} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 27 Agosto: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

lunes, 27 de agosto de 2018

27 Agosto: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.




   Deuteronomio 30; 19
Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia,

Moisés desafió a los israelitas a escoger la vida, obedecer a Dios y por lo tanto continuar experimentando sus bendiciones. Dios no fuerza su voluntad sobre nadie. Él nos deja decidir por nosotros mismos si lo seguimos o si lo rechazamos. Sin embargo, esta decisión es una cuestión de vida o muerte. Dios quiere que nos demos cuenta de esto, ya que Él quiere que todos nosotros escojamos la vida. Día a día, en cada nueva circunstancia, debemos afirmar y reforzar este compromiso.
¿Qué cosa podría decirse más conmovedora y que tenga más probabilidades de causar impresiones profundas y permanentes? Todo hombre desea obtener vida y bienestar y escapar de la muerte y del mal; desea la felicidad y teme la desdicha. Tan grande es la compasión del Señor, que por su palabra ha favorecido a los hombres con el conocimiento del bien y del mal, que los haría por siempre felices si no fuera por su propia falta. Oigamos el resumen de todo el asunto. Si ellos y los suyos amaran a Dios y le sirvieran, vivirían y serían felices. Si ellos, o los suyos, se alejan de Dios, desertan de su servicio y adoran otros dioses, esto ciertamente será su ruina. Nunca hubo, desde la caída del hombre, más de un solo camino al cielo, el cual está marcado en ambos Testamentos, aunque no con igual claridad. Moisés se refería al mismo camino de aceptación que Pablo describió más claramente; y las palabras de Pablo se refieren a la misma obediencia de la cual trató más plenamente Moisés. En ambos Testamentos se nos acerca el camino bueno y recto y se nos ha revelado con claridad.


Juan 21; 22

Jesús le dijo*: Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti, qué? Tú, sígueme.

Este pasaje deja bien claro que Juan tiene que haber llegado a una notable ancianidad; tiene que haber vivido una vida tan larga que se corrió la voz entre los cristianos de entonces que iba a seguir vivo hasta la Segunda Venida de Cristo. Ahora bien: de la misma manera que el pasaje anterior asignaba a Pedro su lugar correspondiente en el plan de Dios, este se lo asigna a Juan. Su misión especial sería la de ser testigo de Cristo. También en su caso los cristianos de entonces harían sus comparaciones. Mencionarían que Pablo había llegado al fin de la Tierra; que Pedro iba por acá y por allá pastoreando a los creyentes; y entonces se preguntarían cuál era la misión especial de Juan, que llegó a tal ancianidad en Éfeso que ya no podía llevar a cabo ninguna actividad. Aquí está la respuesta: Puede que Pablo fuera el pionero de Cristo; Pedro, el pastor de Cristo; pero Juan era el testigo de Cristo, el que podía decir: «Yo he vivido estas cosas, y sé que son verdad.»
Hoy en día también la prueba definitiva del Cristianismo es la experiencia cristiana personal. Hoy también el cristiano es el que puede decir: «Yo conozco a Jesucristo, y sé que el Evangelio es verdad.»
Así que, en su final, este evangelio toma dos de las grandes figuras de la Iglesia, Pedro y Juan. A cada uno Jesús le asignó una misión. La de Pedro fue pastorear la grey de Cristo hasta dar su vida por Él. La de Juan fue ser testigo de la historia de Cristo, y alcanzar una bendita ancianidad para acabar muriendo en paz. Nada los hizo rivales en el honor y el prestigio, ni al uno superior al otro. Los dos fueron siervos de Cristo.
Que cada cual sirva a Cristo donde Cristo le ha puesto. Como le dijo Jesús a Pedro: "La tarea que Yo le doy a otro no es cosa tuya. Lo tuyo es seguirme;» así nos lo dice a cada uno de nosotros. Nuestra gloria no depende de nuestra comparación con los demás, sino de servir a Cristo en la capacidad que Él nos ha asignado.

Pedro no debería distraerse ni por un momento pensando en lo que tal vez pasara con su amigo Juan. Debería concentrarse en seguir a Cristo, espiritual y físicamente.  

¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!


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