} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 24 Enero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

jueves, 24 de enero de 2019

24 Enero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.



Romanos 3; 20
porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él(Dios); pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado.  

   El problema supremo de la vida es: ¿Cómo puede uno estar en la debida relación con Dios? ¿Cómo puede sentirse en paz con Dios? ¿Cómo puede dejar de sentirse a una distancia insalvable, y de tenerle miedo a la presencia de Dios? La religión de los judíos contestaba: «Uno puede llegar a estar en la debida relación con Dios cumpliendo meticulosamente todo lo que manda la Ley.» Pero eso equivale a decir sencillamente que nadie tiene la menor posibilidad de llegar a estar en la debida relación con Dios, porque nadie puede cumplir perfectamente todos los mandamientos de la Ley. Entonces, ¿para qué sirve la Ley? Para que nos demos cuenta de la realidad del pecado. Sólo cuando conocemos la Ley e intentamos cumplirla nos damos cuenta de que nos es imposible. El propósito de la Ley es hacernos conscientes de nuestra debilidad y pecado. Entonces, ¿es imposible llegar a Dios? Todo lo contrario; porque el camino que nos lleva a Dios no es el de la Ley, sino el de la Gracia. No por las obras, sino por la fe.
Para ponérnoslo más claro, Pablo usa tres comparaciones.
  Nos pone el ejemplo del tribunal, lo que llamamos justificación. En este ejemplo se piensa que el hombre se encuentra ante el tribunal de Dios. La palabra griega que traducimos por justificar es dikaiún. Todos los verbos griegos que terminan en -ún quieren decir, no hacer a alguien algo, sino tratar, considerar a uno como algo. Si se presenta ante el juez uno que es inocente, el juez le declara inocente. Pero el caso del que se presenta ante Dios es que es totalmente culpable, y sin embargo Dios, en su infinita misericordia, le trata y le considera como si fuera inocente. Eso es lo que quiere decir justificación.
Cuando Pablo dice que " Dios justifica al malvado» quiere decir que Dios le trata como si fuera bueno. Eso era lo que escandalizaba a los judíos hasta el colmo. Para ellos eso sólo lo harta un juez inicuo. "El justificar al culpable es una abominación para Dios» (Pro_17:15). «Yo no perdonaré al culpable» (Exo_23:7). Pero Pablo dice que eso es precisamente lo que hace Dios.
¿Cómo puedo yo saber que Dios es así? Lo sé porque Jesús lo ha dicho. Vino a decirnos que Dios nos ama aunque somos malos. Vino a decirnos que, aunque somos pecadores, seguimos siéndole muy queridos a Dios. Cuando descubrimos eso y lo creemos, se cambia radicalmente nuestra relación con Dios. Somos conscientes de nuestro pecado, pero ya no estamos aterrados ni alejados. Quebrantados y arrepentidos acudimos a Dios, como viene a su madre un niño triste, y sabemos que el Dios al Que venimos es amor.
Eso es lo que quiere decir justificación por la fe en Jesucristo. Quiere decir que estamos en la debida relación con Dios porque creemos de todo corazón que lo que Jesús nos ha dicho de Dios es la verdad. Ya no somos extraños que tienen terror a un Dios airado. Somos hijos, hijos errantes que confían en que su Padre los ama y los perdonará. Y nosotros no podríamos haber llegado nunca a esa relación con Dios si Jesús no hubiera venido a vivir y a morir para decirnos lo maravillosamente que Dios nos ama. La ley aquí referida es la ley de Dios, o como revelada durante la dispensación patriarcal, o la más completamente revelada ley de Dios que tenían los judíos en las Sagradas Escrituras. Pero el gentil no había guardado esa ley, ni tampoco el judío. Por tal razón no habían encontrado la justificación por medio de ley. ¿Por qué? Porque la ley no justificaba; solamente declaraba el pecado y condenaba al transgresor (pecador) de ella. (La ley “justifica” solamente al que la guarda perfectamente). Por ley viene el conocimiento de pecado, pero no el perdón del pecado. Gál_2:16.

Hechos 15; 11
Creemos más bien que somos salvos por la gracia del Señor Jesús, de la misma manera que ellos también lo son.
Que por la gracia del Señor Jesucristo; no a través de la circuncisión, ni por ninguna obra de la ley, moral o ceremonial; pero a través de la gracia de Cristo emprendiendo por ellos, asumiendo su naturaleza, y muriendo en su lugar; a través de su gracia redentora, justificadora y perdonadora: la salvación es por medio de Cristo; Jehová el Padre lo designó para ser su salvación; le envió, y vino a salvar a los pecadores; y él ha obtenido la salvación para ellos; y está en él, y en ningún otro: y esta salvación es por "la gracia" de Cristo; fue la gracia lo que lo movió a participar en este trabajo antes de que el mundo comenzara; fue la buena voluntad de los hombres lo que le hizo descender del cielo y aparecer en la tierra en forma de sirviente; fue el amor puro lo que lo influenció a dar su vida por ellos; a través de la gracia en su corazón hizo todo esto por ellos; y es la plenitud de la gracia en sus manos que seremos salvos como ellos ; ya sea como los discípulos, los gentiles conversos, quienes sin la circuncisión, y las obras de la ley, fueron salvados por la gracia pura y el amor de Cristo, al morir por ellos, y de los cuales solo ellos dependieron para la salvación; o bien como lo fueron los padres judíos, porque fueron justificados, perdonados, aceptados y salvados de la misma manera, como lo son los santos bajo el Nuevo Testamento: no podían guardar la ley a la perfección, ni estaba allí, ni ahora, la salvación por ella, solo por la gracia de Cristo; y de esa manera, y solo los creyentes, judíos y gentiles del Antiguo y Nuevo Testamento, ya sean circuncidados o no circuncidados, son salvos. Los gentiles no fueron salvados por la luz de la naturaleza, ni los judíos por la ley de Moisés; el uno no se perdió por falta de circuncisión, ni el otro salvado por él; El único camino de salvación para ambos, y bajo todas las dispensaciones. es el Señor Jesucristo; por cuyo sacrificio se expira el pecado, por cuya sangre se perdona, por cuya justicia los hombres son justificados ante Dios, y son aceptados con él; y por medio de quienes los santos tienen comunión con Dios; y por quién, y cuya gracia, y no por sus propias obras, serán salvados con una salvación eterna, contra el pecado, la ley, la muerte, el infierno y la condenación: y la salvación de uno y otro, incluso de todo lo que son salvados, judíos o gentiles, es por gracia; nadie se lo merece; todos ellos han pecado, y están destituidos de la gloria de Dios; han hecho lo que es abominable, y ellos mismos son abominables a los ojos de Dios; han destruido, y no pueden ayudarse a sí mismos; ni tienen nada bueno, sino lo que han recibido del Señor, y por lo tanto deben atribuir todo a su gracia; es por eso que son lo que son, tienen lo que tienen y hacen lo que hacen. La salvación, en todas sus partes y ramas, se debe a la gracia; y así es con respecto a todas las personas que son salvas; algunos no son salvos por sus obras, y otros por la gracia de Cristo, pero todos son salvos por gracia; y ninguno tiene espacio para jactarse de los demás. 
¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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