1. Aquellos a quienes Dios ha aceptado en el Amado, y ha
llamado eficazmente y santificado por su Espíritu, y a quienes ha dado la
preciosa fe de sus escogidos, no pueden caer ni total ni definitivamente del
estado de gracia, sino que ciertamente perseverarán en él hasta el fin, y serán
salvos por toda la eternidad, puesto que los dones y el llamamiento de Dios son
irrevocables, por lo que él continúa engendrando y nutriendo en
ellos la fe, el arrepentimiento, el amor, el gozo, la esperanza y todas las
virtudes del Espíritu para inmortalidad;1 y
aunque surjan y les azoten muchas tormentas e inundaciones, nunca podrán arrancarles
del fundamento y la roca a que por la fe están aferrados; a pesar de que, por
medio de la incredulidad y las tentaciones de Satanás, la visión perceptible de
la luz y el amor de Dios puede ensombrecérseles y oscurecérseles por un tiempo,2 él, sin embargo, sigue siendo el mismo, y
ellos serán guardados, sin ninguna duda, por el poder de Dios para salvación,
en la que gozarán de su posesión adquirida, al estar ellos esculpidos en las
palmas de sus manos y sus nombres escritos en el libro de la vida desde toda la
eternidad.3
1. Jn. 10:28,29;
Fil. 1:6; 2 Ti. 2:19; 2 P.1:5-10; 1 Jn. 2:19.
2. Sal.
89:31,32; 1 Co. 11:32; 2 Ti. 4:7.
3. Sal.
102:27; Mal. 3:6; Ef. 1:14; 1 P. 1:5; Ap. 13:8.
2. Esta perseverancia de los santos depende no de su propio
libre albedrío,1 sino de la inmutabilidad del
decreto de elección,2 que fluye del amor libre e
inmutable de Dios el Padre, sobre la base de la eficacia de los méritos y la
intercesión de Jesucristo y la unión con él,3 del
juramento de Dios,4 de la morada de su Espíritu,
de la simiente de Dios que está en los santos 5 y
de la naturaleza del pacto de gracia,6 de todo
lo cual surgen también la certeza y la infalibilidad de la perseverancia.
1. Fil. 2:12,13;
Ro. 9:16; Jn. 6:37,44.
2. Mt.
24:22,24,31; Ro. 8:30; 9:11,16; 11:2,29; Ef. 1:5-11.
3. Ef. 1:4; Ro.
5:9,10; 8:31-34; 2 Co. 5:14; Ro. 8:35-38; 1 Co. 1:8,9; Jn. 14:19; 10:28,29.
4. He. 6:16-20.
5. 1 Jn.
2:19,20,27; 3:9; 5:4,18; Ef. 1:13; 4:30; 2 Co. 1:22; 5:5; Ef. 1:14.
6. Jer. 31:33,34; 32:40;He. 10:11-18;
13:20,21.
3. Y aunque los santos (mediante la tentación de Satanás y
del mundo, el predominio de la corrupción que queda en ellos y el descuido de
los medios para su preservación) caigan en pecados graves y por algún tiempo
permanezcan en ellos 1 (por lo que incurren en
el desagrado de Dios y entristecen a su Espíritu Santo,2
se les dañan sus virtudes y consuelos,3 se
les endurece el corazón y se les hiere la conciencia,4 lastiman
y escandalizan a otros,5 y se acarrean juicios
temporales 6), renovarán su arrepentimiento y
serán preservados hasta el fin mediante la fe en Cristo Jesús.7
1. Mt.
26:70,72,74.
2. Sal. 38:1-8;
Is. 64:5-9; Ef. 4:30; 1 Ts. 5:14.
3. Sal.
51:10-12.
4. Sal. 32:3,4;
73:21,22.
5. 2 S. 12:14;
1 Co. 8:9-13; Ro. 14:13-18; 1 Ti. 6:1,2; Tit. 2:5.
6. 2 S.
12:14ss.; Gn. 19:30-38; 1 Co. 11:27-32.
7. Lc.
22:32,61,62; 1 Co. 11:32; 1 Jn. 3:9; 5:18
No hay comentarios:
Publicar un comentario