EL DESARROLLO
ESPIRITUAL 2
En la Palabra de Dios
en la Biblia, versión Reina Valera 1960, podemos seguir leyendo en Efesios
1:20-23:
20 la cual operó en
Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
21 sobre todo principado
y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en
este siglo, sino también en el venidero;
22 y sometió todas las
cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
23 la cual es su cuerpo,
la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Dios ha puesto
bendiciones espirituales en su Hijo el Señor Jesús, pero nos pide que las
busquemos y las obtengamos por la oración. Aun los mejores cristianos necesitan
que se ore por ellos, y mientras sepamos del bienestar de los amigos cristianos
debemos orar por ellos.
Todos los
creyentes verdaderos tienen gran necesidad de sabiduría celestial. ¿Acaso aun
los mejores de nosotros somos reacios a unirnos al yugo de Dios aunque no hay
otro modo de hallar reposo para el alma? ¿Acaso no nos alejamos de nuestra paz
por seguir pautas que no nos convienen? Si discutiéramos menos y oráramos más
con y por unos y otros, diariamente veríamos más y más cuál es la esperanza de
nuestra aptitud, y las riquezas de la gloria divina en esta herencia. Deseable
es sentir el fuerte poder de la gracia divina que empieza y ejecuta la obra de
la fe en nuestras almas. Pero cuesta mucho llevar a un alma a creer plenamente
en Cristo si no ha nacido de nuevo. Es imposible que un oyente de la sana
doctrina o lector de la Biblia pueda transformar su vida por sus propios
méritos. Sólo el Espíritu Santo puede obrar con poder en el nuevo nacimiento,
para llevar a cabo la transformación de la mente carnal en mente espiritual
conforme al carácter de Cristo por el conocimiento que, ahora sí, puede ver y oír
con los sentidos espirituales.
Cristo
el Salvador es quien suple todas las necesidades de los que confíamos en Él, y nos
da todas las bendiciones en la más rica abundancia. Siendo partícipes en Cristo
mismo llegamos a ser llenos con la plenitud de la gracia y la gloria en Él.
Entonces, ¡cómo será la situación espiritual de los que andan buscando la
justicia fuera de Él! Esto nos enseña a ir a Cristo. Si supiéramos a qué
estamos llamados, qué podemos hallar en Él, con toda seguridad que iríamos y
seríamos parte de Él. Cuando sentimos nuestra debilidad y el poder de nuestros
enemigos, es cuando más notamos la grandeza de ese poder que efectúa nuestra conversión y que está dedicado a perfeccionar nuestra
salvación. Ciertamente esto nos forzará por amor para vivir para la gloria de
nuestro Redentor.
El levantamiento
de Cristo no es sólo una garantía de que nuestros cuerpos serán levantados(resucitados)
después, sino que tiene en sí un poder espiritual que obra la resurrección
espiritual del alma del creyente ahora, y, por consiguiente, la resurrección de
su cuerpo al final (Rom_6:8-11 8 Y si morimos con
Cristo, creemos que también viviremos con él; 9
sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los
muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10 Porque en cuanto
murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.
11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero
vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
y en; Rom_8:11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús
mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará
también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros).
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