} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS (Catecismo de Heidelberg)

lunes, 1 de octubre de 2018

LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS (Catecismo de Heidelberg)




Pregunta: ¿Cuál es la Ley de Dios? 

Respuesta: Y habló Dios todas estas palabras: (Éxodo 20:1-17; Deuteronomio 5:6 - 21).
Yo soy Jehová (El Señor), tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 

PRIMER MANDAMIENTO: 

No tendrás dioses ajenos delante de mí. 

SEGUNDO MANDAMIENTO: 

No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra, No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visitó la maldad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, de los que me aborrecen; y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. 

TERCER MANDAMIENTO: 

No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. 

CUARTO MANDAMIENTO: 

Acuérdate del día de reposo para santificarlo; seis días trabajarás, y harás toda su obra; mas el séptimo día es de reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú ni tu hijo, ni tu hija ni tu siervo ni tu criada ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. 

QUINTO MANDAMIENTO: 

Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. 

SEXTO MANDAMIENO: 

No matarás. 

SEPTIMO MANDAMIENO: 

No cometerás adulterio. 

OCTAVO MANDAMIENTO: 

No hurtarás. 

NOVENO MANDAMIENTO: 

No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. 

DECIMO MANDAMIENTO: 

No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. 


Pregunta: ¿Cómo se dividen estos diez mandamientos? 

Respuesta: En dos tablas (a): De las cuales la primera enseña lo que debemos hacer para con Dios; la segunda, lo que debemos hacer para con nuestro prójimo (b).

a. Deut. 4:13; Ex. 34:28; Deut. 10:3, 4.-b. Mateo 22:37- 40. 

Pregunta: ¿Qué manda Dios en el primer mandamiento? 

Respuesta: Que yo, que deseo la salvación de mi alma, evite y huya de toda idolatría (a), hechicería, encantamiento, superstición (b), invocación de santos y de otras criaturas (c); y que conozca rectamente al único verdadero Dios (d), en El sólo confié (e) con toda humildad (f) y paciencia, a El que de todo corazón le ame (i), tema (j) y reverencie (k); de tal manera que esté dispuesto a renunciar a todas las criaturas antes que cometer la menor cosa contra su voluntad (l). 

a. 1 Juan 5:21; 1 Cor. 6:10; 1 Cor. 10:7, 14.-b. Lev. 10:31; Deut. 18:9, 10.-c. Mateo 4:10; Apoc. 19:10; Apoc. 22:8, 9.-d. Juan 17:3.-e. Jer.17:5, 7.-f. 1 Pedro 5:5.-g. Hebr. 10:36; Col. 1:11; Rom. 5:3, 4; 1 Cor. 10:10; Filip. 2:14.-h. Salmo 104:27; Isaías 45:7; Santg.1:17.-i. Deut. 6:5; Mateo 22:37.-j. Deut. 6:2; Salmo 111:10; Prov. 1:7; Prov. 9:10; Mateo 10:28.-k. Mateo 4:10; Deut 10:20.-l. Mateo 5:29; Mateo 10:37; Hechos 5:29. 

Pregunta: ¿Qué es idolatría? 

Respuesta: Es poner en el lugar que sólo corresponde al Dios verdadero que se ha revelado por su Palabra, o junto a El, cualquier otra cosa en la cual se ponga confianza (a).

a. Efes. 5:5; 1 Crón. 16:26; Filip. 3:19; Gál. 4:8; Efes. 2.12, 1 Juan 2:23; 2 Juan 9, Juan 5:23. 



Pregunta: ¿Qué pide Dios en el segundo mandamiento? 

Respuesta: Que no representemos a Dios por medio de alguna imagen o figura (a), y sólo le rindamos culto como El ha mandado en su Palabra (b).

a. Isaías 40:18, 19, 25; Deut. 4:15,16, Rom. 1:23, Hechos 17:20.-b. 1 Sam. 15:23; Deut. 12.30; Mateo 15:9.

Pregunta: ¿No es lícito hacer ninguna imagen? 

