1 Pedro
1; 3
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una
esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
Este pasaje
empieza con la idea del nuevo nacimiento; el cristiano es una persona que ha
nacido de nuevo, engendrado otra vez por Dios para vivir una nueva clase de
vida. Entre otras cosas esto quiere decir que, cuando nos hacemos cristianos,
se produce en nuestra vida un cambio tan radical que de la única manera que se
puede describir es diciendo que la vida ha empezado para nosotros completamente
otra vez. Esta idea del nuevo nacimiento recorre todo el Nuevo Testamento.
Vamos a tratar de reunir lo que se nos dice de él.
(i) El nuevo
nacimiento cristiano sucede por la voluntad y la acción de Dios (Jua_1:13; Stg_1:18).
No es algo que hace la persona, como no lo fue tampoco su nacimiento físico.
(ii) Otra manera
de expresarlo es decir que este nuevo nacimiento es la obra del Espíritu
(Jua_3:1-15). Le sucede a una persona, no por su propio esfuerzo, sino cuando
se entrega a que tome posesión de ella el Espíritu y la cree de nuevo
interiormente.
(iii) Sucede por
la Palabra de la Verdad, es decir, por el Evangelio (Stg_1:18; 1Pe_1:23). En el
principio, fue la Palabra de Dios la Que creó el Cielo y la Tierra y todo lo
que hay en ellos. Dios habló, y el caos se convirtió en el universo, y el
universo se equipó para y con la vida. Es la Palabra creadora de Dios en
Jesucristo lo que produce este nuevo nacimiento en la vida humana.
(iv) El
resultado de este nuevo nacimiento es que la persona que lo experimenta llega a
ser primicia de una nueva creación (Stg_1:18). La eleva de este mundo de
espacio y tiempo, de cambio y caducidad, de pecado y derrota, y la pone en
contacto aquí y ahora con la eternidad y la vida eterna.
(v) La persona
nace de nuevo a una esperanza viva. Pablo describe el mundo gentil como algo
sin esperanza (Efe_2:12 ). Sófocles escribió: «No nacer en absoluto es con
mucho la mejor fortuna; lo segundo mejor es, tan pronto como se nace, regresar
rápidamente allá de donde se vino.» Para los gentiles, el mundo era un lugar en
el que todo se aja y decae; podría ser suficientemente agradable en sí, pero no
conduce más que a la oscuridad sin fin. Para el mundo antiguo la característica
cristiana era la esperanza, que procedía de dos cosas. (a) El cristiano
percibía que había nacido; no de simiente corruptible, sino incorruptible (1Pe_1:23).
Tenía en sí mismo algo de la misma naturaleza de Dios; y, por tanto, tenía una
vida que ni el tiempo ni la eternidad podrían destruir. (b) Aquello procedía de
la resurrección de Jesucristo. El cristiano tiene para siempre a su lado -aún
más, es una cosa con- este Jesucristo Que ha conquistado aun la muerte y, por
tanto, no hay nada a lo que deba tener miedo.
(vi) El nuevo
nacimiento del cristiano le introduce en la integridad (1Jn_2:29 ; 1Jn_3:9 ;
1Jn_5:18 ). Por este nuevo nacimiento es purificado de sí mismo, de los pecados
que le encadenaban y de los hábitos que le dominaban; y recibe un poder que le
permite caminar en integridad. Eso no es decir que el nacido de nuevo ya no
peca más; pero sí que cada vez que caiga recibirá poder y gracia para
levantarse otra vez.
(vii) El nuevo
nacimiento del cristiano le introduce en el amor (1Jn_4:7). Como el Don de Dios
está en él, es limpiado de toda la amargura del resentimiento esencial de la
vida egocéntrica, y hay en él algo del amor sacrificial y perdonador de Dios.
(viii) Por
último, el nuevo nacimiento del cristiano le introduce en la victoria ( Jua_5:4
). La vida deja de ser derrota y empieza a ser victoria sobre el yo y el pecado
y las circunstancias. Como la vida de Dios está en el cristiano, aprende el
secreto de la vida victoriosa.
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