} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 9 Diciembre LA BUENA SEMILLA (Meditación)

sábado, 9 de diciembre de 2017

9 Diciembre LA BUENA SEMILLA (Meditación)

 9 Diciembre LA BUENA SEMILLA (Meditación)

 Job 40; 2
¿Es sabiduría contender con el Omnipotente?
El que disputa con Dios, responda a esto

El Señor nunca desprecia a Job, tampoco busca argumentar con él hasta lograr que se someta a Él. Concluye su primer discurso invitando simplemente a Job, su contrincante en el juicio, a que le conteste. Puesto que Job no sólo había hablado contra Dios, sino hasta le había acusado de injusticia, Dios le desafía a hacer la prueba, si él podía gobernar al mundo, como Dios por su poder lo hace, y castigar a los arrogantes y malos. Cuando se enfrenta cara a cara con Dios, Job confronta su autosuficiencia. Despojado de todo lo que tenía, y ante la santidad de Dios, descubre su orgullo y expresa su vergüenza.
Tú que lees esto ¿Cómo discutes con o acusas al Dios Todopoderoso? ¿Le exiges respuestas cuando las cosas no salen a tu manera, pierdes un trabajo, alguien cercano a ti se enferma o muere, las finanzas están apretadas, fracasas o surgen cambios inesperados? La próxima vez que te veas tentado a quejarte con Dios, considera cuánto te ama y recuerda la reacción de Job cuando tuvo su oportunidad para hablar. ¿Estás en una situación mejor que la de Job o es acaso más justo que él? Da a Dios la oportunidad de revelarte sus propósitos mayores, pero recuerda que pueden ocurrir durante el curso de tu vida y no en un momento dado.


Job 42; 3

¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento?
Por tanto, yo hablaba lo que no entendía;
Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.

Job responde con humildad. Compara su anterior conocimiento de Dios, que debe a otros, con su conocimiento actual, superior porque lo ha recibido directamente: mas ahora mis ojos te ven. Ahora ve distinto a Dios porque éste se le ha revelado personalmente.
Job se arrepintió de su actitud y reconoció el gran poder y la perfecta justicia de Dios.
Abierta y sinceramente admitió que él había sido el necio. ¿Estás usando lo que no puede comprender como una excusa para su falta de confianza? Admite delante de Dios que ni siquiera tienes la fe suficiente para confiar en Él. La verdadera fe comienza con ese tipo de humildad.
Porque Job reconoce el derecho de Dios de hacer lo que hace y, aunque Job no lo dice, aun al extremo de causar sufrimiento a una persona inocente. Así que lo que es nuevo acerca del conocimiento de Job de que todo lo puedes  no es que Dios es todopoderoso, sino que tiene un propósito inevitable en cualquier cosa que hace. El sufrimiento de Job tiene sentido para Dios, aunque Dios no se lo ha explicado ni justificado de manera alguna. El error de Job ha sido reclamar una respuesta al problema del sufrimiento, lo que viene a ser meterse en un área que escapa la comprensión humana: dije cosas que no entendía, cosas demasiado maravillosas para mí. Job en las palabras de Dios mismo expresa su profundo arrepentimiento humillado. Las palabras de Dios referentes a nuestra culpabilidad deben quedar grabadas en nuestros corazones y formar la base de nuestra confesión. Los más hombres, al confesar el pecado, lo disimulan más bien que confesarlo. Job al omitir el “con palabras”, va aún más allá de la acusación de Dios. No solamente mis palabras, todos mis pensamientos y caminos son “sin ciencia” (conocimiento, ni sabiduría). Con temeridad yo negaba que tú tuvieses propósitos fijos en el gobierno de los asuntos humanos, sólo porque tu plan era “demasiado maravilloso” (oculto) para mi comprensión.

Cuando el entendimiento es iluminado por el Espíritu de gracia, nuestro conocimiento de las cosas divinas excede en mucho al que teníamos antes, así como el ver con nuestros ojos excede lo que se nos informa y lo que es de conocimiento común. Por la enseñanza de los hombres, Dios revela su Hijo a nosotros, pero por la enseñanza de su Espíritu revela a su Hijo en nosotros, Gálatas 1, 16, y nos cambia a su misma imagen, 2 Corintios 3; 18. Nos corresponde humillarnos profundamente por los pecados de los cuales somos convictos. Aborrecerse a sí mismo es siempre la compañía del arrepentimiento verdadero. El Señor llevará a los que ama, a que le adoren aborreciéndose a sí mismos; mientras la gracia verdadera siempre los llevará a confesar sus pecados sin justificarse.

¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!



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