En
el capítulo 9 vemos cuatro reacciones diferentes ante Jesús. Los vecinos
revelaron sorpresa y escepticismo; los fariseos mostraron incredulidad y
prejuicio; los padres creyeron pero callaron por temor a la excomunión; y el
hombre sanado demostró una fe constante y creciente.
Una creencia común en la cultura judía era que
la calamidad y el sufrimiento eran el resultado de algún gran pecado. Pero
Cristo utilizó el sufrimiento de este hombre para enseñar acerca de la fe y
glorificar a Dios.
Vivimos
en un mundo caído donde la buena conducta no recibe siempre una recompensa y la
mala conducta no recibe siempre un castigo. Por lo tanto, los inocentes a veces
sufren.
Si Dios quitase el sufrimiento cada vez que lo
pidiésemos, lo seguiríamos por comodidad y conveniencia, no por amor y
devoción. Sean cuales fueren las razones de nuestro sufrimiento, Jesús tiene
poder para ayudarnos a lidiar con él. Cuando suframos debido a una enfermedad,
una tragedia o una incapacidad, tratemos de no preguntar: "¿Por qué me
sucedió esto?" ni "¿En qué me equivoqué?" Más bien pidamos a
Dios que nos dé fortaleza para la prueba
y una perspectiva más clara de lo que está sucediendo.
Cuando
llegan las aflicciones a los hijos de Dios, si no entendemos a través de la
Palabra, cual es la Voluntad de Dios por esas circunstancias, tendemos a echar
la culpa de lo que nos ocurre a algo que hicimos mal o que hemos pecado.
Yo
he sido el primero, en sentirme así por esas pruebas, incluso me enfadé
diciendo a Dios, cómo permitía me ocurrieran...lo poco que había avanzado lo
tiré por la borda al desconocer, por ignorancia de la Palabra, como actúa Dios
con sus hijos. Ahora sé y entiendo qué, lo que llega a nosotros es por nuestro
bien, para fortalecer nuestro carácter espiritual, limando aquello que impide a
nuestra aptitud crecer como diseñó Dios. Cada vez que un cristiano nacido de
nuevo por fe da fruto, al comienzo de su
nueva vida, su calibre es diminuto; habiendo en la vieja naturaleza multitud de
actitudes que impiden que ese calibre sea mayor, ser apto. Entonces Dios, por
nuestro bien, coge la tijera y comienza a podar aquellas ramas que estorban en
nuestro desarrollo, que impiden que la aptitud que Dios ha puesto en nosotros,
se manifieste. Podar equivale a eliminar todo lo improductivo en nosotros, y
cortar esas ramas es un proceso que al inicio suele resultar doloroso, que
nosotros no entendemos.
Del
mismo modo que yo sé cuando y como debo
podar una camelia para que produzca flores de calidad, así Dios sabe cuando ha
llegado el momento de actuar en mi vida para eliminar todas aquellas
imperfecciones que impiden pueda dar los
frutos que Dios espera de mí. Entender esto, confiar en la Soberanía de Dios,
en Su Sabiduría ha sido un proceso tan lento que no me sorprende haya pasado por
tantas pruebas. Aun sigo aprendiendo a obedecer sin rechistar, porque a la
carne no le gusta morir, y si o si debe morir.
Ezequías construyó el estanque de Siloé. Sus
obreros abrieron un conducto subterráneo desde un manantial que estaba fuera
del muro de la ciudad para que llevase agua al interior de la misma. Así la
gente podía siempre obtener agua sin temor al ataque. Esto resultaba
especialmente importante en tiempos de sitio ( 2Reyes_20:20
Los demás hechos de Ezequías, y todo su
poderío, y cómo hizo el estanque y el conducto, y metió las aguas en la ciudad,
¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
Y en 2 Crónicas32:30 Este Ezequías cubrió los manantiales de Gihón la de arriba, y condujo el
agua hacia el occidente de la ciudad de David. Y fue prosperado Ezequías en
todo lo que hizo ).
Mientras que los fariseos investigaban y
discutían acerca de Jesús, la gente se sanaba y cambiaba. El escepticismo de
los fariseos no se basaba en la falta de evidencia, sino en los celos debido a
la popularidad de Jesús y su influencia en las personas.
El día de reposo de los judíos, el sábado, era
el santo día de descanso de la semana. Los fariseos elaboraron una larga lista
específica de permisos y prohibiciones referentes al día de reposo. Trabajar
con lodo y sanar al hombre se consideraban trabajo y por lo tanto estaban
prohibidos. Es posible que Jesús haya hecho el lodo a propósito a fin de
enfatizar su enseñanza acerca del día de reposo: Es bueno ocuparse de las
necesidades de otros aun cuando implique trabajar en un día de reposo.
Ya el ex ciego había escuchado las mismas
preguntas demasiadas veces. No sabía cómo ni por qué Jesús lo sanó, pero sabía
que su vida cambió milagrosamente y no temía decir la verdad.
No
es necesario que uno conozca todas las respuestas para hablar de Cristo a
otros. Es importante decirles cómo Él ha cambiado nuestra vida. Luego confiemos
que Dios usará esas palabras para ayudar a otros a creer también en Él.
La nueva fe del hombre fue severamente probada
por algunas de las autoridades. Lo maldijeron y lo expulsaron de la sinagoga.
Es posible que llegue persecución cuando uno
sigue a Jesús. Tal vez perdamos amigos; incluso quizás la vida. Pero nadie
puede quitarnos jamás la vida eterna que
Jesús nos da.
Cuanto más experimentaba este hombre su nueva
vida a través de Cristo, más confiaba en aquel que lo sanó. No solo adquirió la
vista física, sino también la espiritual al reconocer a Jesús primeramente como
un profeta, luego como su Señor.
Cuando
vamos a Cristo, empezamos a verlo de manera diferente. Cuanto más andamos con Él,
mejor comprenderemos quién es. Pedro nos
dice que crezcamos "en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo" (2Pe_3:18 Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la
eternidad. Amén). Si deseamos saber más de Jesús, sigamos andando con Él.
A los fariseos les chocó que Jesús pensase que
eran ciegos espirituales. Jesús les contestó que solo la ceguera (obstinación y
estupidez) disculpaba su conducta. A los que fueron receptivos y reconocieron
que el pecado en verdad los tenía ciegos en cuanto a conocer la verdad, El les
dio entendimiento y revelación espiritual. Pero rechazó a quienes se volvieron
condescendientes, arrogantes y ciegos.
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