} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 3 Enero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

jueves, 3 de enero de 2019

3 Enero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.


  
 Génesis 1; 1
En el principio creó Dios los cielos y la tierra.   

“Dios.” Heb.: אֱלהִים (’Elo·hím), sin el artículo definido. ’Elo·hím, “Dios”, con el artículo definido se halla por primera vez en Gén_5:22. El título ’Elo·hím está en pl. para denotar excelencia o majestad. Gr.: ὁ θεός (ho The·ós), sing. para denotar una sola persona, “Dios”. 
Se han hecho muchos intentos para definir el término Dios: en cuanto a la palabra en sí, es anglosajón puro, y entre nuestros antepasados ​​significaba, no solo el Ser Divino, ahora comúnmente designado por la palabra, sino también bueno; como en sus temores, parecía que Dios y el bien eran términos correlativos; y cuando pensaron o hablaron de él, indudablemente fueron sacados de la palabra misma para considerarlo como El Buen Ser, una fuente de infinita benevolencia y beneficencia hacia sus criaturas.
Una definición general de esta gran Primera Causa, en la medida en que las palabras humanas se atreven a intentarlo, se puede dar así:
El Ser eterno, independiente y autoexistente: el Ser cuyos propósitos y acciones brotan de él mismo, sin motivo o influencia extraña: el que es absoluto en el dominio; la más pura, la más simple y la más espiritual de todas las esencias; Infinitamente benevolente, benéfica, verdadera y santa: la causa de todo ser, el sostenedor de todas las cosas; Infinitamente feliz, porque infinitamente perfecto; y eternamente autosuficiente, sin necesitar nada de lo que él ha hecho: ilimitable en su inmensidad, inconcebible en su modo de existencia e indescriptible en su esencia; Conocido completamente solo por él mismo, porque una mente infinita puede ser completamente aprehendida solo por sí misma. En una palabra, un Ser que, desde su infinita sabiduría, no puede errar o ser engañado; y quien, desde su bondad infinita, no puede hacer nada más que lo que es eternamente justo, correcto y amable. Lector, tal es el Dios de la Biblia; ¡Pero qué tan diferente del Dios de la mayoría de los credos y temores humanos!

Podemos ver que Elohim Alef Tav que creó los Cielos y la Tierra es claramente Yahshúa (Elohim Hijo o YAHWEH Menor) Heb. "Bereshít bará Elohím "álef-tav" hashamáyim veet haáretz." Apoc_22:12-13. "¡Presten atención!" Dice Yahshúa: "Yo vengo pronto, y mis recompensas están conmigo, para dar a cada persona de acuerdo con sus obras. Yo soy el 'Alef' y la 'Tav, ' El Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin." Heb_1:2 b: Él nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien ha constituido dueño de todo, y por medio de El Creó el universo. (Heb_1:1-3) Abba YAHWEH es el Diseñador-Arquitecto de la Creación. YAHWEH Crea a través de Su Hijo, de acuerdo a Pro_30:4 y Pro_8:22, Pro_8:23, Pro_8:2
 Dios es el creador de todas las cosas; es una verdad fundamental del orden religioso, de la cual se derivan nuestros deberes para con Dios.
 En el principio. Esta frase aquí y en Juan 1:1 indica que antes que fuera creado el universo y todo lo que en él hay, el eterno Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, por un plan y designio divinos, crean de la nada todo lo que existe (He 11:3). Las tres personas de la Trinidad participaron del acto de la creación: Dios el Padre (1 Co 8:6a; Ef 3:9), Dios el Hijo (1 Co 8:6b; Col 1:16) y Dios el Espíritu Santo (Gn 1:2; Is 40:12, 13; Sal 104:24, 30).
Creó. El verbo hebreo bara se usa siempre en el A.T. (44 veces) con Dios como sujeto. El contexto implica que la creación fue hecha de la nada, una doctrina importante que se afirma en He 11:3 ( Sal 33:6–9; Rom 4:17; 2 Ped 3:5). La ciencia puede estudiar las leyes que rigen el universo, pero no puede comprender el origen de lo creado ni del Creador.
«El cielo y la tierra» es el universo organizado, el resultado de la creación. Para expresar esta última se emplea el verbo bara', reservado en el AT para formular la acción creadora de Yahvé o sus intervenciones extraordinarias en la historia de su pueblo.  Los antiguos Hebreos no poseían un término equivalente al gr. cosmos. El universo en su totalidad era designado con la expresión el cielo y la tierra (Gn 14.22; Sal 124.8; Mt 28.18). En el uso de esta expresión se refleja la costumbre semítica de abarcar una totalidad mencionando dos elementos extremos u opuestos.

Hechos 14; 15
y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay.

Pablo y Bemabé se vieron involucrados en un extraño incidente en Listra. La razón por la que los tomaron por dioses está en la historia legendaria de Licaonia. La gente de alrededor de Listra contaba que una vez Zeus y Hermes habían venido a la Tierra disfrazados. Ninguno de los habitantes de todo el país les quiso dar hospitalidad, hasta que por fin dos campesinos, que se llamaban Filemón y su mujer Baucis, los recibieron en su casa. En consecuencia, toda la gente de aquella tierra fue exterminada por los dioses menos Filemón y Baucis, a los que hicieron guardianes de un espléndido templo y, cuando se murieron, los convirtieron en dos grandes árboles. Por eso, cuando Pablo sanó al cojo de nacimiento, los de Listra estaban decididos a no cometer otra vez su antiguo error. Bemabé debe de haber sido un hombre de aspecto noble, así es que le tomaron por Zeus, el rey de los dioses al que los Romanos llamaban Júpiter. Hermes o Mercurio era el mensajero de los dioses; y como Pablo era el que hablaba, le tomaron por Hermes. Este pasaje es especialmente interesante porque nos presenta la manera de hablar de Pablo a los que eran completamente paganos, sin el menor conocimiento de la fe de Israel al que pudiera referirse. Con personas así empezaba por la naturaleza para llegar al Dios que está detrás de todas las cosas. Empezaba por el aquí y ahora para llegar al allí y entonces. Haremos bien en recordar que el universo es el ropaje del Dios viviente.
Se cuenta que una vez, navegando por el Mediterráneo, los del séquito de Napoleón estaban hablando de Dios, al Que eliminaban totalmente. Napoleón había estado callado hasta entonces, pero en cierto momento levantó la mano y señaló al mar y al cielo y dijo: «Caballeros, ¿Quién hizo todo esto?»
Cuando los apóstoles predicaron a los judíos que odiaban la idolatría, sólo tuvieron que predicar la gracia de Dios en Cristo, pero cuando tuvieron que predicarle a los gentiles, debieron corregir los errores de la religión natural. Compárese la conducta y la declaración de ellos con opiniones de quienes piensan falsamente que la adoración de Dios, bajo cualquier nombre o de cualquier manera, es igualmente aceptable para el Señor Todopoderoso.
Los argumentos de mayor fuerza, los discursos más fervientes y afectuosos, hasta con milagros, apenas bastan para resguardar a los hombres de absurdos y abominaciones; mucho menos pueden, sin la gracia especial, volver los corazones de los pecadores a Dios y a la santidad.

¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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