Hebreos 9; 27
Y
de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y
después de esto el juicio,
El caso de
Cristo es semejante al de la humanidad en general. El hombre vive y muere una
sola vez y luego es juzgado. "Así también" (versículo 28) vivió en la
carne Cristo, murió por el hombre (haciendo el sacrificio una sola vez), y la
Corte Suprema (Dios) invirtió, puso en reversa, la sentencia de los judíos
incrédulos y de Pilato, aceptando su sacrificio y exaltándole a lo sumo
(Flp_2:9; Efe_1:20-22; 1Pe_3:22). La muerte no puede ocurrir muchas veces. El
hombre muere una sola vez, y no muchas. Así con Cristo; murió una sola vez.
Este versículo ilustra lo declarado en el 26 tocante a la singularidad de la
muerte de Cristo. La muerte, el juicio y la reconciliación obrada por Cristo
¡son cosas que no se repiten!
Si el hombre
muriera más de una vez, habría necesidad de que muriera Cristo por él por cada
vida en el pecado. Pero siendo que no es así el caso, no ha muerto Cristo sino
una sola vez.
Y como está destinado a los hombres una vez
que mueran no es una moral, o lo que comúnmente se llama muerte espiritual, ni
eterna, sino corpórea; que no surge de la constitución de la naturaleza, sino
del pecado del hombre y del decreto de Dios a causa de ello; por lo cual se
fija que los hombres morirán, y cuánto tiempo vivirán, y cuándo morirán; para
que no puedan morir tarde o temprano; todas las cosas que anteceden a la
muerte, que conducen a ella y se emiten en ella, son designadas por Dios, y así
es la muerte misma, con todas sus circunstancias; Los días de los hombres no
pueden ser alargados ni acortados, ni por Cristo mismo ni por otros: este
estatuto y nombramiento de Dios se refiere a los hombres, no a los ángeles, y
llega a todos los hombres, malvados y justos;
y aunque ha habido algunas excepciones, como Enoc y Elías; y no todos dormirán,
ni morirán, algunos serán encontrados vivos en la aparición de Cristo; sin
embargo, tales cambios sufrirán un cambio que es equivalente a la muerte, como
lo han hecho Enoc y Elías; y, en general, los hombres mueren solo una vez; no
es habitual que los hombres mueran, y vuelvan a vivir, y luego vuelvan a morir;
Ha habido algunos casos extraordinarios de este tipo, pero son raros; Es la ley
del cielo en común que los hombres mueran y solo una vez; "ómnibus definitam esse mortem":
Cristo murió una vez, no morirá más; y es el consuelo de los santos, que aunque
mueran la primera muerte, no serán lastimados por la segunda muerte; y la
consideración de este decreto debe entusiasmar a la diligencia y la industria:
la muerte es segura para Dios, pero no es segura para nosotros en cuanto al
tiempo, ni debemos curiosearla, sino esperarla pacientemente, y someternos
silenciosamente a ella: pero después de esto el juicio. ¡Este versículo
ciertamente rechaza cualquier noción de la transmigración de almas, la rueda de
kharma, o de vidas previas!¡Es el concepto cristiano del mundo de "una
vida, luego juicio" que motiva la urgencia de evangelismo; que destruye el
concepto del universalismo(todos los seres humanos serán salvados en el fin);
que demanda que la gran comisión (Mat. 28:19-20) no llegue a ser una buena sugerencia
o la gran opción
El juicio final
y general, que alcanzará a todos los hombres, vivos y muertos, justos y
malvados, y en el que Cristo será Juez. Hay un juicio particular que es
inmediatamente después de la muerte; En virtud de lo cual, las almas de los
hombres están condenadas a su estado apropiado de felicidad o aflicción; y hay
un juicio universal, que será después de la resurrección de los muertos, y se
llama juicio eterno, y por venir; esto es designado por Dios, aunque el tiempo
cuando es desconocido para los hombres; sin embargo, nada es más seguro, y será
justo.
Juan
11; 25
Le
dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté
muerto, vivirá.
Jesús quería que la fe
de Marta aumentara, que si ella creía en la resurrección en el día postrero
debería entender que esa resurrección sería efectuada por Cristo. Al decir
"Yo soy la resurrección" decía que Él es el poder que la efectúa, que
en su persona estaba presente la vida y la resurrección. Él es la fuente o la
causa de la vida física y de la vida espiritual (la vida eterna). Es necesario
creer no solamente en la realidad de la resurrección como un hecho, sino
también en la persona que hace posible la resurrección.
En Cristo los
muertos viven, y los vivos no mueren. Cristo quería llevar a Marta a un nivel
más alto de fe. Quería que comprendiera que la resurrección del cuerpo tiene su
sentido verdadero en la vida eterna que Cristo nos da.
Cuando creemos
en Jesús, cuando aceptamos lo que Él nos dice acerca de Dios y acerca de la
vida y nos jugamos el todo por el todo a que es verdad, resucitamos de veras,
porque somos liberados del miedo que caracteriza a la vida sin Dios; somos
liberados de la frustración que caracteriza a la vida sometida al pecado; somos
liberados de la vacuidad de la vida sin Cristo. La vida se eleva de la muerte
del pecado para llegar a ser algo tan auténtico que no puede morir, y que no
encuentra en la muerte más que la transición a una vida superior.
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