1Tesalonicenses 5:1
Ahora bien, hermanos, con respecto a los tiempos y a las
épocas, no tenéis necesidad de que se os escriba nada.
Pablo sigue hablando de la segunda venida de
Cristo. En los versículos anteriores consolaba a los hermanos con respecto a
sus seres queridos que ya murieron; ahora les exhorta a ellos y a nosotros para
que estemos listos para ese gran evento.
No tenían necesidad de que Pablo les escribiera sobre el tiempo de la
segunda venida de Cristo, porque ya les había instruido, pero se puede agregar
que los fieles no tienen necesidad de saber cuándo Cristo vendrá porque siempre
están listos.
En
cuanto a los tiempos y las épocas, Hch_1:7, “Y les dijo: No os toca a vosotros
saber los tiempos o las sazones (épocas, LBLA), que el Padre puso en su sola
potestad”. Nota importante: Jesús dice (Mar_13:32), “Pero de aquel día y de la
hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el
Padre”. Algunos hermanos citan este texto para probar que durante su vida en la
tierra Jesús no era omnisciente, pero este texto no enseña tal cosa. Más bien,
de acuerdo a lo que dice en Hch_1:7, no es el papel del Hijo, ni el de
los ángeles, ni el del Espíritu Santo, revelar “aquel día”. Si Mar_13:32 enseña
que Jesucristo no era omnisciente, entonces enseña que el Espíritu Santo no es
omnisciente. Ose_8:4 dice, “Ellos constituyeron príncipes, mas yo no lo supe”.
¿Este texto enseña que Dios no es omnisciente? Claro que no. Tampoco enseña Mar_13:32
que durante su vida terrenal Cristo no era omnisciente. Es necesario dejar que
la Escritura explique la Escritura.
No
tenemos necesidad de saber cuándo Cristo vendrá. Lo importante es que estemos listos
todo el tiempo.Luc_13:23 “Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se
salvan? Y él les dijo: 24 Esforzaos (luchar; castellano, agonizar) a entrar por
la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. 25
Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y
estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos,
él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. 26 Entonces comenzaréis a decir:
Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. 27 Pero os
dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores
de maldad. 28 Allí será el llanto y el crujir de dientes”. Lo importante no es
especular en cuanto al número de los salvos; más bien nos conviene preocuparnos
por la cuestión vital: ¿estaré yo listo? ¿estaré yo entre ellos?
“Hay
actividades que no se pueden dejar hasta el último momento. Es demasiado tarde
para prepararse para un examen cuando llega el momento de escribir. Es
demasiado tarde para asegurar una casa cuando ha estallado la tormenta. Hay
cosas que deben hacerse a tiempo... Un viejo escocés a quien alguien le ofrecía
palabras de consuelo porque le había llegado la hora, replicó: ‘¡Ya teché mi
casa cuando el tiempo era bueno!’”.
Si
el Señor nos hubiera dicho exactamente cuándo vendría, ¿cuántos estaríamos
verdaderamente preparados para su venida? El Señor quiere que dediquemos la
vida a la práctica de sus enseñanzas para nuestro propio bien y para
transformarnos a su imagen (Rom_8:28; Rom_12:2; 2Co_3:18; Efe_4:24; Col_3:10).
Por lo tanto, el Señor no nos dice el tiempo de su venida, pero sí nos dice, (Rom_13:11),
“Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque
ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. 12 La
noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las
tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. 13 Andemos como de día,
honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no
en contiendas y envidia, 14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis
para los deseos de la carne”. Pedro dice, “Baste ya el tiempo pasado para haber
hecho lo que agrada a los gentiles” (1Pe_4:3).
No
sabemos cuándo el Señor vendrá, pero Pablo dice, “Pero esto digo, hermanos: que
el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la
tuviesen; 30 y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como
si no se alegrasen; y los que compran, como si no poseyesen; 31 y los que
disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de
este mundo se pasa. 32 Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja” (1Co_7:29-32).
Si Cristo viene primero o si morimos primero, el tiempo es corto. Debemos hacer
todos los planes de la vida teniendo presente siempre que el tiempo es corto.
No conviene que ninguna relación o actividad de la vida nos estorbe
espiritualmente. “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios,
y velad en oración” (1Pe_4:7).
También
Pablo dice, “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de
salvación” (2Co_6:2).
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