Libro de
Joel 1; 1-20
JOEL fue profeta en Judá
desde 835-796 a.C.
Ambiente de la época: La malvada reina Atalía se apoderó del poder en
un golpe de estado sangriento, pero fue derrocada después de pocos años. Joás
ascendió al trono, pero solo tenía siete años y una gran necesidad de que lo
guiaran en lo espiritual. Joás siguió a Dios en sus primeros años, pero luego
se apartó de Él.
Mensaje principal: Una plaga de langostas había llegado para
disciplinar a la nación. Joel hizo un llamado al pueblo para que regresara a
Dios antes de que ocurriera un juicio mucho mayor.
Importancia del mensaje: Dios
juzga a las personas por sus pecados, pero es misericordioso con los que se
vuelven a Él, y les ofrece salvación eterna.
Profetas contemporáneos: Eliseo (848-797) Jonás (793-753)
Devastación general del país (1-4).
1- Este primer versículo no ofrece mucha
información en cuanto al profeta Joel, cuyo nombre significa “Yahvé es Dios”. Joel
fue un profeta en la nación de Judá, también conocida como reino del sur. El
libro no menciona cuándo vivió, pero es probable que profetizara durante el
reinado del rey Joás (835-796 a.C.). Pero la fecha del libro de Joel no es tan
importante como su mensaje eterno. El pecado acarrea el juicio de Dios. Aun
así, junto con la justicia de Dios también hay gran misericordia.
Lo importante es el hecho de que el contenido
de esta profecía es la palabra de Yahvé que vino a Joel, señalando a Dios como
la fuente del mensaje o autoridad para el mismo.
2-Esta
pregunta, dirigida a los líderes, se formula para sugerir que no se trata de
una calamidad natural, sino del juicio del Señor.
3- Dios instó a los
padres a que transmitieran su historia a sus hijos contándoles una y otra vez
las importantes lecciones que aprendieron. Uno de los regalos más grandes que
puede dar a los jóvenes es la historia de su vida para ayudarlos a comprender
los éxitos que usted ha tenido, y los errores que ha cometido.
4-El
profeta, con tono enfático, llama la atención sobre el carácter extraordinario
de lo que va a comunicar. La desolación del país es de tales proporciones, que
nadie entre los nacidos ha podido ser testigo de semejante catástrofe. La
langosta es un insecto volador parecido al saltamontes. Puede que estas cuatro
designaciones se refieran a diferentes etapas de su desarrollo de larva a
insecto adulto, o constituya una forma poética para indicar la total
devastación de la tierra. La mejor explicación, sin embargo, es que se trata de
cuatro oleadas separadas de langostas, cada una de las cuales se comía lo que
la otra había dejado, hasta el completo exterminio de la vegetación.
Una plaga de langostas puede
ser tan devastadora como la invasión de un ejército. Las langostas se reúnen en
enjambres en grandes cantidades, y vuelan a varios metros por encima de la
tierra, y cuando pasan cubren el sol proyectando una inmensa sombra. Cuando se
posan en la tierra devoran casi toda la vegetación, y lo invaden todo a su paso.
La
detallada descripción de Joel hace que muchos crean que se refiere a una plaga
de langostas que había llegado o que llegaría a la tierra. Otro punto de vista
común es que las langostas simbolizan un ejército enemigo invasor. De todos
modos, lo que Joel quería destacar era que Dios castigaría al pueblo por su
pecado. Joel llama a este juicio "el día de Yahvé”.
Lamentación general
en todas las clases sociales. (5-12)
El sentido físico y
el juicio moral del pueblo estaban embotados, haciendo que se olvidaran de sus
pecados. Joel hizo un llamado para que el pueblo despertara de su displicencia,
y reconociera sus pecados antes de que fuera demasiado tarde. De lo contrario,
todo sería destruido, incluso las uvas y el vino que causó su embriaguez.
Nuestros momentos de paz y prosperidad pueden embotarnos. Nunca debemos
permitir que la abundancia material dificulte nuestra disposición hacia lo
espiritual.
El profeta quiere
recalcar que la devastación ha sido total: lo que dejó una langosta lo comieron
los otros insectos, de forma que en el campo no queda nada para los hombres y
las bestias. Las frases son absolutas, y el estilo de las afirmaciones es pomposo
e hiperbólico.
El escritor bíblico señala los diferentes
grupos que se han visto directamente afectados por esta plaga, y las pérdidas
sufridas. En medio de la crisis, les hace un llamado para considerar seriamente
la situación. Al mismo tiempo describe la devastación ocasionada por la plaga
de langostas. Los borrachos sufrirían de una manera especial porque se agotaría
el suministro de su placer: ¡...el
mosto es quitado de vuestra boca!
