} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 24 Agosto: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

viernes, 24 de agosto de 2018

24 Agosto: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.


  
Apocalipsis 3; 20
 
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.

 Podíamos parafrasear este versículo: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno (de los cristianos de Laodicea) oye mi voz (que dice, arrepiéntete) y abre la puerta (de su corazón que ha sido cerrada por la indiferencia), entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo (en comunión íntima)". La tibieza espiritual expulsa a Cristo del corazón y rompe la comunión con El. El arrepentimiento y el celo le hacen volver a entrar en el corazón, y se establece de nuevo la comunión.
 La llamada a la conversión en la carta a Laodicea va seguida de unas palabras de solicitación amorosa. Con personas tan seguras de sí y tan convencidas de su propia justicia se alcanza más con un ruego amoroso que con una orden imperiosa. Así ruega el Señor como uno que, hallándose con la puerta cerrada, pide que se le deje entrar de nuevo en Laodicea, después que de antemano había en cierto modo excusado como expresión de su amor especial la gran dureza con que había debido tratarlos; en efecto, con un amor indulgente y condescendiente no se presta el menor servicio; en todo caso, Dios corrige y castiga a los que ama. La cena que el Señor piensa celebrar cuando logre entrar de nuevo volverá a sellar la amistad que había sido traicionada.

El mismo que es “la puerta,” y nos manda que “llamemos,” para que se nos abra, debe llamar primero Él mismo a la puerta de nuestro corazón. Si Él no llamara primero, nosotros nunca llamaríamos a la puerta de Él.


Santiago 1; 21

Por lo cual, desechando toda inmundicia y todo resto de malicia, recibid con humildad la palabra implantada, que es poderosa para salvar vuestras almas.

La frase "por lo cual" se refiere a la imposibilidad de obrar la justicia de Dios mientras que uno tiene ira contra la enseñanza de la Biblia. Deshaciéndose del pecado en su vida, el cristiano entonces tendrá una actitud apropiada hacia la Palabra de Dios, y podrá obrar la justicia de Dios.
La frase "toda inmundicia" se refiere a toda forma, o todo caso, de lo que es moralmente sucio. Enfatiza el estado de corazón en que hay exceso de vicio en uno, o sea más que lo normal en los hombres. Claro es que toda medida de malicia debe ser quitada, pero Santiago en esta forma apunta a una condición actual, cuanto menos en algunos, de haber mucha, mucha, malicia o vicio. Para poder recibir la Palabra de Dios salvadora, es preciso eliminar todo vestigio de pecado, y perfeccionar la santificación (2Co_7:1, Heb_12:14).
Hoy en día es común disminuir la seriedad del pecado, o atribuyendo todo crimen y maldad a "enfermedades", o pasando la responsabilidad de los malos hechos a otros, a la herencia, o a la sociedad en general, en lugar de al individuo mismo. De esta manera no se hace el pecado "sobremanera pecaminoso" (Romanos 7:13), sino acepto como cosa natural, o cuando menos no reprehensible.

Recibir es la antítesis de desechar. La actitud correcta en recibir es la de mansedumbre.
La mansedumbre es característica del reinado del Mesías (Sal_25:9; Sal_37:9). Es lo opuesto de ira. Muestra actitud de rendirse. El cristiano sobre todo quiere ser salvo, y por eso se rinde a la Palabra de Dios que puede hacerle sabio para la salvación (2Ti_3:15). No debemos resentir sus instrucciones, sus exhortaciones, y sus reprensiones

Nadie nace con la verdad ya implantada en él. La Palabra tiene que ser recibida antes de poder ser implantada o arraigada (1Co_1:21; Mar_16:15; Rom_10:17; Hch_15:7).
La Palabra es sembrada, no injertada. Dado que es sembrada, una vez recibida con mansedumbre, se arraiga en el corazón
Recuérdese que Santiago está enseñando a cristianos, aunque es igualmente cierto que la Palabra de Dios puede salvar al pecador inconverso de sus pecados pasados.
         Salva almas. El alma es el hombre interior (2Co_4:16), el verdadero "yo". Pero en este pasaje se hace referencia a toda la persona (alma, cuerpo y espíritu -- el ser entero, 1Ts_5:23), como en Hch_2:41 y 1Pe_3:20.

¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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