} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 3 Agosto: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

viernes, 3 de agosto de 2018

3 Agosto: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.




 Mateo 4; 10
Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.

Al leer este texto, tal vez estemos pensando que estamos muy bien porque adoramos sólo al Dios Vivo y nunca nos arrodillamos delante de otros dioses, pero recuérdese que la avaricia es idolatría (Col_3:5). ¿Cuántos hermanos asisten a las reuniones de la iglesia para adorar al único Dios Vivo, pero durante la semana viven hincados delante del dios llamado "Mamón". Incluso alguno que se dice fundamentalista bíblico, mira para otro lado ante la necesidad de su hermano, y no se plantea renunciar a “Mamón”.
Jesús dice (Mat_6:24), "Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas (Mamón, "riqueza idolatrada"). Otros adoran la televisión, internet, el móvil; los tales no deben estar sentados, sino hincados delante de “aquello” para indicar la postura apropiada. Otros tienen otros dioses. El mayor interés de la persona -- lo que ocupe su tiempo, su energía, su atención, su dinero -- es su dios. Puede ser el mamón, puede ser el placer, puede ser la familia, o una diversidad de personas o cosas. Recuérdese que nuestro Dios es un Dios celoso.

Jesús estaba absolutamente seguro de que no se puede vencer al mal entrando en componendas con él. Estableció la insobornabilidad de la fe cristiana. El Cristianismo no se puede doblegar para ponerse al nivel del mundo, sino elevar al mundo a su propio nivel. Ningún otro principio funcionará.
Así es que Jesús hizo Su decisión. Decidió que nunca sobornaría a nadie para que Le siguiera; decidió que el camino del sensacionalismo no era para Él, y decidió que no podía transigir en el mensaje que predicara ni en la fe que demandara. Su elección significaba inevitablemente la Cruz -pero la Cruz significaba también inevitablemente la victoria final.

Efesios 2; 8-9
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
   no por obras, para que nadie se gloríe.


La fuente, la base, de la salvación es Dios, no los hombres. Dios provee la salvación, cosa que el hombre no puede hacer, porque no puede proveerse un salvador (no puede morir por sus propios pecados). Ninguna filosofía, ningún código de preceptos morales, ninguna ley humana puede efectuar nuestra salvación.
La gracia de Dios, revelada en el evangelio de Jesús, es la única esperanza del hombre.
Si la palabra "fe" se usa en sentido objetivo, se refiere al evangelio, como en Gál_3:25; Jud_1:3, etc. Si se usa en sentido subjetivo, se refiere a nuestra fe en su forma comprensiva; es decir, la obediencia al evangelio.
"esto no de vosotros, pues es don de Dios". "Esto", este asunto (la salvación por gracia) es don de Dios; no es algo originado por el hombre.
Los hombres se glorían en las obras de su propia invención. No podemos gloriarnos en hacer las obras que Dios manda.
         La palabra "obras" en este texto, como también en Rom_3:27; Rom_4:2; Rom_4:4-6, son las obras de los que quieren salvarse sin Cristo sino por sus propias "buenas obras". Los tales no ven la necesidad de obedecer al evangelio de Cristo ni de hacer las obras que Cristo requiere.
         Pero Pablo dice en Tit_3:4-5 que Dios "nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo". Es importante observar que Pablo emplea el tiempo pasado con respecto a nuestras obras; él habla de las "obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho " en el tiempo pasado, antes de obedecer al evangelio.
         Pablo dice la misma cosa en 2Ti_1:9, "quien nos salvó... no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo".
         Todos los hombres -- por buenos y justos que hayan sido -- han pecado (Rom_3:23) y, por lo tanto, todos necesitan de un salvador. El caso de Cornelio (Hch_10:1-2; Hch_10:22) es un buen ejemplo; era "piadoso y temeroso de Dios... hacía muchas limosnas... oraba a Dios siempre... varón justo", pero tuvo que oír "palabras por las cuales serás salvo, y toda tu casa" (Hch_11:24). Por lo tanto, Pedro "mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús" (Hch_10:48).
         -- "para que nadie se gloríe". La jactancia "queda excluida" "por la ley de la fe" (el evangelio) (Rom_3:27). Las obras de ley humana (preceptos religiosos, códigos morales, tradiciones, buenas obras según la cultura, etc.) permiten y aun promueven la jactancia y el gloriarse en ellas. Al hacer estas obras los hombres crean su "propia justicia" (Rom_10:3; Flp_3:9). Pero la salvación no proviene de tales obras.
         Sin embargo, cuando Dios requiere algo -- cuando Él manda ciertas obras -- es necesario hacerlas. Pero en éstas no tenemos por qué gloriarnos. Por ejemplo, Pablo dice en 1Co_9:16, "Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!" Pablo predicó el evangelio -- que es una muy buena obra -- pero no podía gloriarse, porque era mandamiento de Dios.
         Cuando hacemos los mandamientos de Dios, no podemos gloriarnos. Por lo tanto, cuando el hombre es bautizado, no puede gloriarse, porque está sencillamente obedeciendo un mandamiento de Dios.
          
¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!



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