El llamado a
despertar puede ser a la sobriedad, o simplemente para que se den cuenta de la
amarga realidad. En Palestina no son raras las invasiones de langostas, que
provienen del desierto siroarábigo, traídas por el viento solano o jamshim. En ocasiones bastaron unas horas para que los campos
quedaran totalmente asolados. Es lo que debió de ocurrir en tiempos de Joel,
pero en proporciones desorbitadas, de forma que ni los más viejos podían
recordar semejante catástrofe.
El duelo por la devastación debe ser
general. En primer término deben lamentarse los borrachos, que, somnolientos por el efecto del vino, no se han
dado cuenta de la pérdida que para ellos supone la pérdida del mosto en las
viñas.
La plaga de
langostas es comparada a un ejército invasor, que todo lo arrasa. Algunos
autores creen que aquí se alude no a una invasión de langostas, sino a un
ejército enemigo invasor al que no se nombra; pero la generalidad de los
comentaristas se inclina por la opinión de que el profeta piensa en una
invasión de langostas.
La devastación afecta a todo el reino vegetal: las viñas, higueras.
(v.7). Las langostas han descortezado los árboles, dejando blancos sus sarmientos o ramas. Ante
tal ruina, el profeta invita solemnemente al duelo a todo el pueblo para que se
lamente como virgen ceñida de saco por
el prometido de su juventud. La comunidad israelita es presentada a
veces en los escritos proféticos como la
hija de mi pueblo 2 o la hija de Juda 3.
8- En
un sentido general, toda la comunidad (nación) debía lamentarse por tan
tremenda devastación. El llamado se hace utilizando la figura de una joven o
novia desposada, que pierde a su marido antes de consumar el casamiento. De ahí
la señal de duelo que debe manifestarse: ceñida
de cilicio, vestidos de luto. La figura de la novia también pudiera
estar apuntando a Jerusalén como el sitio donde debía reunirse el pueblo para
participar de un servicio de lamento público. Una de las razones principales
para llevar a cabo este lamento comunitario es que la devastación de la tierra
ha interrumpido la adoración continua en el templo, la casa de Jehová. Algunos
de los ritos de adoración requerían la ofrenda vegetal (de cereales; Lev_2:1-16;
Lev_6:14-23), y la libación de vino que acompañaba a los sacrificios de
animales (Exo_29:38-40; Num_28:3-8).
9-10- La
falta de ofrendas en el templo simbolizaba el rompimiento del compañerismo con
Dios, por eso los sacerdotes… están de duelo. Los elementos básicos
para ofrecer sacrificios y ofrendas a Dios son inexistentes. El aceite era
necesario porque se mezclaba con la harina como parte de las ofrendas vegetales
(cereales).
11-12-Pero
quizá el grupo que más resentía esta situación eran los labradores… viñadores,
aquellos que trabajaban la tierra. La razón es obvia: se ha perdido la cosecha del campo. Todo el producto de su
trabajo había desaparecido, y con ello se había desvanecido la alegría de los hijos del hombre. La lista de
productos: trigo, cebada, vid,
higuera, granado, palmera y manzano,
quizá solo sea representativa de todo lo que se había perdido, y lo cual era
necesario tanto para el consumo diario de las personas como para los sacrificios
en el templo.
Los labradores
están avergonzados, decepcionados en sus esperanzas, porque no han conseguido
nada de lo que prometían sus sudores de la siembra y del laboreo del campo.
Todo es desolación y ruina, y por eso la alegría
se ha retirado avergonzada, como
sintiéndose fuera de lugar entre los
hombres, donde todo es duelo y consternación.
Exhortación al ayuno (13-20).
13-14 En
este lamento comunitario los sacerdotes…
servidores del altar, debían
ser los líderes. Ellos mejor que nadie podían interpretar la seriedad de no
tener qué ofrecerle a Dios. Además, su responsabilidad incluía el ser
intercesores del pueblo delante de Dios, y dirigir la adoración pública. Ceñíos, haced duelo, gemid, dormid sobre
cilicio son todos elementos de luto o lamento público. El llamado es
para que los sacerdotes se entreguen a la oración ferviente a favor del pueblo.
Por otro lado, también debían convocar al pueblo y a los líderes (ancianos) a
una asamblea pública en la casa de Jehová para dedicarse al ayuno y la oración.
El v. 15 introduce lo que constituye
el tema del libro El profeta invita a
los sacerdotes a proclamar el ayuno y la penitencia para que Yahvé se aplaque y
ponga término a tanta desolación. Todo el pueblo, ancianos y gentes humildes,
deben estar presentes en el duelo general. Va a llegar el día de Yahvé, el tiempo de su manifestación
airada para con su pueblo.
Cabe considerar dos cosas muy
importantes al respecto:
(1) En la mente judía esta frase tenía
connotaciones de juicio, pero en el sentido de que Dios castigaría a las
naciones paganas, actuando así en favor de su pueblo (Isa_13:6, Abd. 15; Sof 1:7).
