Capítulo 8; 49-56
8:49
Estaba hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la
sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro.
8:50 Oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree
solamente, y será salva.
8:51
Entrando en la casa, no dejó entrar a nadie consigo, sino a Pedro, a
Jacobo, a Juan, y al padre y a la madre de la niña.
8:52 Y
lloraban todos y hacían lamentación por ella. Pero él dijo: No lloréis; no está
muerta, sino que duerme.
8:53 Y se burlaban de él, sabiendo que estaba
muerta.
8:54 Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo:
Muchacha, levántate.
8:55
Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que
se le diese de comer.
8:56 Y
sus padres estaban atónitos; pero Jesús les mandó que a nadie dijesen lo que
había sucedido.
Estos
versículos contienen la relación de uno de los tres casos en que los
evangelistas refieren que nuestro Señor restituyó la vida a un muerto. Los
otros dos milagros de esta naturaleza
son la resurrección de Lázaro y la del dijo de la viuda de Naín. Parece que no
hay razón para dudar que nuestro Señor resucitara a otros además de estos tres. Pero estos tres
casos bastan para demostrar su infinito poder. Uno fue el de una niña que había
acabado de morir; otro el de un joven
que llevaban a enterrar; y el tercero el de hombre que hacía ya cuatro días que
estaba en el sepulcro. Todos volvieron a la vida repentinamente al mandato de Cristo. Observemos en estos
versículos cuan universal es el dominio que la muerte tiene sobre los hijos de
los hombres. Viene a casa de un rico y
arrebátale de un solo golpe el encanto de sus ojos. "Vino de la casa del
príncipe de la sinagoga a decirle: Tu hija es muerta. Noticias como estas son
parte de los amargos dolores que tenemos
que padecer en este mundo. Nada hiere tan intensamente el corazón del hombre
como perder a las personas amadas, y
tenerlos que enterrar. Pocos pesares son tan grandes y penosos como el
que siente un padre por la pérdida de un hijo único. ¡La muerte es en verdad
un enemigo cruel! No hace distinción en
sus ataques: se presenta en el alcázar del rico lo mismo que la cabaña del
pobre. No es más clemente con el joven, el
robusto, o el hermoso, que con el viejo, el débil, o el feo. Ni todo el
oro del mundo, ni toda la habilidad de los doctores, pueden desviar nuestros
cuerpos el golpe de la muerte. Cuando
llega la hora señalada, y Dios le permite herir, tenemos que abandonar todos
nuestros proyectos y cerrar los ojos ante todos los seres queridos.
Estos pensamientos son melancólicos, y a pocos
agrada que se les mencionen. La muerte es un asunto que los hombres rehúsan
considerar. "Todos los hombres
creen que los demás son mortales excepto ellos mismos." Pero ¿por qué nos
conducimos de esta manera cuando se trata de una verdad tan importante? ¿Por qué no pensamos en la muerte
con preferencia a cualquiera otro asunto, para que cuando llegue nuestro turno,
estemos preparados para morir? La muerte
se presentará en nuestras moradas, queramos o no. La muerte nos llevará a
despecho del disgusto que manifestemos al oír hablar de ella.
Es
propio del hombre prudente estar preparado a este gran cambio. ¿Y por qué no hemos de estar preparados? Hay
Uno que puede librarnos del temor de la
muerte. Hebreos_2:15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban
durante toda la vida sujetos a servidumbre.. Cristo ha puesto fin a la
muerte, y " pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro
Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la
inmortalidad por el evangelio, "
2Timoteo_1:10. El que tiene fe en Jesucristo
tiene la vida eterna, aunque esté muerto, vivirá. Creamos en el Señor Jesús, y
entonces la muerte perderá su aguijón; entonces podremos decir como Pablo: " Porque para mí el vivir es Cristo, y
el morir es ganancia. " Filipenses. 1:21.
Notemos, en segundo lugar, en estos
versículos, que la fe en el amor y en el poder de Cristo es el mejor remedio en
tiempo de aflicción. Se nos refiere que
cuando Jesús oyó que la hija del jefe estaba muerta, dijo a este: "
No temas; cree solamente, y será
salva." Estas palabras, sin duda, tenían
referencia al milagro que iba a hacer.
