} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS Capítulo 8; 49-56

martes, 4 de enero de 2022

EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS Capítulo 8; 49-56

 

Capítulo 8; 49-56

  8:49  Estaba hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro.

 8:50  Oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva.

  8:51  Entrando en la casa, no dejó entrar a nadie consigo, sino a Pedro, a Jacobo, a Juan, y al padre y a la madre de la niña.

  8:52  Y lloraban todos y hacían lamentación por ella. Pero él dijo: No lloréis; no está muerta, sino que duerme.

 8:53  Y se burlaban de él, sabiendo que estaba muerta.

 8:54  Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate.

  8:55  Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que se le diese de comer.

  8:56  Y sus padres estaban atónitos; pero Jesús les mandó que a nadie dijesen lo que había sucedido.

                       

        Estos versículos contienen la relación de uno de los tres casos en que los evangelistas refieren que nuestro Señor restituyó la vida a un muerto. Los otros dos  milagros de esta naturaleza son la resurrección de Lázaro y la del dijo de la viuda de Naín. Parece que no hay razón para dudar que nuestro Señor resucitara  a otros además de estos tres. Pero estos tres casos bastan para demostrar su infinito poder. Uno fue el de una niña que había acabado de morir; otro el de un  joven que llevaban a enterrar; y el tercero el de hombre que hacía ya cuatro días que estaba en el sepulcro. Todos volvieron a la vida repentinamente al  mandato de Cristo. Observemos en estos versículos cuan universal es el dominio que la muerte tiene sobre los hijos de los hombres. Viene a casa de un rico  y arrebátale de un solo golpe el encanto de sus ojos. "Vino de la casa del príncipe de la sinagoga a decirle: Tu hija es muerta. Noticias como estas son parte  de los amargos dolores que tenemos que padecer en este mundo. Nada hiere tan intensamente el corazón del hombre como perder a las personas amadas, y  tenerlos que enterrar. Pocos pesares son tan grandes y penosos como el que siente un padre por la pérdida de un hijo único. ¡La muerte es en verdad un  enemigo cruel! No hace distinción en sus ataques: se presenta en el alcázar del rico lo mismo que la cabaña del pobre. No es más clemente con el joven, el  robusto, o el hermoso, que con el viejo, el débil, o el feo. Ni todo el oro del mundo, ni toda la habilidad de los doctores, pueden desviar nuestros cuerpos el  golpe de la muerte. Cuando llega la hora señalada, y Dios le permite herir, tenemos que abandonar todos nuestros proyectos y cerrar los ojos ante todos los  seres queridos.

Estos pensamientos son melancólicos, y a pocos agrada que se les mencionen. La muerte es un asunto que los hombres rehúsan considerar. "Todos los  hombres creen que los demás son mortales excepto ellos mismos." Pero ¿por qué nos conducimos de esta manera cuando se trata de una verdad tan  importante? ¿Por qué no pensamos en la muerte con preferencia a cualquiera otro asunto, para que cuando llegue nuestro turno, estemos preparados para  morir? La muerte se presentará en nuestras moradas, queramos o no. La muerte nos llevará a despecho del disgusto que manifestemos al oír hablar de ella.

Es propio del hombre prudente estar preparado a este gran cambio. ¿Y por qué no hemos de estar preparados? Hay Uno que puede librarnos del temor de la  muerte. Hebreos_2:15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.. Cristo ha puesto fin a la muerte, y " pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, " 2Timoteo_1:10. El que tiene fe en Jesucristo tiene la vida eterna, aunque esté muerto, vivirá. Creamos en el Señor Jesús, y entonces la muerte perderá su aguijón; entonces podremos decir  como Pablo: " Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. " Filipenses. 1:21.

