En Juan 15:1-3 leemos:
1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
2 Todo pámpano que en
mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para
que lleve más fruto.
3 Ya vosotros estáis
limpios por la palabra que os he hablado.
La vid es una planta prolífica; una sola vid
produce muchas uvas. En el Antiguo Testamento, las uvas simbolizaban la
capacidad de Israel de llevar fruto haciendo la obra de Dios en la tierra (Salm_80:8 Hiciste venir una vid de Egipto;Echaste las naciones, y la plantaste)
En (Isaias_5:1-7 vemos la historia de una viña:
1 Ahora cantaré por
mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera
fértil.
2 La había cercado y despedregado y plantado de
vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en
ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.
3 Ahora, pues, vecinos
de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña.
4 ¿Qué más se podía
hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese
uvas, ha dado uvas silvestres?
5 Os mostraré, pues,
ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida;
aportillaré su cerca, y será hollada.
6 Haré que quede
desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a
las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.
7 Ciertamente la viña
de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta
deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.)
En Ezequiel_19:10-14 vemos otra analogía con la
vid:
10 Tu madre fue como una
vid en medio de la viña, plantada junto a las aguas, dando fruto y echando
vástagos a causa de las muchas aguas.
11 Y ella tuvo varas
fuertes para cetros de reyes; y se elevó su estatura por encima entre las ramas,
y fue vista por causa de su altura y la multitud de sus sarmientos.
12 Pero fue arrancada
con ira, derribada en tierra, y el viento solano secó su fruto; sus ramas
fuertes fueron quebradas y se secaron; las consumió el fuego.
13 Y ahora está plantada
en el desierto, en tierra de sequedad y de aridez.
14 Y ha salido fuego de
la vara de sus ramas, que ha consumido su fruto, y no ha quedado en ella vara
fuerte para cetro de rey. Endecha es esta, y de endecha servirá).
En la comida de
Pascua, el fruto de la vid simbolizaba la bondad de Dios para con su pueblo.
Cristo es la vid y Dios es el labrador que
cuida de los pámpanos para lograr que produzcan fruto. Los pámpanos somos todos
los seguidores de Cristo. Los pámpanos fructíferos son los verdaderos creyentes
que mediante su unión viva con Cristo llevan mucho fruto. Pero a los que se
tornan improductivos, a los que se arrepienten de seguir a Cristo después de
comprometerse superficialmente, se les separará de la vid. Ser improductivos es
como estar muertos, por lo cual los cortarán y los echarán fuera.
Jesús establece una diferencia entre dos tipos
de poda: quitar, y limpiar las ramas. Las ramas que llevan fruto se
limpian a fin de promover el crecimiento. En otras palabras, a veces Dios debe
disciplinarnos para fortalecer nuestro carácter y nuestra fe. Pero las ramas
que no llevan fruto se quitan del tronco porque no solo son inútiles, sino que
a menudo afectan el resto del árbol. Las personas que no llevan fruto para Dios
o que intentan bloquear los esfuerzos de los que lo siguen, serán cortados para no debilitar el resto..
El fruto no se limita a ganar almas. En este
capítulo, la oración respondida, el gozo y el amor se mencionan como fruto.
En Galatas_5:22-24 vemos
cuáles son esos frutos que producimos al obedecer a Cristo:
22 Mas el fruto del
Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23 mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley.
24 Pero los que son de
Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
El apóstol Pedro 2Pedro_1:5-8
describe frutos adicionales, cualidades
del carácter cristiano:
5 vosotros también,
poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la
virtud, conocimiento;
6 al conocimiento,
dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;
7 a la piedad, afecto
fraternal; y al afecto fraternal, amor.
8 Porque si estas cosas
están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en
cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
Permanecer en Cristo significa: creer que
El es el Hijo de Dios (1Juan_4:15 Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios
permanece en él, y él en Dios.), recibirlo como Señor y Salvador (Juan_1:12 Mas a todos
los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser
hechos hijos de Dios;), hacer lo que Dios dice (1Juan_3:24 Y el que
guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que
él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado. ), seguir
creyendo en el evangelio (1Juan_2:24 Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en
vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros,
también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.), y
relacionarse en amor con la comunidad de creyentes (Juan_15:12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo
os he amado).
Muchos tratan de ser personas buenas y
sinceras que hacen lo que es debido. Hay muchas de ellas que su corazón sincero
les dice que están en la verdad, pero ser sinceras no les salva de la muerte
eterna, de la separación de Dios.
Pero Jesús dice
que la única manera de llevar una vida buena de veras es permanecer cerca de Él,
como un pámpano unido a la vid. Separados de Cristo, nuestros esfuerzos no
llevan fruto. ¿Recibimos el alimento y la vida que ofrece Cristo, la vid? Quién
no los recibe, se está perdiendo algo extraordinario que da el Señor.
Cuando una vid lleva "mucho fruto",
Dios se glorifica, pues cada día envía el sol y la lluvia para hacer crecer los
cultivos, y alimenta cada planta y la prepara para que florezca. ¡Qué momento
de gloria para el Señor de la cosecha cuando esta se lleva a los almacenes,
madura y lista para su uso! ¡Él es quien hizo que sucediese! Esta analogía de
la agricultura muestra cómo Dios se glorifica cuando la gente establece una
buena relación con El y comienza a "llevar mucho fruto" en sus vidas.
Cuando todo va bien, nos sentimos jubilosos.
Cuando se presentan las dificultades, nos hundimos en depresión. Pero el
verdadero gozo trasciende las olas agitadas de las circunstancias. El gozo
viene de una firme relación con Jesucristo. Cuando nuestras vidas están
entrelazadas con la de Cristo, El nos ayuda a atravesar la adversidad sin
hundirnos en depresiones debilitantes y administrar la prosperidad sin
trasladarnos a alturas engañosas. El gozo de vivir con Jesucristo cada día nos
mantendrá equilibrados a pesar de los altibajos de nuestras circunstancias.
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