Pero no debemos dudar tampoco que fuesen pronunciadas así mismo para bien de la
iglesia. Con ellas se tuvo el designio de
revelarnos el gran secreto para obtener consuelo en la hora de
necesidad: ese secreto es ejercer fe, confiar constantemente en el tierno
corazón y en la mano poderosa de Cristo,
en una palabra, creer.
Que forme parte de nuestras oraciones diarias la súplica por más fe. Si quisiéremos tener siempre paz, y
tranquilidad, y serenidad de espíritu, digamos con frecuencia: "Señor, aumenta nuestra fe." Centenares de penalidades pueden
acaecernos en esto mundo de desdichas y que causa nuestro débil entendimiento
no puede comprender jamás. Sin fe estaremos constantemente inquietos y
abatidos. Nada puede alegrarnos ni tranquilizarnos sino la meditación continúa
en el amor y la sabiduría de Cristo, en
su vigilancia sobre nosotros, y en su gobierno providencial de todos los
eventos humanos. Si tenemos fe no nos
agobiaremos bajo el peso de las malas noticias. No
tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová. Salmo_112:7. Si tenemos fe, estaremos tranquilos y
esperaremos mejores días. Si tenemos fe podemos ver luz aun en la hora más tenebrosa, y aun en
medio de las más duras pruebas. Si tenemos fe no nos faltarán sitios en donde
levantar altares de alabanza en
cualesquiera circunstancias, y podremos cantar cánticos de júbilo
cualquiera que sea la situación en que nos encontremos. “Isaias_28:16 por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he
puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de
cimiento estable; el que creyere, no se apresure. ; Isaías_26:3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti
persevera; porque en ti ha confiado.. Repitámoslo: preciso es que se grabe esta lección en nuestra mente Si
quisiéremos ir tranquilamente al través
de este mundo, tenemos que creer.
Notemos, finalmente, en estos versículos, el
poder que tiene nuestro Señor Jesucristo aun sobre la muerte. Se nos dice que
llegó a la casa de Jairo, y cambió el
pesar en gozo. Tomó por la mano el cadáver de la hija del príncipe, y dijo en
voz alta: " Joven, levántate, al instante esa voz todopoderosa le restituyó la vida: "su espíritu se
levantó luego..
Animémonos
al pensar que hay un límite al poder de la muerte. El rey del terror" es
muy fuerte. ¡Cuántas generaciones no ha ido y precipitado al polvo! ¡Cuántos hombres sabios y fuertes y bellos no
han arrojado al sepulcro y arrebatado violentamente en la primavera de la vida!
¡Cuántas victorias no ha ganado, y a
menudo no ha escrito "vanidad de vanidades" sobre el orgullo del
hombre! Patriarcas, y reyes, y profetas, y apóstoles, todos a su turno se
ha visto obligados a someterse a su
poder, todos han muerto. Pero, gracias sean dadas a Dios, hay un más Ser
poderoso que la muerte. Hay un Ser que ha
dicho: " De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh
muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol; la compasión será
escondida de mi vista. Hoseas_13:14.
Ese Ser es el Amigo de los pecadores, Cristo Jesús. Él manifestó frecuentemente Su poder cuando estuvo en la
tierra: en la casa de Jairo, junto al sepulcro de Betania, a la puerta de Nain.
Y lo demostrará a todo el mundo en su
Segunda Venida. Y el postrer enemigo que será destruido
es la muerte.." 1Corintios_15:26.
“Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán.
¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de
hortalizas, y la tierra dará sus muertos.." Isaías_26:19.
Terminemos el pasaje con el pensamiento
consolador de que lo le aconteció en la casa de Jairo es un tipo de los felices
acontecimientos que están por
verificarse. La hora se acerca y pronto llegará en que la voz de Cristo
llamará a todo su pueblo de sus tumbas, y lo reunirá para no separarlo jamás.
Los maridos creyentes otra vez a sus
esposas creyentes; los padres a sus hijos, Cristo reunirá la familia de los
fieles en la mansión celestial, y todas las lágrimas serán enjugadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario