora su poder obra en nosotros la transformación de nuestras vidas y es un adelanto del cambio total que experimentaremos en la eternidad.

Filipenses 1:6
“estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.”

El Dios que comenzó la buena obra en nosotros la continuará a través de nuestra vida y la terminará cuando le veamos cara a cara. La obra de Dios por nosotros comenzó cuando Cristo murió en la cruz en nuestro lugar. Su obra en nosotros comenzó cuando creímos en El. Ahora el Espíritu Santo vive en nosotros, capacitándonos para que cada día seamos más semejantes a Cristo. Pablo describe el proceso de crecimiento y madurez del cristiano que comienza al aceptar a Cristo y seguirá hasta que Cristo vuelva.
  ¿Ha sentido alguna vez que no hay progreso en su vida espiritual? ¡Cuando Dios inicia un proyecto, lo termina! Como en el caso de los filipenses, Dios obrará en usted y le ayudará a crecer en gracia hasta que complete el trabajo en su vida. Cuando esté desanimado, recuerde que Dios no lo abandonará. El promete terminar la obra que ha comenzado en usted. Cuando se sienta incompleto o afligido por sus faltas, recuerde las promesas y provisiones de Dios. No permita que su condición actual le robe el gozo de conocer a Cristo o le impida crecer más cerca de Él.

2 Timoteo 1:12
“Por lo cual también sufro estas cosas, pero no me avergüenzo; porque yo sé en quién he creído, y estoy convencido de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día.”

La frase "para guardar mi depósito" tiene tres interpretaciones principales: (1) Pablo sabía que Dios protegería las almas de aquellos que se habían convertido por medio de su predicación; (2) Confió en que Dios guardaría su alma hasta la segunda venida de Cristo, o (3) Confiaba en que, aun cuando él estaba preso y enfrentaba la muerte, Dios llevaría adelante el ministerio del evangelio por medio de otros como Timoteo. Pablo pudo haber expresado su confianza para alentar a Timoteo, quien se hallaba desanimado por los problemas en Efeso y temeroso de la persecución. Aun en la cárcel, Pablo sabía que Dios todavía estaba en el control. A pesar de los contratiempos y problemas que enfrentemos, podemos confiar completamente en Dios.

Nuestra salvación ha sido asegurada porque:
1. Hemos sido sellados por el Espíritu Santo, El garantiza nuestra elección.
2. Aquel que comenzó la buena obra en nosotros será fiel en completarla.
3. Él es Poderoso para guardar nuestro “depósito” hasta aquel día.

Por todo esto decimos que nuestra salvación no se pierde  
Nada puede separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús y nadie puede arrebatarnos de sus manos. El verdadero creyente puede apartarse del camino pero NO SE PIERDE. Dios le regresa a su casa tarde o temprano, a veces a través de experiencias difíciles. Él es el Buen Pastor.

El que aparenta ser creyente puede desviarse y perderse después de haber estado en el Camino. ¿Por qué?
 1 Juan 2:19
“Salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron, a fin de que se manifestara que no todos son de nosotros.”
Los anticristos no fueron totalmente extraños a la iglesia; un día salieron de ella, pero en realidad no pertenecieron a ella. Juan no dio una razón por la que no permanecieron. Es claro que sus razones para formar parte, al comienzo, fueron equivocadas. Hoy muchas personas son "cristianas" por menos que las mejores razones. Quizás ir a la iglesia sea una tradición familiar. A lo mejor gustan de los contactos sociales y de negocios que pueden desarrollar allí. O posiblemente el ir a la iglesia es un hábito de años, y nunca se detuvieron a preguntarse por qué lo hacían. ¿Cuál es su razón fundamental para ser cristiano? A menos que sea una razón cristocéntrica, usted podría en realidad no serlo. No debiera conformarse con menos de lo que es mejor. Usted puede relacionarse con Cristo personalmente y llegar a ser un discípulo leal y confiable.
Habían entrado en la comunión con Dios y con los hermanos, pero no todo el mundo continúa en ella (Mat_13:20-21; 1Ti_1:19). Los versículos subsecuentes en este capítulo, que exhortan a los lectores a permanecer en Cristo presuponen la posibilidad de apartarse de la fe como lo hicieron aquéllos.

Judas siempre pareció ser uno de los 12 apóstoles, pero la Palabra afirma que éste nunca creyó.

 Juan  6:7071
“Jesús les respondió: ¿No os escogí yo a vosotros, los doce, y sin embargo uno de vosotros es un diablo?
   Y Él se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote, porque éste, uno de los doce, le iba a entregar.”

Como respuesta al mensaje de Jesús, algunas personas se fueron; otros se quedaron y creyeron de verdad; y algunos, como Judas, se quedaron pero intentaron usar a Jesús para ganancia personal. Muchas personas hoy en día se alejan de Cristo. Otros fingen seguir, asistiendo a la iglesia por una cuestión social, para recibir aprobación de familia y amigos, o relaciones de negocio. Pero en realidad solo hay dos respuestas posibles a Jesús: lo acepta o lo rechaza. ¿Cómo ha respondido a Cristo?

El papel de las obras en la salvación.
Efesios 2:8-9.
“Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios;  no por obras, para que nadie se gloríe.”

