Eclesiastés
12; 1
Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que
vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en
ellos contentamiento;
¡Buscar a Dios en la plenitud de la vida!, este
es el consejo del sabio.
La humanidad debe mirar no sólo a la vida de
alegría sino también a su Creador. En la segunda parte de este versículo 1 lleva
a una sentencia sencilla que contiene una descripción pintoresca de la
ancianidad y la muerte. Una vida sin
Dios produce una persona vieja amargada, solitaria y sin esperanza. Una vida
centrada en Dios es plena, hace que los "años malos" -cuando las
incapacidades, las enfermedades y los impedimentos pueden ser barreras que nos
impiden disfrutar de la vida- nos satisfagan debido a la esperanza de la vida
eterna. Ser joven es emocionante. Pero la emoción de la juventud puede
convertirse en un obstáculo para acercarse a Dios si hace que la gente joven
centre su atención en los placeres pasajeros en lugar de en los valores
eternos. Ponga sus capacidades al servicio de Dios cuando todavía sean suyas:
durante la juventud. No las desperdicie en actividades malas o sin significado
que pueden volverse malos hábitos y hacerlo insensible. Busque a Dios ahora.
Los días malos... los años de los cuales digas:
“No tengo en ellos contentamiento”. Ya no hay alegría en el vivir, queda sólo
la carga de la vida. Si en estas circunstancias se busca a Dios se lo busca
para la muerte y no para la vida.
Isaías
55; 3
Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá
vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a
David.
Estas palabras extienden la invitación a un plano
totalmente personal, comprometiendo a la mente y a la voluntad y atrayendo a
los oyentes al pacto, para participar en la misión universal del Mesías. Las
misericordias firmes a David: define el pacto eterno
de Dios en términos de lealtad divina al pacto de David. El pacto que hizo Dios con el
rey David fue la promesa de una tierra permanente para los israelitas, donde no
habría ninguna amenaza de naciones paganas, ni guerra (2Sa_7:10-11).
Pero Israel no cumplió con su parte del pacto de obedecer a Dios y permanecer
apartados de los ídolos. Aun así, Dios estaba dispuesto a renovar su pacto una
vez más. ¡El es un Dios perdonador!
David ha quedado como un testimonio
para las gentes, en cuanto simboliza a su pueblo, objeto de las
bendiciones divinas, que aquí se prometen como eternas, y a la vez es prototipo
del futuro Mesías, nacido de su dinastía
Pablo
aplica esto al vivir en Cristo (Hch_13:34)
¡Maranata!¡Ven
pronto mi Señor Jesús!
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