} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 20 Enero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

lunes, 21 de enero de 2019

20 Enero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.



Juan 4; 14
pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna.

  Hay un contraste entre “todo el que bebe”, del versículo anterior, y cualquiera que beba, de v. 14. Aquella expresión emplea un participio griego en el tiempo presente que habla de una práctica habitual, algo que se repite; en cambio, ésta emplea un aoristo subjuntivo que habla de una sola experiencia definida del pasado, tal como cuando uno recibe a Cristo como Señor y Salvador. El pronombre personal yo es enfático, contrastando el origen del agua del pozo con el que Jesús ofrece. Nunca más tendrá sed es literal. “no, no tendrá sed para siempre”. Nótese la doble negación, la forma griega más fuerte para enfatizar el concepto. En un sentido el “agua” que Cristo provee no elimina la sed espiritual; por lo contrario, despierta sed por la justicia de Dios (Mat_5:6), pero “el agua viva” es de una naturaleza tal que apaga la sed tan pronto que uno la siente y busca la provisión de Dios. Jesús aclara más adelante que el “agua viva” es realmente el Espíritu Santo (Mat_7:38 s.; Isa_58:11) y, tal como una fuente viva, fluye incesantemente en el creyente. Este concepto se aclara en la frase que sigue. La conjunción adversativa sino contrasta el agua del pozo con “el agua viva” que es como una fuente manantial que salta, o se desborda, dentro del creyente. Será traduce el verbo que significa “llegará a ser”, el cual, expresa la riqueza creciente y la energía fresca del principio divino de la vida. Como vimos anteriormente, la metáfora de la fuente pinta un cuadro de un manantial a flor de tierra que produce agua fresca, pura, dinámica, vivificante e inagotable.
Si la mujer hubiera sido judía, probablemente habría entendido la referencia al agua viva, pues la metáfora se repite en los libros proféticos con referencia a Dios ( Isa_12:3; Isa_44:3; Jer_2:13; Eze_47:1-12; Zec_13:1; Zec_14:8). Los samaritanos rechazaban estos libros, reteniendo sólo el Pentateuco. Así la samaritana no entendía la enseñanza de Jesús, pero tampoco tenía una mente cerrada. Era sincera y expresaba la disposición de aprender; Jesús aprovechó esa apertura.
Nótese que la mujer ahora usa las mismas palabras con que Jesús inició la conversación. Aun no entendiendo cómo Jesús podría darle agua misteriosa que apagaría para siempre su sed, ella se la pide. Se imaginaba cómo sería el no tener que venir todos los días para cargar agua, pero no se imaginaba que Cristo le ofrecía algo infinitamente más eficaz.
Abruptamente Jesús cambia el tema del “agua viva” que, según ella, era impersonal, para abordar un asunto que era íntimo y personal. Ella quería el “agua viva” pero, como condición previa, Jesús tuvo que convencerla de pecado y guiarla al arrepentimiento. él sabía lo que estaba en el corazón del hombre (Zac_2:25), y también en el de esta mujer, pero era necesario que ella se diera cuenta y confesara su condición espiritual. La idea de algunos, menos convincente por cierto, es que el propósito de Jesús fue el de dar la oportunidad también al esposo de escuchar las buenas nuevas.
¿Y quién es el que busca el corazón? Ella siente que su palabra es la palabra de Dios. "Tú eres un profeta". La inteligencia en las cosas divinas viene por la conciencia, no por el intelecto. El alma y Dios están juntos, si podemos hablar, cualquier instrumento que se emplee. Ella tiene todo que aprender, sin duda; pero ella está en la presencia de Aquel que enseña todo. ¡Qué paso! ¡Qué cambio! ¡Qué nueva posición! Esta alma, que no vio más allá de su mancha de agua y la sintió trabajar más que su pecado, está allí sola con el Juez de la muerte rápida y con Dios mismo. ¿Y de qué manera? Ella no sabe Ella solo sintió que era Él mismo en el poder de Su propia palabra. Pero al menos Él no la despreció, como otros lo hicieron. Aunque estaba sola, estaba sola con él. Le había hablado de la vida: del don de Dios; Él le había dicho que ella solo tenía que pedir y tener. Ella no había entendido nada de su significado; pero no fue la condenación, fue la gracia la que se inclinó hacia ella, que conoció su pecado y no fue rechazada por ella, que le pidió agua, que estaba por encima del prejuicio judío con respecto a ella, así como el desprecio de la gracia humanamente justa que no le ocultó su pecado, lo que la hizo sentir que Dios lo sabía, sin embargo, el que sabía que estaba allí sin alarmarla. Su pecado fue delante de Dios, pero no en juicio.  
¡Maravilloso encuentro de un alma con Dios, que la gracia de Dios logra por medio de Cristo!  
¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

No hay comentarios:

Publicar un comentario