} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 14 mayo 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

martes, 14 de mayo de 2019

14 mayo 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.


  

2 Crónicas 34; 3
A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas.


  En contraste con su padre, Josías llegó a ser un buen gobernante para Judá, y reinó durante 31 años en el trono entre el 640 y el 609 a. de J.C. Dando lustre a su nombre que significa “el Señor sana”, Josías buscó la sanidad de su pueblo.

Como su bisabuelo Ezequías, Josías se acercaba mucho a David en carácter. Entre sus reformas, Josías hizo que el pueblo volviera a depositar su fe en la palabra de Dios, hecho que sostuvo a Judá en el exilio y por casi una centuria (Dan_9:2), y durante el siglo de la restauración (Ezr_7:10; Mal_4:4).

Fue la convicción de Josías en cuanto a las Escrituras lo que mantuvo al pueblo de Dios en pie durante los 400 años de silencio, hasta la aparición de Juan el Bautista (Mal_3:1; Mal_4:5-6) quien anunció la venida del Mesías, la Palabra de Dios encarnada (Mat_5:17-18).
El avivamiento espiritual tuvo lugar en una situación geopolítica muy singular para el Medio Oriente. Entre el 628 y el 626 a. de J.C. se levantaron unos jinetes nómadas bárbaros del norte que arrasaron con casi todo el Cercano Oriente hasta ser detenidos por los egipcios.
Estas hordas bárbaras originaron dos grandes preocupaciones en Judá: En lo religioso, dieron lugar al surgimiento de profetas como Jeremías (Jer_1:2, Jer_1:14) y Sofonías (Zep_1:2); fueron causantes del avivamiento espiritual encabezado por Josías. En lo político, tuvieron éxito combatiendo contra los asirios y sus dominios en Judá (Zep_33:3).
Después de la muerte de Asurbanipal, y como resultado de la ola de agresión bárbara, el camino quedó libre para que Josías restableciera el reino unido de Israel, después de casi tres siglos de división.
Josías tuvo por fin éxito en su campaña contra la idolatría que había llegado a formar parte del estilo de vida del pueblo judío, y que había iniciado el rey Salomón. Los árboles rituales de Asera y los altares de incienso en toda la tierra de Israel fueron completamente destrozados.
 Mientras se hallaba ocupado en sus tareas contables, el sumo sacerdote Hilquías halló el libro de la Ley de Jehová. Este hallazgo tuvo lugar en el año 622 a. de J.C. Se estimaba que contenía éxodo 19-24 o Levítico 26, y Deuteronomio 28. Pero ya que más adelante este libro de la Ley se identifica con el libro del pacto (v. 30), no hay duda alguna que fuera el libro de Deuteronomio, conocido como "el pacto" (Deu_29:1) y que había sido extraviado durante los años de apostasía de Manasés y Amón. La evidencia interna indica que el libro de Deuteronomio fue compuesto por Moisés y que perteneció al período de este gran legislador (Exo_17:14; Exo_24:4; Exo_34:27; Lev_18:5; Deut. 33-34; Lev_4:2; Lev_12:32).

Hilquías fue al rey con un informe que le agradó y con otro que le entristeció: la obra de reparación del templo se había finalizado y el libro de la Ley había sido encontrado abandonado. Sin duda alguna, al escuchar la lectura de Deu_28:36, el rey no pudo hacer otra cosa más que arrepentirse, rasgando sus vestidos.



Hebreos 11; 6

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan


La fe se da cuenta (da sustancia a) aquello que esperamos, y es una demostración para el alma de lo que no vemos.
 Con respecto a la creación. Perdida en los razonamientos, y sin conocer a Dios, la mente humana buscó soluciones infinitas de existencia. Los que han leído las cosmogonías de los antiguos saben cuántos sistemas diferentes, cada uno más absurdo que el otro, se han inventado para lo que la introducción de Dios, por la fe, hace perfectamente simple. La ciencia moderna, con una mente menos activa y más práctica, se detiene en las segundas causas; y está poco ocupado con Dios. La geología ha ocupado el lugar de la cosmogonía de los hindúes, egipcios, orientales y filósofos. Para el creyente el pensamiento es claro y simple cosas a la existencia. El universo no es una causa productora; es en sí misma una criatura que actúa por una ley impuesta sobre ella. Es el que tiene autoridad quien ha hablado; Su palabra tiene eficacia divina. Él habla, y la cosa es. Sentimos que esto es digno de Dios; Porque, una vez que Dios es traído, todo es simple. Descartarlo, y el hombre se pierde en los esfuerzos de su propia imaginación, que no puede crear ni llegar al conocimiento de un Creador, porque solo funciona con el poder de una criatura. Por lo tanto, antes de entrar en los detalles de la presente forma de creación, la palabra simplemente dice: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra". Lo que haya ocurrido entre eso y el caos no forma parte de la revelación. Es distinto de la acción especial del diluvio, que se nos da a conocer. El comienzo de Génesis no da una historia de los detalles de la creación en sí misma, ni la historia del universo. Da el hecho de que en el principio Dios creó; y después, las cosas que se refieren al hombre en la tierra. Incluso los ángeles no están allí. De las estrellas solo se dice: "Él también hizo las estrellas”.

Por la fe, entonces creemos que los mundos fueron creados por la palabra de Dios.

Pero el pecado ha entrado, y la justicia debe ser encontrada para el hombre caído, para que pueda estar delante de Dios. Dios ha dado un cordero para el sacrificio. Pero aquí hemos puesto; Su mente está segura e inteligente por la fe. Dios, por Su palabra, llamó a todas las delante de nosotros, no el don por parte de Dios, sino el alma acercándose a Él por la fe. Al ir a Dios por el sacrificio de Jesús, no solo soy justo (recibo el testimonio de que soy justo), sino que este testimonio se hace a mi ofrenda, y por lo tanto mi justicia tiene el valor y la perfección de la ofrenda, que es, de Cristo ofreciéndose a Dios. El hecho de que recibamos testimonio por parte de Dios de que somos justos, y al mismo tiempo que se hace el testimonio del don que ofrecemos (no de la condición en que nos encontramos), tiene un valor infinito para nosotros. Ahora estamos ante Dios de acuerdo con la perfección de la obra de Cristo. Así caminamos con Dios.

¡Maranata! ¡Si ven Señor Jesús!


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