Respuesta: Ni podemos, ni debemos representar a Dios de ninguna manera (a), y aun en el caso de que fuese lícito representar a las criaturas, Dios prohíbe hacer o poseer ninguna imagen destinada a ser adorada o empleada en su servicio (b). 

a. Isaías40:25.-b. Ex. 34:17; Ex. 23:24; Ex. 34:13; Num. 33:52

Pregunta: ¿No se podrían tolerar las imágenes en las iglesias, como si fuesen libros para enseñar a los ignorantes? 

Respuesta: No, porque nosotros no debemos ser más sabios que Dios, que no quiere instruir a su pueblo por imágenes mudas (a), sino por la predicación viva de su Palabra (b).

a. Jer. 10:8; Hab. 2:18, 19.-b. Rom. 10:14, 15, 17; 2 Pedro 1:19; 2 Tim. 3:16, 17. 

Pregunta: ¿Qué nos enseña el tercer mandamiento? 

Respuesta: Que dejemos de blasfemar (a) o profanar el nombre de Dios por medio de falsos juramentos (b) y maldiciones (c), y aún inútiles juramentos; que no nos hagamos partícipes de tan horrendos pecados al callar cuando los oigamos (d). En una palabra: que no empleemos el santo nombre de Dios, mas que con temor y veneración (e), a fin de que Él sea rectamente confesado (f), invocado (g) y glorificado por nuestras palabras y hechos (h).

a. Lev. 24:15, 16.-b. Lev. 19:12.-c. Mateo 5:37; Santg. 5:12.-d. Lev. 5:1; Prov. 29:34.-e. Jer. 4:2; Isaias 45:23.-f. Mateo 10:32; Rom. 10:9, 10.-g. Salmo 50:15; 1 Tim. 2:8.-h. Col. 3:17; Rom. 2:24; 1 Tim. 6:1. 

Pregunta: ¿Es tan grave pecado el profanar el nombre de Dios por medio de juramentos y blasfemias, que Dios también se enoja contra aquellos que no se opusieron y no lo prohibieron con todas sus fuerzas? 

Respuesta: Sí (a), porque no hay mayor pecado ni cosa que a Dios más ofenda que el profanar su nombre, por lo cual mandó que esta maldad fuese castigada con la muerte (b).

a. Prov. 29:24; Lev. 5:1.-b. Lev. 24:16. 


Pregunta: ¿Se puede jurar santamente en nombre de Dios? 

Respuesta: Sí, cuando el magistrado o la necesidad así lo exijan para sostener y confirmar la fe y la verdad, para la gloria de Dios y el bien de nuestro prójimo. Pues tal manera de prestar juramento está fundada en la Palabra de Dios (a) y, en consecuencia, ha sido rectamente empleada por los santos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento (b).

a. Deut. 6:13; Deut. 10:20; Isaías 48:1; Hebr. 6:16.-b. Gén. 21.24; Gén 31:53, Josué 9:15; 1 Sam. 24:23; 2 Sam. 3:35, 1 Reyes 1:29; Rom. 1:9; Rom. 9:1; 2 Cor. 1:23. 

Pregunta: ¿Es lícito jurar por los santos u otras criaturas? 

Respuesta: No. Porque el legítimo juramento es una invocación de Dios, por la cual se le pide, que El, como el que sólo ve los corazones, sea testigo de la verdad, y castigue si el juramento es falso (a); este honor le corresponde a Él (b). 

a. 2 Cor. 1:23, Rom. 9:1.-b. Mateo 5:34-36; Santg. 5:12. 


Pregunta: ¿Qué ordena Dios en el cuarto mandamiento? 

Respuesta: Primero, que el ministerio de la Palabra y la enseñanza sean mantenidos (a), y que yo frecuente asiduamente la iglesia, la congregación de Dios, sobre todo el día de reposo (b), para oír la Palabra de Dios, y participar de los santos sacramentos (d), para invocar públicamente al Señor (e), y para contribuir cristianamente a ayudar a los necesitados (f).
Además, que todos los días de mi vida cese de mal obrar, para que sea Dios mismo quien obre en mi corazón por su Espíritu y , de este modo pueda empezar en esta vida el Sábado eterno (g).

a. Tito 1:5, 2 Tim. 3:14, 1 Cor. 9:13, 14; 2 Tim. 2:2, 2 Tim. 3:15.-b. Salmo 40:9, 10; Salmo 68:26; Hechos 2:42.-c. 1 Tim. 4:13; 1 Cor. 14:29.-d. 1 Cor. 11:33.-e. 1 Tim. 2:1; 1 Cor. 14:16.-f. 1 Cor. 16:2.-g. Isaías 66:23. 