Notemos, en segundo lugar, en estos versículos, que la fe en el amor y en el poder de Cristo es el mejor remedio en tiempo de aflicción. Se nos refiere que  cuando Jesús oyó que la hija del jefe estaba muerta, dijo a este: " No temas; cree solamente, y será salva." Estas palabras, sin duda, tenían referencia al  milagro que iba a hacer. Pero no debemos dudar tampoco que fuesen pronunciadas así mismo para bien de la iglesia. Con ellas se tuvo el designio de  revelarnos el gran secreto para obtener consuelo en la hora de necesidad: ese secreto es ejercer fe, confiar constantemente en el tierno corazón y en la  mano poderosa de Cristo, en una palabra, creer.

Que forme parte de nuestras oraciones diarias la súplica por más fe. Si quisiéremos tener siempre paz, y tranquilidad, y serenidad de espíritu, digamos con  frecuencia: "Señor, aumenta nuestra fe." Centenares de penalidades pueden acaecernos en esto mundo de desdichas y que causa nuestro débil entendimiento no puede comprender jamás. Sin fe estaremos constantemente inquietos y abatidos. Nada puede alegrarnos ni tranquilizarnos sino la meditación continúa en  el amor y la sabiduría de Cristo, en su vigilancia sobre nosotros, y en su gobierno providencial de todos los eventos humanos. Si tenemos fe no nos  agobiaremos bajo el peso de las malas noticias. No tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová. Salmo_112:7. Si tenemos fe, estaremos tranquilos y esperaremos mejores días. Si tenemos fe podemos ver  luz aun en la hora más tenebrosa, y aun en medio de las más duras pruebas. Si tenemos fe no nos faltarán sitios en donde levantar altares de alabanza en  cualesquiera circunstancias, y podremos cantar cánticos de júbilo cualquiera que sea la situación en que nos encontremos. “Isaias_28:16 por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure. ;  Isaías_26:3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.. Repitámoslo: preciso es que se grabe esta lección en nuestra mente Si quisiéremos ir  tranquilamente al través de este mundo, tenemos que creer.

Notemos, finalmente, en estos versículos, el poder que tiene nuestro Señor Jesucristo aun sobre la muerte. Se nos dice que llegó a la casa de Jairo, y  cambió el pesar en gozo. Tomó por la mano el cadáver de la hija del príncipe, y dijo en voz alta: " Joven, levántate, al instante esa voz todopoderosa le  restituyó la vida: "su espíritu se levantó luego..

 Animémonos al pensar que hay un límite al poder de la muerte. El rey del terror" es muy fuerte. ¡Cuántas generaciones no ha ido y precipitado al polvo!  ¡Cuántos hombres sabios y fuertes y bellos no han arrojado al sepulcro y arrebatado violentamente en la primavera de la vida! ¡Cuántas victorias no ha  ganado, y a menudo no ha escrito "vanidad de vanidades" sobre el orgullo del hombre! Patriarcas, y reyes, y profetas, y apóstoles, todos a su turno se ha  visto obligados a someterse a su poder, todos han muerto. Pero, gracias sean dadas a Dios, hay un más Ser poderoso que la muerte. Hay un Ser que ha  dicho: " De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol; la compasión será escondida de mi vista. Hoseas_13:14. Ese Ser es el Amigo de los pecadores, Cristo Jesús. Él manifestó  frecuentemente Su poder cuando estuvo en la tierra: en la casa de Jairo, junto al sepulcro de Betania, a la puerta de Nain. Y lo demostrará a todo el mundo en  su Segunda Venida. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.." 1Corintios_15:26. “Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos.." Isaías_26:19.

Terminemos el pasaje con el pensamiento consolador de que lo le aconteció en la casa de Jairo es un tipo de los felices acontecimientos que están por  verificarse. La hora se acerca y pronto llegará en que la voz de Cristo llamará a todo su pueblo de sus tumbas, y lo reunirá para no separarlo jamás. Los  maridos creyentes otra vez a sus esposas creyentes; los padres a sus hijos, Cristo reunirá la familia de los fieles en la mansión celestial, y todas las lágrimas  serán enjugadas.

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