Hebreos 12; 1-2
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor
nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que
nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
puestos los
ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto
delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios.
Los mencionados en el capítulo 11 que alcanzaron
testimonio respecto a su fe, ahora en 12:1 se presentan como testigos, cuyos
hechos de fe están registrados en el Antiguo Testamento para urgirnos a correr
fielmente como ellos corrieron. Testifican con sus vidas de fe la eficacia
de la fe para alcanzar la salvación eterna y así metafóricamente se presentan
como mirándonos en nuestra carrera en la fe.
Estos
no nos miran literalmente desde el cielo para ver si estamos corriendo bien,
sino como Abel (aunque muerto, como ellos también) por sus hechos registrados
en las Escrituras él (y ellos) nos hablan acerca de lo que realiza y logra la
fe.
"despojémonos
de todo peso y del pecado que nos asedia". En lugar de "asedia",
dice la versión Moderna "cerca", y la Hispanoamericana,
"rodea". Como los pesos innecesarios estorban al atleta que corre,
así también la incredulidad al cristiano. Los afanes y deseos pecaminosos
resultan de la incredulidad. El ejercicio continuo de la fe es la única
seguridad de que no perdamos la carrera hacia la vida eterna.
La
paciencia incluye tanto la persistencia y perseverancia activa como el soporte
pasivo. Como los antiguos perseveraban hasta recibir el premio, así corramos
nosotros con perseverancia hasta recibir el nuestro. Aquí la paciencia
es perseverancia. Muchos comienzan pero no terminan; no perseveran hasta el
fin.
"puestos los ojos en Jesús". Aparte del
estímulo para perseverar que proporcionan los antiguos, también la grandeza y
el ejemplo de Jesucristo se presentan aquí para estimular a los hebreos. Quitar
el cristiano los ojos (de la fe) de Cristo, para mirar a lo mundano, aunque sea
por breve tiempo, es disminuir la velocidad en la "carrera". ¡Ningún
atleta quita la vista de la meta, o del blanco! Mira hacia delante y corre con
todo empeño.
Jesús es el Autor y Director de la fe y el que
la completa o perfecciona. Es el "principio y el fin" en cuanto a la
fe (el plan de salvación). Tiene toda preeminencia en esto. Ahora como él
sufrió fielmente para alcanzar el gozo puesto delante de él, así también
nosotros suframos con paciencia (perseverancia) para alcanzar el gozo nuestro
en el cielo.
Además
nos guía en la fe por su ejemplo que bien ilustra la naturaleza, el poder y la
eficacia de la fe (el creer). Por eso debemos siempre mirar a él.
--"de
la fe" = el sistema de creencia en el evangelio del Nuevo Testamento.
Este
"sistema de creencia" requiere que crea el recipiente de sus
bendiciones. Rom_1:17 habla de la justicia de Dios que se basa en creer
y se predica al hombre para que crea ("por fe y para fe").
--"el
cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz". Murió Jesucristo
por nosotros porque fue movido por el gozo de realizar la salvación del hombre
perdido, como también por el de hacer la voluntad del Padre
--"menospreciando
el oprobio". "Vergüenza", dicen las versiones Moderna e
Hispanoamericana. La muerte por crucifixión era la más vergonzosa de todas en
ese tiempo. No obstante, Cristo no rehusó sufrir esa vergüenza (Flp_2:8) para
cumplir la voluntad de Dios fielmente. ¡Él es nuestro ejemplo supremo de
obediencia fiel!
Apocalipsis 22; 16
Yo Jesús he enviado mi ángel para
daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de
David, la estrella resplandeciente de la mañana.
Jesús garantiza la verdad de todo lo que Juan ha visto y oído. La
razón de esta garantía es la siguiente. El libro empieza prometiendo una
Revelación que ha de dar Jesucristo (1:1); esta es la confirmación que da Jesús
de que la visión procedía de Él.
A continuación pasa a exponer, como si dijéramos, Sus credenciales.
"Yo soy la raíz y el linaje de David,» dice. Esa es una referencia a
Isa_11:1: «Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus
raíces.» Jesús está diciendo que en El se cumple esta profecía, que Él es al
mismo tiempo la fuente eterna del ser del que procedía David, y su descendiente
prometido.
"Yo soy la Estrella resplandeciente de la mañana,» dice Jesús. El
comparar a un hombre con la estrella de la mañana era colocarle muy alto en la
categoría de los héroes. Los rabinos, por ejemplo, dieron a Mardoqueo ese
nombre. Y más que eso: esto recordaría la gran profecía mesiánica: «Saldrá
estrella de Jacob» (Num_24:17).
Esto despertaría otros reinos de pensamiento. La estrella de la mañana
es el heraldo del día que destierra las tinieblas de la noche; ante Cristo huye
la noche del pecado y de la muerte.
Sin
duda esto despertaría todavía otro recuerdo. Jesús había dicho en los días de
Su carne: «Yo soy la luz del mundo; el que Me sigue no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida» (Jn_8:12). Cuando el Cristo
Resucitado dijo que era la Estrella de la mañana Se presentaba de nuevo como la
luz del mundo y el disipador de las tinieblas del mundo.
¡Maranata! ¡Ven pronto mi Señor Jesús!
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