Pregunta: ¿Qué manda Dios en el quinto mandamiento? 

Respuesta: Que muestre a mi padre y a mi madre y a todos mis superiores, honor, amor y fidelidad, que me someta obedientemente a sus buenas enseñanzas y castigos (a), soportando también pacientemente sus flaquezas (b), pues Dios quiere regirnos por medio de ellos (c). 

a. Efes. 6:1, 2, 5; Col. 3:18, 20, 22; Efes. 5:22, Prov. 1:8; Prov. 4:1; Prov.15.20; Prov. 20:20, Ex. 21:17; Rom.13:1.-b. Prov. 23:22; Gén. 9:24; 1 Pedro 2:18.-c. Efes. 6:4, 9; Col. 3:20, Rom. 13:2, 3, Mateo 22:21. 


Pregunta: ¿Qué exige Dios en el sexto mandamiento? 

Respuesta: Que ni por mis pensamientos, palabras, actitud y aún menos por mis actos, por mí mismo o por medio de otro, llegue a injuriar, odiar, ofender o matar a mi prójimo (a), por el contrario que, renuncie a todo deseo de venganza (b); que no me haga mal a mí mismo o me exponga temerariamente al peligro (c). Para impedir esto, el magistrado posee la espada (d).

a. Mateo 5:21, 22; Mateo 26:52; Gén. 9:6.-b. Efes. 4:26, Rom. 12:19; Mateo 18:35; Mateo 5:25.-c. Rom. 13.14; Col. 2:23; Mateo 4:7.-d. Gén. 9:6; Ex. 21:14; Mateo 26:52; Rom. 13:14. 

Pregunta: ¿Este mandamiento sólo prohíbe matar? 

Respuesta: Al prohibir la muerte Dios nos enseña que El detesta todo lo que de ello se origina, como la envidia (a), el odio (b), la ira (c) y el deseo de venganza, considerando todo esto como verdadero homicidio (d).

a. Prov. 14:30; Rom. 1:29.-b. 1 Juan 2:11.-c. Santg. 1:20; Gál. 5:19-21.-d. 1 Juan 3:15. 

Pregunta: ¿Es suficiente, como hemos dicho, el no matar a nuestro prójimo? 

Respuesta: No; pues Dios, condenando la envidia, el odio y la ira, quiere que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos (a), usando para con él toda benignidad, mansedumbre, paciencia y misericordia (b), impidiendo hasta donde nos sea posible, el mal que le podría sobrevenir (c), haciendo bien incluso a nuestros enemigos (d).

a. Mateo 22:39; Mateo 7:12, Rom. 12:10.-b. Efes. 4:2; Gál. 6:1, 2; mateo 5:5; Rom. 12:18; Luc. 6:36; Mateo 5:7; 1 Pedro 3:8; Col. 3:12.-c. Ex. 23:5.-d. Mateo 5:44, 45; Rom. 12:20. 


Pregunta: ¿Qué enseña el séptimo mandamiento? 

Respuesta: Que Dios maldice toda deshonestidad (a), y en consecuencia nosotros debemos también aborrecerla de todo corazón (b) y vivir casta y sobriamente (c), sea en el santo estado de matrimonio, o en otro estado (d).

a. Lev. 18:28.-b. Judas 23.-c. 1 Tes. 4:3-5.-d Hebr. 13:4; 1 Cor. 7:7. 

Pregunta: ¿En este mandamiento, prohíbe sólo Dios el adulterio y pecados semejantes? 

Respuesta: Como nuestro cuerpo y alma son templo del Espíritu Santo, Dios quiere que conservemos ambos puros y santos. Para ello prohibe toda impureza en nuestras acciones, nuestros gestos, nuestras palabras (a), nuestros pensamientos y deseos (b), y todo lo que incita al hombre a ello (c).

a. Efes. 5:3, 4; 1 Cor. 6:18, 19.-b. Mateo 5:27, 28.-c. Efes. 5:18, 1 Cor. 15:33. 


