} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 21 Enero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

lunes, 21 de enero de 2019

21 Enero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.



Salmo 53; 1
Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, e hicieron abominable maldad; No hay quien haga bien.

  Como eco del mensaje del Salmo 14, aquí David proclama la necedad del ateísmo (Rom_3:10). La gente puede decir que no hay Dios para cubrir sus pecados, tener una excusa para continuar pecando, y/o para pasar por alto al Juez y evitar el juicio. Un "necio" no es alguien falto de inteligencia. Muchos ateos e incrédulos son sumamente cultos. Los necios son los que rechazan a Dios, el único que puede salvarlos. Sabe en su fuero interno que Dios existe, pero lo rechazan porque llevan una vida inmoral, y no quieren rendir cuentas ante nadie de su conducta. Tales son los que abrazan la filosofía del racionalismo y el relativismo. Son los que quieren ir al cielo que se han inventado para si mismos, pero donde no existe Dios.

Romanos 11; 34-36
Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

Estas palabras sublimes de admiración se refieren a las provisiones para salvación reveladas en el evangelio y presentadas en esta epístola. Dios ha hecho uso de hombres y naciones, y llevado a cabo decisiones, al desarrollar el plan de salvación para el mundo. Dios no ha dependido del hombre, ni le debe nada. Todo es de él, por él, y para él.
Este es el pasaje más característico del apóstol Pablo. Aquí la teología se hace poesía. Aquí se pasa de la investigación de la mente a la adoración del corazón. Como conclusión, todo debe quedar como un misterio que el hombre no puede comprender ahora, pero cuyo secreto es el amor. Si uno puede decir que todas las cosas proceden de Dios, que todas las cosas tienen su ser por Él y que todas las cosas conducen a Él, ¿para qué decir más? Hay una cierta paradoja en la situación humana. Dios le ha dado al hombre una mente, y el hombre está obligado a usarla para pensar las cosas hasta donde pueda alcanzar su pensamiento. Pero es igualmente cierto que a veces se llega al límite y a uno no le queda más que aceptar y adorar.
Pablo se había enfrentado con un problema descorazonador con todas las fuerzas de su extraordinaria inteligencia. No dice que lo ha resuelto como uno podría resolver un problema de matemáticas; pero dice que, después de intentarlo lo mejor posible, está contento con dejárselo todo al poder y al amor de Dios. Muchas veces en la vida no nos queda más que decirle a Dios: «Con mi mente no lo puedo comprender, pero con todo mi corazón confío en Tu amor. ¡Hágase Tu voluntad!»

¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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