Juan 14; 6
Jesús le
dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por
mí.
El mundo está lleno de
problemas, pero Cristo puede resolver todo problema de la humanidad. El hombre
solo no puede resolver los muchos problemas causados por el pecado. ¿Qué hace
el hombre? Cambia la etiqueta, para que el pecado ya no sea pecado; p. ej., se
habla de la delincuencia juvenil, y eso ¿qué es? La Biblia no dice delincuencia
juvenil, sino pecado (rebeldía, fornicación, hurto). El humanismo afirma que el
hombre está bien así como está, que cada quien debe hacer lo que le convenga y
otros no tienen el derecho de criticar.
Solamente Cristo puede
resolver el problema principal del hombre (el pecado), porque El murió en la
cruz para redimirnos de la culpa y del dominio del pecado
Jesucristo es el Camino
al Padre que los pecadores tienen en su persona como Dios manifestado en carne,
en su sacrificio expiatorio, y como nuestro Abogado. Él es la Verdad, que
cumple todas las profecías del Salvador; creyendo eso los pecadores van por Él,
el Camino. Él es la Vida, por su Espíritu vivificador reciben vida los muertos
en pecado. Cristo es el Verbo de Dios, es decir, la personificación de la
revelación de Dios. El Verbo habitó entre nosotros, "lleno de gracia y de
verdad... Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad
vinieron por medio de Jesucristo" (Jn 1:14, 17). Dijo a sus discípulos,
"y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Jn 8:32). Al
igual que los apóstoles nosotros aprendemos la verdad no solamente por las
palabras de Jesús, sino también por su perfecto ejemplo, pues El practicaba su
enseñanza. Pablo hace la pregunta, "Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te
enseñas a ti mismo? ¿Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? ¿Tú que
dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras?" (Rom_2:21-22).
¿Qué sabe el hombre de la verdad? Para el hombre la verdad
no es absoluta, sino relativa; es decir, lo que el hombre considere la verdad
para él eso es la verdad. Lo que es la verdad para una persona no es la verdad
para otra persona.
Sin lugar a dudas, el hombre se considera a sí mismo como muy
inteligente, pero "profesando ser sabios, se hicieron necios"
(Rom_1:22). "¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el
disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?"
(1Co_1:20). El hombre no sabe su origen, pues piensa que ha evolucionado paso a
paso con el mono. Tampoco sabe su destino, pues cree que al morir dejará de
existir. Cree que en esta vida es muy superior a los animales, pero que al
morir muere con los animales. El hombre ha inventado la bomba atómica y vive
con el temor de que algún gobierno fanático destruya el mundo.
La vida es comunión con
Dios y la muerte es separación de Dios. Cristo es la vida y, por eso, ha
resuelto el problema de la vida. El hombre ha avanzado increíblemente en la
ciencia médica pero ¿habrá resuelto el problema de la muerte? Jesús levantó a
los muertos para demostrar que El podía resolver el problema de la muerte. El
explica todo aspecto de la muerte, y el cristiano dice, "¿Dónde está, oh
muerte, tu aguijón? ¿Dónde está, oh sepulcro, tu victoria?"
(1Co_15:55). Nadie que no sea vivificado
por Él, la Vida, y enseñado por Él, la Verdad, puede acercarse a Dios como
Padre por Él, el Camino. Por Cristo, el Camino, nuestras oraciones van a Dios y
sus bendiciones vienen a nosotros; este es el Camino que lleva al reposo, el
buen Camino antiguo. Él es la Resurrección y la Vida. Todo el que ve a Cristo
por fe, ve al Padre en Él. A la luz de la doctrina de Cristo vieron a Dios como
Padre de las luces y, en los milagros de Cristo vieron a Dios como el Dios del
poder. La santidad de Dios brilló en la pureza inmaculada de la vida de Cristo.
Tenemos que creer la revelación de Dios al hombre en Cristo; porque las obras
del Redentor muestran su gloria, y a Dios en Él.
Hay una manera resumida
de decir todo esto que incluye todas estas verdades. Jesús dijo: "No se
puede llegar al Padre nada más que pasando por Mí.» Él es el único Camino que
conduce al Padre. Solamente en Jesús podemos ver cómo es Dios; y Él es el único
que puede conducirnos a la presencia de Dios sin vergüenza ni temor.
Juan 18; 37
Le dijo
entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey.
Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a
la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.
Cristo, el Rey de
reyes, ha llevado a cabo su campaña de conquista, pero su único cetro -- su
única arma -- ha sido y siempre será la verdad (el evangelio, Rom_1:16). Su
ejército está compuesto de voluntarios que se someten a la verdad. Estos poseen
la disposición de recibir y amar la verdad porque quieren hacer la voluntad de
Dios (Jn 7:17).
"De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos
hablamos, y lo que hemos visto, testificamos" (Jn 3:11). Cristo vino al
mundo para dar testimonio a la verdad acerca del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo y acerca del plan de Dios para la salvación del hombre (Jn 8:32). Pilato
pregunta acerca de su reino y al contestarle Jesús dice que nació para dar
testimonio a la verdad. Estos no son dos temas diferentes, sino un solo y el
mismo tema. Jesús nació para establecer su reino por medio de dar testimonio a
la verdad. ¿Cómo estableció su reino? Dando testimonio a la verdad. ¿Cómo reina
Cristo? Dando testimonio a la verdad. ¡Cristo vino al mundo para reinar sobre
el hombre por medio de la verdad!
El hombre acepta o
rechaza la verdad de Cristo. Nadie está obligado por este Rey a obedecer al
evangelio. Cristo no obliga, sino que sólo enseña e invita (Mat_11:28-30). El
llama a la puerta, y el hombre puede abrirle o dejar la puerta cerrada
(Apo_3:20).
¿Quién
"es de la verdad"? Puesto que Cristo es la verdad (Jn 14:6), entonces
el que "es de la verdad" es el que acepta a Cristo, cree en El, le
obedece y le sigue, practicando la verdad (Jn 3:21). El que "es de la
verdad" nace otra vez, del agua y del Espíritu (Jn 3:5) y adora a Dios
"en espíritu y en verdad" (Jn 4:24).
"El que es de Dios, las palabras de Dios oye" (Jn 8:47).
"Nosotros (los apóstoles) somos de Dios; el que conoce a Dios, nos
oye" (1Jn_4:6). Mat_5:1-12 es una buena descripción de él que "es de
la verdad”.
¡Maranata! ¡Sí, ven
Señor Jesús!
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