} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EVIDENCIAS DE LA CONVERSION 6

jueves, 13 de enero de 2022

EVIDENCIAS DE LA CONVERSION 6


Ezequiel 33:11  Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?

 

              El segundo gran principio que debe ser considerado es este: Dios promete que si el impío se vuelve, entonces recibirá vida eterna. Tan seguramente como Dios promete el infierno a los impíos, promete el cielo a los convertidos. “Volveos y vivir” es una verdad tan cierta como “volveos o morir”, y Dios se deleita cuando los pecadores se vuelven a Él y viven. Cuando el hombre pecó y rompió su relación con Dios, Dios no estaba obligado a proveerle un salvador, ni darle ninguna esperanza de salvación, ni siquiera a llamarlo a que se volviera; sin embargo, en su grande misericordia Dios ha hecho todas estas cosas. Este es el mensaje que todos los verdaderos predicadores del evangelio comunican a los hombres. Este no es un mensaje de condenación, sino que es exactamente lo opuesto. Este mensaje es que cada persona que es nacida de nuevo será salvada. Este mensaje no es de desesperación sino de esperanza. Vida y no muerte, es lo que trato de resaltar. La comisión divina de cada salvado por gracia es la de ofrecer salvación, una salvación segura, inmediata, gloriosa y eterna para todos, aún para los peores de los pecadores. Dios nos manda ofrecer un perdón pleno y gratuito para todos aquellos que se vuelvan a Él y vivan. Somos mandados a decir a los hombres lo que Cristo ha hecho por los pecadores, cuánta paciencia, ternura y misericordia tiene Dios para con ellos y cuán grande y maravillosa felicidad les pertenecerá si se vuelven a Él; entonces nuestro ruego es que acepten la oferta de Dios.  

 Por supuesto este mensaje habla del enojo de Dios y de la muerte del pecador, pero este no es el mensaje principal. Los verdaderos predicadores de la Palabra de Dios sin lugar a dudas tienen que advertir a los hombres de que por naturaleza ya están bajo el justo enojo de Dios y espiritualmente muertos. Pero esto es con la finalidad de enseñarles la buenas noticias, su necesidad de la misericordia divina, y lograr que se den cuenta del gran valor de la gracia de Dios.

Tal como nadie iría al doctor a menos de que estuviese convencido de que está enfermo, por la misma razón, mi motivo para decirle acerca de su terrible condición espiritual (la cual ha producido por sus propios pecados), es para que se vuelva a Cristo en busca de misericordia. Esto es también por qué le estoy diciendo acerca del tormento eterno que caerá sobre todos aquellos que se niegan a convertirse. Pero esta es la parte triste de mi mensaje.

Primeramente debo ofrecerle misericordia si usted se vuelve a Dios; son solamente aquellos que se niegan a volverse y rehúsan la voz de la misericordia divina a quienes tengo que enfrentar con el mensaje de la condenación eterna. Si usted da la espalda a sus pecados y se vuelve a Cristo siendo convertido, no tengo ninguna palabra de condenación que decirle. En el nombre del Señor Jesús, puedo asegurarle que, no importando cuán pecador usted haya sido, recibirá misericordia y salvación si se vuelve a Cristo. Cristo ha hecho todo lo necesario y la promesa de Dios es gratuita, completa y eterna. Usted puede tener vida si solo se vuelve, pero recuerde lo que las Escrituras significan cuando hablan de “volverse”.

Esto no es como reparar la vieja casa; más bien, es como derrumbarla y edificar una nueva sobre Cristo Jesús el único cimiento firme. No es un asunto de efectuar algunos cuantos cambios morales en su vida, más bien es un asunto de hacer morir su naturaleza pecaminosa y vivir una vida de obediencia al Espíritu Santo. No es un asunto de honorabilidad y religiosidad, sino que significa, un cambio de dueño y del propósito y dirección entera de su vida. Significa volver su rostro hacia la dirección opuesta en la que usted estaba caminando, y dedicarse a Dios con todo su ser. Este es el cambio que usted tiene que hacer si quiere recibir la vida eterna. Esto le enseña que la salvación y no la condenación constituyen la parte más importante de mi mensaje para usted. Si usted aceptara esto y se volviera a Cristo, ya no habría necesidad de asustarle o inquietarle hablando de la condenación. Pero si usted se rehúsa a ser salvo, entonces ciertamente que será condenado, porque no hay ningún punto intermedio, usted tiene que recibir vida o muerte.

