} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 18 Enero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

viernes, 18 de enero de 2019

18 Enero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.



 Marcos 10; 14-15
 Pero cuando Jesús vio esto, se indignó y les dijo: Dejad que los niños vengan a mí; no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el reino de Dios. En verdad os digo: el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

Era natural que las madres judías quisieran que un gran rabino distinguido bendijera a sus hijos. Especialmente traían a sus hijos a una persona así en su primer cumpleaños. Así fue como Le trajeron a Jesús a los niños aquel día.
Entenderemos más plenamente la conmovedora belleza de este pasaje si recordamos cuándo sucedió. Jesús iba de camino a la Cruz -y lo sabía. Su sombra cruel puede que no se apartara nunca de Su mente. Fue en un momento así cuando tuvo tiempo para los niños. Aun con tal tensión en Su mente, estuvo dispuesto a tomarlos en Sus brazos, y sonreírles de corazón, y puede que hasta jugar con ellos.
Los discípulos no eran unos antipáticos ni unos amargados. Sencillamente querían proteger a Jesús. No comprendían del todo lo que estaba pasando, pero presentían claramente la tragedia que los esperaba, y podían percibir la tensión que embargaba a Jesús. No querían que se Le molestara. No podían figurarse que Él pudiera querer tener niños a Su alrededor en tal ocasión; pero Jesús les dijo: «¡Dejad que vengan a Mí los chiquillos y no tratéis de impedírselo!»
Incidentalmente, esto nos dice un montón acerca de Jesús. Nos dice que era la clase de Persona a la Que Le importan los niños, y Que importa a los niños. No puede haber sido una persona sombría y desagradable. Tiene que haber habido una amable luminosidad en Él. Tiene que haberle resultado fácil sonreír y reír de alegría.    
 Este breve, precioso incidente arroja un torrente de luz sobre la clase de Persona humana Que era Jesús. Viendo Jesús que los discípulos están reprendiendo a los que traen los bebés, se indigna. Esto implica que los discípulos no actuaban solamente en ignorancia, sino con malos motivos.
         Jesús se aprovecha de la oportunidad para enseñar sobre la naturaleza del reino venidero y de los que lo van a componer. En su reino no hay lugar para la ambición carnal y el sentido de superioridad unos sobre otros. El niño ilustra la humildad y la sumisión necesarias para todo ciudadano del reino del cielo. Jesús ya había tocado este punto.   
         Ahora, si según el calvinismo el bebé nace totalmente depravado, habiendo heredado la culpa del pecado de Adán, entonces la lógica nos obliga a concluir que el reino de Dios es compuesto de personas pecadoras. Pero si el niño o bebé es inocente, puro, sumiso y humilde, con razón se puede decir que el reino de Dios es compuesto de personas del carácter del niño.
         Jesús no dice que el reino de Dios es compuesto de niños, sino de “los tales” como ellos. Estos tales han sido bautizados en un cuerpo (1Co_12:13), que es la iglesia de Cristo (Col_1:18). El bautismo es para quienes han creído en Cristo, se han arrepentido de sus pecados, y han hecho confesión de su fe en Cristo; es para pecadores.   Pero ellos representan el carácter que tiene que poseer todo ciudadano en el reino de Dios.
         No hay nada de membresía infantil en la iglesia en este pasaje. El pasaje no habla de niños que vengan solos a Jesús, sino de niñitos que son traídos a él. Los hombres dados a la ambición carnal y al autoservicio no pueden entrar en el reino de Dios; no pueden ser parte de él. Todos tienen que humillarse y mostrar el carácter del niñito para poder esperar participar en el gobierno de Dios por medio de la verdad sembrada en corazones “buenos y rectos” (Luc_8:15). Véase Mat_18:3. Para el discipulado y la membresía en el reino de Dios, la humildad es básica.
¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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