1Cor 11:4 Todo varón que ora o
profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza.
1Cor 11:5 Pero toda mujer que
ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo
es que si se hubiese rapado.
1Cor 11:6 Porque si la mujer no
se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer
cortarse el cabello o raparse, que se cubra.
1Cor 11:7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen
y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.
Era la costumbre
griega, y así también la de Corinto, que el hombre en el culto estuviese
descubierto, mientras que los judíos llevaban el Talith, o velo, para demostrar su reverencia delante de Dios y
su indignidad de mirarle a él (Isaias_6:2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas;
con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.)
sin embargo se exceptúa los casos donde, como en Grecia, era distinta la costumbre del lugar. Deshonra su cabeza llevando un velo que sea señal de sujeción o
que le haga mirar hacia abajo en vez de hacerlo mirar hacia arriba, a su Cabeza espiritual, Cristo, a quien solo
debe someterse.
¿Por qué,
entonces, no debe el varón llevar un velo en señal de sujeción a Cristo, como
la mujer lo lleva en señal de sujeción al varón? “Cristo es invisible; el varón
es visible. Así, el velo del que está bajo Cristo no se ve; pero el velo de la
que está bajo el varón, sí se ve.
Las mujeres que
hablaban en culto público era un caso extraordinario, y se justificaba sólo por
los dones milagrosos que servían a tales mujeres de credenciales; por ejemplo,
Ana la profetisa y Priscila (así se relata en Hechos_2:18 Y de cierto sobre
mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y
profetizarán).
La regla
ordinaria para las mujeres cristianas era el silencio en público ( 1Ti_2:11-12
La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. 12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni
ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio). La
receptividad y la actividad mentales en la vida familiar se reconocen en el
cristianismo como las actitudes más concordantes con el destino de la mujer.
Este pasaje no necesariamente prohíbe el que las mujeres hablen en público, aun
cuando posean los dones milagrosos; sino que sencillamente hace constar lo que
tuvo lugar en Corinto, sin expresar una opinión sobre el particular. Aun las
mismas mujeres que tenían el don de la profecía, habían de ejercer su don, a
otra hora y en otro lugar, antes que en la congregación pública.
Al hacer a un lado el velo, hace a un lado la
señal de su sujeción al varón, que es su verdadera “honra:” porque por él ella
tiene relación con Cristo, la cabeza del hombre. Además, como el velo era el emblema de la modestia
virginal, ante el varón (Gen_24:65 porque había
preguntado al criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia
nosotros? Y el criado había respondido: Este es mi señor. Ella entonces tomó el
velo, y se cubrió.), y de la castidad conyugal (Gen_20:16 Y a Sara dijo:
He aquí he dado mil monedas de plata a tu hermano; mira que él te es como un
velo para los ojos de todos los que están contigo, y para con todos; así fue
vindicada.) así, tener la cabeza
no cubierta indicaba que ya no quería estar bajo el poder del marido, de ahí que a la
mujer sospechada le descubría
la cabeza el sacerdote (Num_5:18 Y hará el sacerdote estar en pie a la mujer delante de
Jehová, y descubrirá la cabeza de la mujer, y pondrá sobre sus manos la ofrenda
recordativa, que es la ofrenda de celos; y el sacerdote tendrá en la mano las
aguas amargas que acarrean maldición.). Se entiende que “su cabeza” de
ella sería el varón, su cabeza simbólica, no la literal; pero como es literal
en la frase anterior, debe serlo en la posterior. Ya que el cabello de la mujer
le es dado por naturaleza como velo, el
cortárselo, como el varón, sería indecoroso: por tanto, quitarse el velo
también, como el varón, sería asimismo indecoroso. A ella le es natural criar cabellos en lugar de
velo; y debe, por tanto, agregar lo otro, llevar el velo sobre su cabeza, para
dar a conocer que ella hace de
voluntad propia lo que la naturaleza
misma enseña que debe hacer, en señal de su sujeción a su marido.
A la mujer no le
gustaría ser trasquilada, ni, lo
que es peor, ser afeitada; pero
si ella escoge estar sin velo, estese también sin cabello, trasquilada. Durante el
primer siglo las mujeres se presentaban en público con la cabeza cubierta con
un velo; esto era la costumbre entre las mujeres judías, griegas y romanas.
Aunque la forma del velo variaba, era parte integrante del vestuario.
Para un
entendimiento apropiado debe estar basado en la comprensión de los principios
de la creación y las costumbres de la sociedad de los corintios. Adán y Eva
fueron creados como seres interdependientes, juntos representaban a la humanidad como un
todo. El orden y la forma en que fueron creados revelan la gloria de Dios y el
señorío de Cristo. Además, la mujer es
la gloria del varón debido a que
fue creada como su compañera apropiada y
dotada por la naturaleza para cumplir su papel.
Una mujer que aparecía descubierta en público
era considerada como una perdida y alguien inmoral. No cubrirse el cabello o
una cabeza afeitada eran símbolo de una condición perdida o corrupta (Lev_14:8-9 Y el que se
purifica lavará sus vestidos, y raerá todo su pelo, y se lavará con agua, y
será limpio; y después entrará en el campamento, y morará fuera de su tienda
siete días.
9 Y el séptimo día
raerá todo el pelo de su cabeza, su barba y las cejas de sus ojos y todo su pelo,
y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en agua, y será limpio) y en Num_5:18 Y hará el
sacerdote estar en pie a la mujer delante de Jehová, y descubrirá la cabeza de
la mujer, y pondrá sobre sus manos la ofrenda recordativa, que es la ofrenda de
celos; y el sacerdote tendrá en la mano las aguas amargas que acarrean
maldición.). Aun así estos versículos destacan la desgracia de las
mujeres que no mostraban su sumisión en el culto público.
Dios ha creado
grados de autoridad a fin de que su creación funcionara normalmente, sin
embargo deben existir grados de autoridad, aun en el matrimonio, no deben
existir grados de superioridad. Dios creó hombres y mujeres con características
únicas y complementarias. Un sexo no es mejor que el otro. No debemos permitir
que el asunto de la autoridad y la sumisión se convierta en una arma para
destruir la unidad matrimonial. En cambio, debemos usar nuestros dones únicos
para fortalecer nuestros matrimonios y glorificar a Dios.
-Satanás odia el
orden de Dios, y siempre hará lo posible para desordenar, sea como sea lo que Dios ha establecido. Engañó
a Eva, y siempre intentará que la mujer desobedezca ese orden de autoridad para
que se revele contra el hombre y así trastocar todas las bendiciones que van
unidas en el hogar donde se respeta el principio de autoridad. A los hombres
trata de confundirnos con filosofías y corrientes de pensamiento que en nada
tienen que ver con el orden que Dios ha establecido. Muchas personas inmaduras,
filosofan o preguntan ¿Por qué dio esta autoridad al hombre? ¿Por qué no creo a
la mujer primero? Es una pérdida de tiempo especular sobre la Soberanía de Dios,
si al Señor le pareció bien así, quienes somos nosotros para siquiera
cuestionarlo. El Plan de Dios para la familia está siendo atacado por el enemigo,
seduciendo por los sentidos. Así podemos ver tras la emancipación de la mujer y
su incorporación a la vida laboral, como
muchas familias, aun cristianas, han primado la obtención de ingresos económicos,
a seguir lo establecido por Dios. Así, las guarderías se han convertido en
madres temporales y el trabajo en el estorbo para la bendición en el hogar. -
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