} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: JESÚS, LA VID VERDADERA 3

sábado, 19 de julio de 2014

JESÚS, LA VID VERDADERA 3




En Juan 15:1-3 leemos:

 1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
 2  Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
 3  Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.

Todo pámpano que en mí no lleva fruto…  Así como en un árbol frutal, algunas ramas pueden ser fructíferas, otras son bien estériles, según haya o no haya una conexión vital entre la rama y el tronco; así los discípulos de Cristo pueden ser fructíferos espiritualmente, o lo contrario, según estén unidos vital y espiritualmente con Cristo, o estén adheridos a él sólo externa y mecánicamente y sean más del mundo carnal. A los estériles él “quitará”   a los fructíferos “limpiará” (“podará”) sacándoles como hace el labrador, todo lo que es espeso o exuberante que estorba en el desarrollo (Marcos_4:19 pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa), “para que lleve más fruto”; operación a menudo penosa, mas no menos necesaria y beneficiosa que en la labranza natural.
Ya vosotros sois limpios  la palabra que os he hablado ya en una condición purificada y fructífera, en consecuencia de la larga acción sobre ellos de aquella “palabra” escudriñadora que era como “fuego purificador”. (Mal_3:2 ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. ).
 Así como toda fecundidad espiritual había sido atribuida a la mutua habitación en sí,  de Cristo y sus discípulos, así aquí la continuación de esta conexión vital se hace esencial para su fertilidad continua.
 El único uso propio de la vid es el de llevar fruto; fracasando en esto, es bueno para una cosa más: para leña. En  (Eze_15:1-5
 1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
 2  Hijo de hombre, ¿qué es la madera de la vid más que cualquier otra madera? ¿Qué es el sarmiento entre los árboles del bosque?
 3  ¿Tomarán de ella madera para hacer alguna obra? ¿Tomarán de ella una estaca para colgar en ella alguna cosa?
 4  He aquí, es puesta en el fuego para ser consumida; sus dos extremos consumió el fuego, y la parte de en medio se quemó; ¿servirá para obra alguna?
 5  He aquí que cuando estaba entera no servía para obra alguna; ¿cuánto menos después que el fuego la hubiere consumido, y fuere quemada? ¿Servirá más para obra alguna?). ¡Cuán terriblemente llamativa es la figura, en este aspecto de ella!

  Ningún sarmiento que no da fruto puede quedarse como parte de la vid.  Judas Iscariote  es un ejemplo de esto pero la idea se aplica a todos los pseudo -creyentes Mat_15:13 Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada.
 También es importante notar que fruto, en el sentido de buenas obras, es el resultado normal de la fe y de la entrega a Cristo. El fruto no es un requisito para la salvación, sino un resultado de que se es salvo; sólo se es salvo por la fe   

 Podar” es el proceso de cortar las ramas que no tienen fruto porque le quitan nutrición a las ramas que producen fruto. Esto se puede comparar con las prácticas del creyente que no tienen valor espiritual o que tienden a impedir el crecimiento espiritual. El progreso del crecimiento espiritual es algo que se espera de cada seguidor de Cristo.

  El fruto que el labrador celestial desea para su pueblo es la semejanza con Cristo   Para que una rama sea productiva tiene que ser podada; es decir, sometida a la beneficiosa disciplina del Padre ( Heb_12:10 Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.) y debe mantenerse estrechamente unida a la vid.
 Cuando permanecemos en Cristo nuestras oraciones son efectivas  glorificamos a Dios llevando fruto   evidenciamos nuestra condición de discípulos   y experimentamos la plenitud del gozo al recibir en nuestros corazones el gozo de Cristo.

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