Llegamos a ser cristianos mediante el don inmerecido de Dios, no como el resultado de algún esfuerzo, habilidad, elección sabia o acto de servicio a otros de nuestra parte. Sin embargo, como gratitud por este regalo, buscamos servir y ayudar a otros con cariño, amor y benevolencia y no simplemente para agradarnos a nosotros mismos. Si bien ninguna acción u "obra" nos puede ayudar para obtener la salvación, la intención de Dios es que nuestra salvación resulte en obras de servicio. No somos salvos solo para nuestro beneficio, sino para el de Él, para glorificarle y edificar la Iglesia.
 Las obras son la evidencia de nuestra salvación y no el instrumento para salvación.

Una Fe sin obras es una Fe muerta = Cuando no hay obras se evidencia que no se ha creído.
La verdadera Fe va acompañada de obras. Nuestras obras no pueden contribuir a nuestra salvación porque aún las mejores obras son como trapos de inmundicia (Isaías 64:6)

EL BAUTISMO ES UN MANDATO.
Mateo 28:19-20
“Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”
Los discípulos debían bautizar personas porque el bautismo une al creyente con Jesús en su muerte por el pecado y su resurrección a una vida nueva. El bautismo muestra sumisión a Cristo y disposición a vivir en la forma que Dios quiere.

Hechos 8:36-38
“Yendo por el camino, llegaron a un lugar donde había agua; y el eunuco dijo: Mira, agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?
   Y Felipe dijo: Si crees con todo tu corazón, puedes. Respondió él y dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
   Y mandó parar el carruaje; ambos descendieron al agua, Felipe y el eunuco, y lo bautizó.”
El bautismo es una señal de identificación con Cristo y su comunidad. Sin embargo, no hubo testigos alrededor de Felipe, lo importante era que el eunuco se bautizara.  
El Bautismo es un testimonio público de lo que ha ocurrido en nosotros y es simbólico del paso de la vida anterior a la nueva vida. Este es otro peldaño en el proceso de santificación. Cada paso de obediencia contribuye a nuestra santificación.


El bautismo de Cristo no fue igual al nuestro pero tuvo similitudes.
1) Él fue bautizado cuando su vida cambió de función: de carpintero a “Mesías”. Nosotros somos bautizados cuando pasamos de la vida vieja a la vida nueva.
2) Fue también un testimonio público. Juan el Bautista dijo: “Y yo no le conocía, pero para que El fuera manifestado a Israel, por esto yo vine bautizando en agua” (Juan 1: 31). En el bautismo de Jesús, Juan el Bautista lo declaró como el Mesías. En ese momento Dios le dio una señal a Juan de que en verdad Él había enviado a Jesús. Juan y Jesús eran parientes (Luc_1:36), de modo que Juan sabía quién era. Pero no fue sino hasta su bautismo que Juan comprendió que Jesús era el Mesías. Aquí vemos otro propósito del bautismo de Juan. No solamente bautizaba a la gente para remisión de pecados, sino que también era testigo de la deidad de Cristo.
 Nuestro bautismo es un testimonio público de nuestro cambio y de quiénes somos ahora en Cristo Jesús.
3) Nuestra vida de obediencia requiere que nos bauticemos después de haber creído. “Es una obligación y no una opción. Esto claramente indica que al predicar "el evangelio de Jesús" se anuncia también lo que el pecador debe hacer para ser salvo ("el que creyere y fuere bautizado será salvo", Mar_16:16; Mat_28:19; Hch_2:38). Cuando el eunuco aprendió el plan de salvación, quería ser bautizado inmediatamente.

¿Por qué sólo bautizamos a creyentes?
a) En la Palabra no hay un solo bautismo de niños.
b) Todos los bautismos registrados en la Palabra ocurrieron después de haber creído.
El bautismo de Juan el Bautista en agua fue preparatorio, porque era para arrepentimiento y simbolizaba el lavado de los pecados. Jesús, en contraste, bautizaría con el Espíritu Santo. Enviaría al Espíritu Santo sobre los creyentes para que les impartiera poder para vivir y enseñar el mensaje de salvación. Esto ocurrió después de que Jesús resucitó y ascendió al cielo
Como el bautismo es simbólico de lo que ocurrió en nosotros, no puede hacerse hasta que hayamos creído.

El Papel de la Trinidad en la Elección.-
·       Dios PADRE hizo la elección (Efesios 1:3-6)
·       Dios PADRE le regaló” al HIJO Esos a quien El eligió” (Juan 17:2,6,9,24)
·       Dios HIJO pagó el precio de la redención. Apocalipsis 5:9
·       Dios ESPIRITU SANTO sella y preserva a los que Dios eligió y el Hijo redimió hasta el día de Jesucristo (Efesios 1:13)

Aunque el método de Dios y su significado van más allá de nuestra comprensión, Él no es arbitrario. Gobierna el universo y nuestras vidas en perfecta sabiduría, justicia y amor.
En un análisis final, todos dependemos absolutamente de Dios. Él es la fuente de todo, incluyendo a nosotros mismos. Es el poder que sustenta las leyes del mundo en que vivimos. Y Dios lleva a cabo todas las cosas para la gloria de El mismo. El Dios todopoderoso merece nuestra alabanza.


Porque de Él, por El y para El son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén.


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