} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: JUAN CAPÍTULO 8 (I)

miércoles, 30 de julio de 2014

JUAN CAPÍTULO 8 (I)



 Nuestro Señor resiste el orgullo y la vana confianza de estos judíos, mostrándoles que su descendencia desde Abraham no aprovecha a los de espíritu contrario a Él. Donde la palabra de Dios no tiene lugar, no debe esperarse nada bueno; ahí se da lugar a toda iniquidad.
Un enfermo que regresa de ver al médico y no toma ningún remedio ni come, ha perdido la esperanza de recuperarse. La verdad sana y nutre los corazones de quienes la reciben. La verdad enseñada por los filósofos no tiene este poder ni este efecto, sino sólo la verdad de Dios. Quienes reclaman los privilegios de Abraham, deben hacer las obras de Abraham; deben ser extranjeros y peregrinos en este mundo; mantener la adoración de Dios en su familia y andar siempre delante de Dios.

 Satanás dispone a los hombres a excesos por los cuales se asesinan a sí mismos y al prójimo, mientras lo que pone en la mente tiende a destruir las almas de los hombres. Él es el gran promotor de toda clase de falsedad. Es mentiroso, todas sus tentaciones las efectúa llamando bueno a lo malo y malo a lo bueno, y prometiendo libertad en el pecar. Él es el autor de todas las mentiras; a él se parecen y evocan los mentirosos, con quienes tendrá su porción para siempre, como todos los mentirosos. Las lujurias especiales del diablo son la maldad espiritual, las lujurias de la mente, y los razonamientos corruptos, la soberbia y la envidia, la ira y la malicia, la enemistad para con lo bueno, y estimular al prójimo al mal. Aquí la verdad es la voluntad revelada de Dios para salvación de los hombres por Jesucristo, la verdad que ahora estaba predicando Cristo y a la cual se opusieron los judíos.


Obsérvenos el desprecio de Cristo por los aplausos de los hombres. Los que están muertos para los elogios de los hombres pueden tolerar el desprecio de ellos. Dios procura el honor de todos los que no buscan lo suyo propio.
En estos versículos tenemos la doctrina de la dicha eterna de los creyentes. Tenemos el carácter del creyente; éste es el que guarda las Palabras del Señor Jesús. El privilegio del creyente es que no verá para siempre la muerte de ninguna manera. Aunque ahora no pueden evitar ver la muerte y, también saborearla, sin embargo, dentro de poco tiempo estarán donde para siempre no habrá más muerte.
 Cristo y todos los suyos, dependen de Dios en cuanto al honor. Los hombres pueden ser capaces de debatir sobre Dios aunque no le conozcan. Se pone juntos a los que no conocen a Dios con los que no obedecen el evangelio de Cristo, 2 Tesalonicenses 1:8en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
  Todos los que conocen rectamente algo de Cristo desean fervorosamente saber más de Él. Los que disciernen el alborear de la luz del Sol de Justicia, desean ver su levante. —“YO SOY antes que Abraham”. Esto habla de Abraham como una criatura y de nuestro Señor como el Creador; por tanto, bien puede Él engrandecerse más que Abraham. YO SOY es el nombre de Dios, Éxodo 3: 14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
; habla de su existencia de Sí mismo y por sí mismo; Él es el Primero y el Último, siempre el mismo, Apocalipsis 1: 8. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
 Así, pues, no sólo era antes que Abraham, sino antes que todos los mundos, Proverbios 8: 23 Eternamente tuve el principado, desde el principio, Antes de la tierra.
  Como Mediador fue el Mesías ungido mucho antes de Abraham; el Cordero inmolado desde la fundación del mundo, Apocalipsis 13: 8 Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.
El Señor Jesús fue hecho Sabiduría, Justicia, Santificación y Redención de Dios para Adán y Abel, y para todos los que antes de Abraham vivieron y murieron por fe en Él.
Los judíos estaban por lapidar a Jesús por blasfemar, pero Él se retiró; por su poder milagroso pasó ileso a través de ellos. Profesemos constantemente lo que sabemos y creemos acerca de Dios; y si somos herederos de la fe de Abraham, nos regocijaremos esperando el día en que el Salvador se aparecerá en gloria para confusión de sus enemigos, y para completar la salvación de todos los que creen en Él.


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