(2) Si se acepta la fecha temprana sugerida
para el ministerio de Joel, él fue el primero en acuñar esta frase en un
sentido adverso (como juicio) para el pueblo de Dios. Si la fecha aceptada es
la tardía, él solo está repitiendo el concepto que se encuentra en otros
profetas (Amo_5:18-20). Además, es posible que Joel esté sugiriendo que la
plaga es parte de este juicio divino, aunque algunos lo ven solo como un aviso
de lo que pudiera ser el día de Yahvé
(especialmente si se acepta el tiempo futuro de la traducción: vendrá. En el heb.
es un imperfecto, es decir una acción incompleta o “futura”).
Incluso cuando el día de Yahvé
se refiere a algo presente, es sombra del día final del Señor. Este acontecimiento final en la historia tendrá
dos facetas: (1) el juicio final sobre toda la maldad y el pecado, y (2) la
recompensa final a los creyentes fieles. La rectitud y la verdad prevalecerán,
pero antes habrá mucho sufrimiento (Zac_14:1-3). El día final del Señor es un
tiempo de esperanza, debido a que todos los que sobrevivan estarán unidos para
siempre con Dios.
La invasión de las langostas, con la
consiguiente desolación del país, no es sino el anuncio de la asolación del Todopoderoso. Si tales
son los signos precursores, ¡qué rio será el día de la ira divina! No hay más
solución que la penitencia para que Yahvé se aplaque en su enojo.
Después de esta
invitación a la penitencia, el profeta vuelve a describir la desolación
presente: los graneros, devastados; las bestias andan mugiendo sin pastos, pues
hasta los pequeños oasis o pastizales
del desierto o estepa han sido abrasados por el fuego. Hasta las mismas fieras del campo buscan a Yahvé,
porque no encuentran alimento.
Los vv. 16-18 agregan otros de los resultados de la devastadora
plaga: ¡Las reservas se han agotado! ¡No hay nada para guardar!. Aun los
animales están sufriendo las consecuencias. Su clamor agrega un tono patético a
la situación. De manera incidental, se ve que los problemas serán aún mayores
en el futuro cercano si los animales no sobreviven. Sin Dios, la devastación es
segura. Los que no tienen una relación personal con Dios estarán frente a Él
sin ningún recurso. Asegúrese de clamar por el amor y la misericordia de Dios
mientras tenga oportunidad
19-Joel
une su ruego al de los varios grupos que él ha nombrado en este primer capítulo.
Su oración nos permite entrever que a la plaga le siguió una horrible sequía: el fuego… la llama. Se trata aquí de una imagen gráfica para describir
cómo se ve la tierra tras el paso de la plaga de langostas. No es extraño que
surjan fuegos en un área arrasada por langostas. También se sabe que el fuego
simboliza a Dios, al igual que al juicio divino. Por tanto, constituye una
imagen apropiada para representar unidos una calamidad natural y el juicio de
Dios.
20- Los animales no solo no encuentran comida, sino
que también les falta el agua. La expresión jadean detrás de ti (braman, en otras versiones), describe la
desesperación de los animales por la falta del preciado líquido que el profeta
proyecta como un clamor delante del Señor. ¡Aun los animales claman por la
ayuda de Dios en estos momentos de crisis!
Los profetas
de Israel y Judá.
Por las
Escrituras sabemos dónde nacieron o desempeñaron su ministerio algunos de los
profetas.
Samuel, quien
sirvió como profeta y juez, utilizó a Ramá, su pueblo natal, como base para sus
recorridos anuales por otros lugares. Otros dos profetas de la primera
monarquía, Elías y Eliseo, vivían en el reino del norte.
Entre los
profetas que escribieron sus obras, solamente Oseas y Jonás eran del norte. La
localización exacta del lugar donde residió y desarrolló su ministerio Oseas es
desconocida. Jonás era de Gad-hefer, pero su ministerio se extendió más allá de
su lugar natal, hasta la ciudad de Nínive.
Algunos
profetas procedían del sur, pero profetizaron en el norte. Amós vino de Tecoa,
pero predicó contra el culto del reino del norte en Betel. El mensaje de
Miqueas estaba dirigido tanto a Israel como a Judá.
El ministerio
de muchos profetas se centra en Judá y en la ciudad capital de Jerusalén. Los
mensajes de Isaías, Jeremías, Sofonías, Ezequiel, Hageo, Zacarías y Malaquías
se extendieron durante un largo período de tiempo, pero todos tenían que ver
con la próxima destrucción, caída y posterior reconstrucción de Jerusalén.
Para algunos
profetas, tales como Joel, Abdías y Habacuc, no existe información geográfica.
Del sitio natal de Nahum sólo se ofrece un indicio cuando se dice que era «de
Elcos».
1 En Pro_30:253 se llama pueblo también a las agrupaciones de insectos.
2 Jer I4,17.
–
3 Lam_1:15.
-
4 Esta primera parte del verso es oscura en el
original. Los LXX traducen: “Las terneras patalean en los establos.” La
Vulgata: “Computruerunt iumenta in stercore suo.”
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