  Pero Dios me llama no sólo a ofrecerle vida, sino también a mostrarle que Dios habla en serio en lo que dice, que su promesa es verdadera y que el cielo no es un mito sino un lugar de verdadera y eterna felicidad. Hay cientos de textos en las Escrituras donde esta verdad puede ser corroborada. En seguida citaré algunos de ellos. La Biblia dice que si alguien llega a ser cristiano: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios.5:17).

Cuando Jesús comisionó a los apóstoles les dijo: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (Marcos 16:15-16). El apóstol Pablo dijo a sus oyentes: “Que por medio de Jesús se os anuncia perdón de pecados” (Hechos 13:38).

Usted puede ver de estas declaraciones que los predicadores del evangelio tiene autoridad divina para prometerle que si se vuelve a Dios vivirá. Usted puede encomendar con confianza su alma aquí: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan.3:16).  La sangre del Hijo de Dios ha comprado la promesa; la fidelidad y la verdad de Dios garantizan que es válida; la Escritura registra muchos milagros que Dios realizó para confirmarla; los predicadores son enviados para proclamarla; y el Espíritu Santo abre los corazones de los hombres para recibirla. Estas cosas están más allá de cualquier discusión. Aún los peores de los pecadores serán salvos si se vuelven a Dios. Si usted piensa ser salvo sin convertirse, usted cree una mentira, y yo le mentiría si le dijera que podría ser así. Sería como creer lo que el diablo dice, en lugar de lo que Dios dice. Después de todo, tanto Dios como el diablo prometen a los hombres vida eterna. Dios promete “volveos y viviréis”; el diablo promete “viviréis, no importa si usted se vuelve a Dios o no”. Dios dice, “Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo.18:3), “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan.3:3); “Seguid la santidad sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos.12:14). Por otra parte el diablo dice: “Usted puede ser salvo sin nacer de nuevo y sin ser convertido. No hay necesidad de ser santo, basta con ser una persona respetable. Dios le está tratando de asustar. Él es demasiado misericordioso como para condenar a alguien; Él le tratará mejor de lo que dice su Palabra”. Y es una tragedia que la mayoría de la gente cree más al diablo que a Dios; lo cual es la misma manera en que el primer pecado entró al mundo. Dios dijo a nuestros primeros padres: “Del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres morirás” (Génesis.2:17). Pero el diablo contradijo a Dios y dijo: “No moriréis” (Génesis.3:4); y Adán y Eva creyeron más al diablo que a Dios. Y ahora Dios dice: “Volverse o morir”, pero el diablo dice: “No moriréis. Siga pecando tanto como pueda, entonces, en el último momento pida a Dios que tenga misericordia de usted”; y esto es lo que el mundo cree.

¡No puede haber mayor impiedad que creer al diablo más que a Dios! Aquellos que creen que pueden ser salvos sin un cambio radical de corazón y vida, quizás pudieran decir que están confiando en Dios, pero la verdad es que están haciendo exactamente lo opuesto; están creyéndole al diablo. Prácticamente ellos han convertido a Dios en el diablo. ¿Dónde dijo Dios que los no regenerados, los inconversos, los impíos serían salvos? Muéstreme un sólo lugar en la Escritura que diga esto. Esta es la mentira del diablo y creerla, es creerle al diablo.

La Palabra de Dios está llena de consuelo y fortaleza para la persona santa, pero no tiene nada para apoyar a la impiedad, o para dar a alguien la más mínima esperanza de ser salvo sin un cambio que conduzca a una vida santa. Sin embargo, si usted se vuelve a la misericordia de Dios, la misericordia divina le recibirá. Entonces, confíe en Dios para la salvación, porque Él ha prometido en su Palabra salvar a todos los que confíen en Dios. Él no salvará a nadie que se niegue a abandonar el mundo, la carne y el diablo. Pero, será un Padre a todos aquellos que entren en su familia confiando en su Hijo Jesucristo. Si los hombres no vienen, es su propia culpa. La puerta de la salvación está abierta por completo. Dios no impide a nadie para que entre. El jamás ha dicho a nadie, “aunque usted fuere convertido, no le recibiré”. Pudiera haber actuado así y habría permanecido justo, pero no lo ha hecho y no lo hará. Si usted está sinceramente dispuesto a volverse a El de todo corazón, Dios está dispuesto a recibirle y a concederle el perdón de sus pecados y la vida eterna.  

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