} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 21 Diciembre LA BUENA SEMILLA (Meditación)

jueves, 21 de diciembre de 2017

21 Diciembre LA BUENA SEMILLA (Meditación)

  

Salmo 1; 1
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;


    El Salmo 1 es una joya de la literatura hebrea. El gran predicador Spurgeon dijo que este Salmo es el texto del cual todo el Salterio es el sermón. Bienaventurado, “¡Qué dichoso!” ¡Qué buena manera de empezar el libro que se ocupa de la comunión entre el hombre y Dios! Martín Lutero dijo que la búsqueda de la felicidad personal es común a todos los hombres; sin embargo, todos se han desviado de ella; sobre todo los que han hecho una búsqueda especial, como los filósofos. Son miserables, han perdido la felicidad tanto en esta vida como en la futura. Dios quiere que el ser humano tenga felicidad, pero la felicidad verdadera sólo se encuentra en el camino que este Salmo presenta. Y nótese que no es para una clase especial, no es sólo para una elite; el Salmo habla del justo y los malos, pero aquí al principio lo llama el hombre; cualquier varón o mujer, cualquier ser humano puede escoger este camino. El camino de salvación está abierto a todo el que quiera entrar. No sólo es la palabra con que comienza este salmo, sino que en ella está la esencia de la promesa dada a aquellos que leen estos poemas y meditan en ellos. En hebreo, como en castellano, el término bienaventurado equivale a la palabra griega que significa «bendito» o «feliz» (Mateo_5:3). Los amigos que escogemos influyen significativamente en el futuro y el éxito de nuestras vidas; en su sentido más amplio, el consejo divino es un prerrequisito de la prosperidad.
  Pero, ninguna promesa de Dios está exenta de alguna acción responsable de parte nuestra. Nadie prosperará mientras no comience a hacer lo que Dios dice. Mucha gente desea los resultados prometidos sin el compromiso responsable que le acompaña. Pero ninguno de nosotros ganará algo que valga la pena instantáneamente. No esperes que las respuestas divinas se ajusten a tu itinerario. Recuerda que sus respuestas llegan cuando pones su palabra en acción. Así como un período de intenso estudio precede a un título universitario, a través de la paciente búsqueda de su promesa podemos esperar que la Palabra de Dios madure en nuestras vidas. (Juan_10:10/Lucas_12:15)

Gálatas 6; 7
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

    Seguramente esta carta de Pablo a los gálatas les abrió sus ojos para evitar que se engañaran más. Que no sean engañados por los judaizantes u otros para perder esta comunión necesaria con maestros fieles de la palabra. Dios creó al hombre a su imagen, un ser con inteligencia y voluntad. El hombre puede pensar y decidir y, por eso, puede evitar el engaño. 
Dios tiene un calendario para cada semilla que sembramos. Su calendario no siempre se corresponde con el nuestro. Algunas veces el «debido tiempo» se asocia a un rápido resultado. Otras a un proceso lento, que pudiera tomarse años, aun toda una vida. Pero podemos estar seguros de tres cosas:
Primero, Dios hará que de nuestras semillas brote una cosecha.
Segundo, Dios nunca se adelanta o se atrasa; siempre actúa justo a tiempo y de todo corazón en lo que se refiere a nuestro bien.
Tercero, nuestra cosecha dependerá en cantidad y calidad de la clase de semillas que sembremos: Las buenas semillas traen buenas cosechas, mientras que las malas semillas traen malas cosechas.
¿Qué hemos de hacer nosotros durante el tiempo de crecimiento de nuestras semillas? 1) No desanimarnos.
2) Determinarnos a mantener nuestra fe viva y activa.
3) Dar y seguir dando; amar y seguir amando. Hay que saber esto: Tu cosecha, la que Dios produce, está garantizada. Continuemos en una actitud de expectación. (Lucas_6:38/Malaquías_3:10)

"Me volvieron la cerviz, y no el rostro" (Jeremías_2:17); "Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír" (Zacarías_7:11); pero siempre sufrieron la consecuencia. Es posible burlarse de los hombres con impunidad pero el que se burla de Dios no escapará del castigo.
Pablo acaba de decir que los santos de Galacia deberían participar de todas las cosas espirituales, y ahora les dice que su actitud hacia estas cosas buenas es de suma importancia, porque "todo lo que hombre sembrare, eso también segará". Esta idea continúa   "No nos cansemos, pues de hacer bien" (sembrar para el Espíritu). Este texto   es la conclusión de todo lo que ha dicho en esta carta acerca de la carne y del Espíritu,   acerca de las obras de la carne y el fruto del Espíritu. La cosecha siempre es el producto de la simiente (2Corintios_9:6-7; Mateo_7:15; Santiago_3:11-12).
La Biblia nos proporciona muchos ejemplos de los que segaron conforme a lo que sembraron:
(1) Esaú  Hebreos_12:14-17
(2) David (2Samuel_11:2-5; 2Samuel_11:27; 2Samuel_12:5-12).
David se arrepintió de su pecado (Salmo_51:1-19) y Dios le perdonó, pero siguió cosechando: su hijo Amnón asaltó a Tamar, hija de David; su hijo, Absalón, mató a Amnón; y Absalón usurpó el trono de su padre David y "se llegó Absalón a las concubinas de su padre, ante los ojos de todo Israel" (2Samuel_16:22)
(3) Giezi, el siervo de Eliseo (2Reyes_5:26-27)
(4) Judas (Mateo_26:14-16; Mateo_27:3-5). En todos estos casos -- y en muchos otros hasta el día de hoy -- ¡el placer momentáneo se convierte en remordimiento! Por lo tanto, "No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará".

            Los que se burlan de Dios dicen, "¿Dónde está la promesa de su advenimiento?" (2Pedro_3:4). Estos abusan de la gracia de Dios. "El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (ver. "Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero" (Juan_12:47-48).

¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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