} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 17 Agosto: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

viernes, 17 de agosto de 2018

17 Agosto: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.


  Mateo 27; 24

Y viendo Pilato que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: Soy inocente de la sangre de este justo; ¡allá vosotros!

Si Pilato no pudiera haber controlado al pueblo y si hubiera permitido un tumulto, habría tenido problemas serios con sus superiores, porque el papel principal de tales gobernadores era mantener el orden y la paz. Por más que él quisiera evitar la injusticia contra un hombre inocente, tuvo que pensar también en otro mal peor para él mismo, es decir, que podría resultar en perder su puesto (si no su vida).

Pilato hizo todo lo posible por lavarse las manos de este hombre inocente: lo envió a Herodes para no tener que tomar una decisión él mismo; declaró al pueblo que Herodes estaba de acuerdo con él en cuanto a la inocencia de Jesús (Luc_23:15); propuso azotar a Jesús y soltarle; propuso, como de costumbre, soltar a un criminal, esperando que le permitieran soltar a Jesús; después de azotarlo lo presentó delante de ellos, tal vez con la idea de que eso despertara su compasión, pero todos sus esfuerzos fueron en vano.
         De este acto viene el dicho de “lavarse las manos” de algún asunto difícil. En realidad era acto de extremada cobardía, porque él tenía plena autoridad para soltar a Jesús, como también la fuerza militar para controlar a los judíos por turbulentos que llegaran a ser. Por lo tanto, al lavarse las manos Pilato no logró nada, porque él compartió la culpa de este crimen con los líderes de los judíos.

Pilato trató de zafarse de la responsabilidad de condenar a Jesús. Se conserva esa extraña y trágica ceremonia de Pilato lavándose las manos. Esa era una costumbre judía. Hay una extraña regla en Deu_21:1-9. Si se encontraba un cadáver, y no se sabía quién lo había matado, se medía la proximidad del lugar con los pueblos cercanos, y los ancianos del pueblo más próximo tenían que sacrificar una becerra y lavarse las manos con su sangre para quedar libres de culpa. Pilato fue advertido por su sentido de la justicia, y por su conciencia, y por el sueño de su angustiada mujer; pero Pilato no podía resistir a la multitud; y Pilato recurrió al gesto estéril de lavarse las manos.  
Hay algo de lo que una persona no puede librarse nunca -y es la responsabilidad. No es nunca posible ni para Pilato ni para ninguna otra persona el decir: "Me lavo las manos de toda responsabilidad.» Porque eso es algo que nadie ni nada puede borrar.
Esta imagen de Pilato inspira en nuestras mentes más bien piedad que condenación; porque aquí tenemos a un hombre tan inmerso en su pasado y tan incapacitado por él que fue incapaz de mantenerse firme en su debida posición. Pilato es una figura de tragedia más que de villanía.
¡Maranata! ¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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