Jeremías 29; 11
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice
Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
A
todos nos alienta un líder que nos motiva a seguir adelante, alguien que cree
que podemos llevar a cabo la tarea que nos ha encomendado y que estará con
nosotros a lo largo del camino. Dios es esa clase de líder. Conoce el futuro y
sus planes para nosotros son buenos y están llenos de esperanza. Mientras el
Dios que conoce el futuro nos proporcione nuestra agenda y vaya con nosotros
cuando realizamos su misión, tendremos esperanza ilimitada. Esto no significa
que no tendremos dolor, problemas ni sufrimiento, sino que Dios nos ayudará a
llegar a un final glorioso.
La enfermedad
moral del hombre es doble: en un momento, una confianza vana; Entonces, cuando
eso se decepciona, la desesperación. Así que los judíos primero se rieron de
las amenazas de Dios, confiados en que deberían regresar rápidamente; luego, cuando
se desprendieron de esa confianza, se hundieron en un desánimo inconsolable.
Conozco los
pensamientos que pienso hacia ti. Conocidas a Dios son todas sus obras, porque
le son conocidos todos sus pensamientos (Hechos 15:18) y sus obras concuerdan
exactamente con sus pensamientos; lo hace todo conforme al consejo de su
voluntad. A menudo no conocemos nuestros propios pensamientos, ni conocemos
nuestra propia mente, pero Dios nunca tiene ninguna incertidumbre dentro de sí
mismo. A veces estamos dispuestos a temer que los designios de Dios que nos
conciernen estén todos contra nosotros; pero él sabe lo contrario con respecto
a su propia gente, que son pensamientos del bien y no del mal; incluso lo que
parece malo está diseñado para el bien. Sus pensamientos están trabajando hacia
el fin esperado, que dará a su debido tiempo. El final que esperan que llegue,
aunque quizás no cuando lo esperen. Que tengan paciencia hasta que el fruto
esté maduro, y luego lo tendrán. Les dará un final y una expectativa, así que
está en el original. Él les dará a ellos
que vean el final (la terminación cómoda) de su problema; aunque dure mucho, no
durará siempre. El tiempo para favorecer a Sion, sí, el tiempo establecido,
vendrá. Cuando las cosas están en el peor de los casos, comenzarán a curarse; y
él les dará para que vean la gloriosa perfección de su liberación; Porque, en
cuanto a Dios, su obra es perfecta. El que al principio terminó los cielos y la
tierra, y todas las huestes de ambos, terminará todas las bendiciones de ambos
para su pueblo. Cuando comience en el camino de la misericordia, terminará. Dios
no hace nada a medias. Les dará a ver la expectativa, ese fin que ellos desean
y esperan, y han estado esperando por mucho tiempo. Él les dará, no las
expectativas de sus temores, ni las expectativas de sus fantasías, sino las
expectativas de su fe, el fin que ha prometido y que se convertirá en lo mejor
para ellos. Esto será en respuesta a sus oraciones y súplicas a Dios.
Las
promesas se dan, no para reemplazar, sino para acelerar y alentar la oración: y
cuando llegue la liberación, debemos, mediante la oración, salir para
cumplirla.
¡Maranata! ¡Sí,
ven Señor Jesús!
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