Pregunta: ¿Qué prohíbe Dios en el octavo mandamiento? 

Respuesta: Dios prohíbe no solamente el robo (a) y la rapiña (b) que castiga la autoridad, sino que llama también robo a todos los medios malos y engaños con los cuales tratamos de apoderarnos del bien de nuestro prójimo (c), ya sea por la fuerza por una apariencia de derecho, como son: el peso falso, la mala mercadería (d), la moneda falsa, la usura (e), o por cualquier otro medio prohibido por Dios. También prohíbe toda avaricia (f) y todo uso inútil de sus dones (g).

a. 1 Cor. 6:10.-b. 1 Cor.5:10; Isaías 33:1.-c. Luc.3:14; 1 Tes. 4:6.-d. Prov. 11:1; Prov. 16:11; Ezeq. 45:9, 10; Deut. 25:13.-e. Salmo 15:5; Luc. 6:35.-f. 1 Cor. 6:10.-g. Prov. 23:20, 21; Prov. 21:20. 

Pregunta: ¿Qué te ordena Dios en este mandamiento? 

Respuesta: Buscar en la medida de mis fuerzas, aquello que sea útil a mi prójimo, de hacer con él lo que yo quisiera que él hiciese conmigo (a), y trabajar fielmente a fin de poder asistir a los necesitados en su pobreza (b).

a. Mateo 7:12.-b. Efes. 4:28. 


Pregunta: ¿Qué se pide en el noveno mandamiento? 

Respuesta: Que no levante falsos testimonios contra nadie (a), que no interprete mal las palabras de los demás (b), que no sea ni detractor ni calumniador (c). Que no ayude a condenar a nadie temerariamente y sin haberle escuchado (d); que huya de toda clase de mentira y engaño como obras propias del diablo (e), si no quiero provocar contra mi la gravísima ira de Dios (f), Que en los juicios como en cualquier otra ocasión, ame la verdad, la anuncie y la confiese sinceramente (g), Y por último que procure con todas mis fuerzas defender la honra y reputación de mi prójimo (h).

a. Prov. 19:5, 9; Prov. 21:28.-b. Salmo 15:3; Salmo 50:19, 20.-c. Rom. 1:30.-d. Mateo 7:1; Luc. 6:37.-e. Juan 8:44.-f. Prov. 12:22; Prov. 13:5.-g. 1 Cor. 13:6; Efes. 4:25.-h. 1 Pedro 4:8. 


Pregunta: ¿Qué ordena el décimo mandamiento? 

Respuesta: Que ni por deseo o pensamiento nuestros corazones se rebelen jamás contra alguno de los mandamientos de Dios, sino que en todo tiempo aborrezcamos el pecado de todo corazón y nos deleitemos en toda justicia.

a. Rom. 7:7. 

Pregunta: ¿Pueden guardar perfectamente estos mandamientos los que son convertidos a Dios? 

Respuesta: No, porque incluso los más santos, en tanto estén en esta vida, no cumplen más que con un pequeño principio de esta obediencia (a). Sin embargo, empiezan a vivir firmemente no sólo según algunos, sino todos los mandamientos de Dios (b).

a. Juan 1:8; Rom. 7:4, 15; Eccles. 7:20; 1 Cor. 13:9.-b. Rom. 7:22; Salmo 1:2. 

Pregunta: Entonces, ¿Por qué quiere Dios que se nos predique tan rigurosamente los diez mandamientos, si no hay nadie que pueda observarlos perfectamente en esta vida? 

Respuesta: Primeramente, para que durante toda nuestra vida conozcamos más y más, cuán grande es la inclinación de nuestra naturaleza a pecar (a), y así busquemos con más fervor la remisión de nuestros pecados y la justicia de Cristo (b). Después, que nos apliquemos sin descanso a suplicar a Dios la gracia de su Espíritu Santo, para que cada día seamos más renovados a su imagen, hasta que, después de esta vida, alcancemos la perfección que nos es propuesta (c).

a. Rom. 3:20; 1 Juan 1:9; Salmo 32:5.-b Mateo 5:6; Rom. 7:24, 25.-c. 1 Cor. 9:24 Filip. 3:12-14. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario