} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: LA CELEBRACIÓN DE LA CENA DEL SEÑOR (IV)

miércoles, 23 de julio de 2014

LA CELEBRACIÓN DE LA CENA DEL SEÑOR (IV)




Los cristianos tenemos varias opciones en cuanto a lo que Cristo quiso decir con las palabras "Este es mi cuerpo":
(1) Algunos creen que el vino y el pan, realmente, vienen a ser el cuerpo y la sangre de Cristo.
 (2) Otros creen que el pan y el vino permanecen invariables, pero que Cristo está espiritualmente presente en el pan y el vino.
(3) Aun otros creen que el pan y el vino simbolizan el cuerpo y la sangre de Cristo.
Los cristianos están de acuerdo, sin embargo, que la participación en la cena del Señor es un elemento importante en la fe cristiana y en aquella presencia de Cristo, sin embargo, entendemos que nos fortalece espiritualmente.

  ¿Qué es el nuevo pacto? Con el acuerdo antiguo, la gente podía acercarse a Dios sólo por medio de los sacerdotes y el sistema de sacrificios. La muerte de Cristo en la cruz trajo consigo un nuevo pacto entre Dios y nosotros. Ahora todos sin excepción podemos acercarnos a Dios y comunicarnos con El.  El nuevo pacto completa, más que reemplazar, el pacto antiguo, cumpliendo todo lo que el acuerdo anterior señaló. Comer el pan y beber la copa muestra que estamos recordando la muerte de Cristo por nosotros y renovando nuestro pacto de servirle.

  Jesús dijo: "Haced esto todas las veces que la bebiereis en memoria de mí". ¿Cómo debemos recordar a Cristo en la cena del Señor? Pensando en lo que hizo y por qué lo hizo. Si la cena del Señor sólo se convierte en un ritual nada más o en un hábito piadoso, ha dejado de recordarnos a Cristo y perdió su significado.

  Pablo da instrucciones específicas relacionadas con la forma en que debiera celebrarse la cena del Señor.
 (1) Deberíamos participar en la cena del Señor con una actitud de arrepentimiento porque recordamos que Cristo murió por nuestros pecados.
 (2) Deberíamos tomarlo dignamente, con reverencia y respeto.
(3) Deberíamos examinarnos a nosotros mismos para ver si tenemos algún pecado sin confesar o alguna actitud de resentimiento. Estamos preparados y listos solo cuando creemos en El y lo amamos.
(4) Deberíamos considerar a otros, esperando hasta que todos estén presentes y participando en ella en orden y en unidad.
  Cuando Pablo dice que nadie debe tomar indignamente la cena del Señor, estaba dirigiéndose a los miembros de la iglesia que estaban participando de ella sin pensar en lo que realmente significaba. Todo aquel que actúa así "será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor". En lugar de honrar su sacrificio estaban participando de la culpa de los que habían crucificado a Cristo. En realidad, nadie es digno de participar de la cena del Señor. Todos somos pecadores salvados por gracia. Esta es la razón por la que deberíamos prepararnos para la comunión por medio de una introspección saludable, confesión de pecado y el arreglo de diferencias con otros. Estas acciones removerán las barreras que afectan nuestra relación con Cristo y con otros creyentes. No permita que el reconocimiento de su pecado lo aleje de la comunión, busque ser dirigido a participar en ella.
 "Sin discernir el cuerpo del Señor" significa no entender lo que la cena del Señor representa y no distinguirla de una comida normal. Los que hacen esto se condenan a sí mismos.
"Muchos duermen" es otra forma de describir la muerte. Que alguno de ellos muriera puede ser un juicio sobrenatural sobre la iglesia en Corinto. Este tipo de disciplina resalta la seriedad del servicio de comunión. La cena del Señor no debe tomarse con ligereza, este nuevo pacto le costó a Jesús su vida.  
Las personas deben venir a la Santa Cena deseando la comunión con otros creyentes y preparados, no para saciarse con una gran cena. "Si alguno tuviere hambre, coma en su casa" significa que podían cenar de antemano y venir a la comunión con sus mentes puestas en el marco adecuado. No es un ritual sin significado, sino un mandato dado por Cristo para ayudarnos a fortalecer nuestra fe.


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