1. El matrimonio ha de ser entre un hombre y una mujer; no
es lícito para ningún hombre tener más de una esposa, ni para ninguna mujer
tener más de un marido.1
1. Gn.
2:24 con Mt. 19:5,6; 1 Ti. 3:2; Tit. 1:6.
2. El matrimonio fue instituido para la mutua ayuda de
esposo y esposa;1 para multiplicar el género
humano por medio de una descendencia legítima2 y
para evitar la impureza.3
1. Gn. 2:18; Pr.
2:17; Mal. 2:14.
2. Gn. 1:28; Sal.
127:3-5; 128:3,4.
3. 1
Co. 7:2,9.
3. Pueden casarse lícitamente toda clase de personas capaces
de dar su consentimiento en su sano juicio;1 sin
embargo, es deber de los cristianos casarse en el Señor. Y, por lo tanto, los
que profesan la verdadera fe no deben casarse con incrédulos o idólatras; ni deben
los que son piadosos unirse en yugo desigual, casándose con los que viven una
vida malvada o que sostengan herejías condenables. 2
1. 1 Co. 7:39; 2
Co. 6:14; He. 13:4; 1 Ti. 4:3.
2. 1 Co. 7:39; 2
Co. 6:14.
4. El matrimonio no debe contraerse dentro de los grados de
consanguinidad o afinidad prohibidos en la Palabra, ni pueden tales matrimonios
incestuosos legalizarse jamás por ninguna ley humana, ni por el consentimiento
de las partes, de tal manera que esas personas puedan vivir juntas como marido
y mujer.1
1.
Lv. 18:6-18; Am. 2:7; Mr. 6:18; 1 Co. 5:1.
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