} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: La Justicia de Yahvé

jueves, 16 de agosto de 2018

La Justicia de Yahvé


Abdías 1; 1-21

 HISTORIA DEL CONFLICTO ENTRE ISRAEL Y EDOM

La nación de Israel descendía de Jacob; la nación de Edom descendía de Esaú.: Gen_25:23
Jacob y Esaú lucharon en el vientre de su madre.: Gen_25:19-26
Esaú vendió su primogenitura y la bendición pasó a Jacob.:  Gen_25:29-34
Edom no quiso dejar pasar a los israelitas por su tierra.: Num_20:14-22
Los reyes de Israel tuvieron conflictos constantes con Edom.:
--       Saúl: 1Sa_14:47-48
--       David: 2Sa_8:13-14                                                       
--       Salomón: 1 Rey 11:14-22
--       Joram: 2Rey_8:20-22; 2Ch_21:8ss
--       Acaz: 2Ch_28:16
Edom alentó a Babilonia para que destruyera Jerusalén.:  Salsa_137:7


ABDIAS fue profeta en Judá alrededor de 853 a.C.
Ambiente de la época: Edom siempre era una espina en el costado de Judá. A menudo participaron en los ataques que otros enemigos iniciaron.
Mensaje principal: Dios juzgará a Edom por sus malas acciones en contra del pueblo de Dios.
Importancia del mensaje: Al igual que Edom fue destruida y desapareció como nación, así Dios destruirá a los soberbios y malvados.
Profetas contemporáneos: Elías (875-848) Miqueas (865-853) y Jehú (855-840?)

Vaticinio sobre la ruina de Edom (1-9).

 Abdías fue un profeta de Judá que habló del juicio de Dios en contra de la nación de Edom. Hay dos fechas que comúnmente se dan a esta profecía: (1) entre los años 848 y 841 a.C., cuando al rey Joram y Jerusalén los atacaron la coalición filisteo-árabe (2Ch_21:16ss), o (2) en 586 a.C., cuando los babilonios destruyeron por completo a Jerusalén (2 Reyes 25; 2 Crónicas 36). Edom se regocijó por las desgracias de Israel y Judá, aun cuando los edomitas y judíos descendían de dos hermanos, Esaú y Jacob (Gen_25:19-26). Pero del mismo modo que estos dos hermanos estaban en constante conflicto, Israel y Edom raramente estaban en paz. 
Dios pronunció juicio sobre Edom por sus acciones insensibles y maliciosas hacia su pueblo.

  El profeta se hace eco de un mensaje divino (Hemos oído un rumor de parte de Yahvé (v.1) relativo a un ataque de las gentes contra Edom. Para dramatizar más la situación, presenta a un heraldo convocando a todos los pueblos al ataque: Alcémonos en guerra contra él. Las gentes, al atacar a Edom, no hacen sino cumplir un designio divino de castigar y humillar su poderío: Te he hecho pequeño entre las gentes  sobremanera despreciable. El versículo 2 destaca la condenación a una nación orgullosa, señalando su destino fatal: será empequeñecida porque se enalteció a sí misma (soberbia) y será menospreciada porque se enseñoreó sobre otros (idolatrización). El mensaje profético de “hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Dios” (Mic_6:8) tiene un carácter universal, puesto que ahora Jehová juzga a Edom con base en este presupuesto moral para las naciones.

Para dar mayor efectividad al vaticinio, se presenta ya el hecho como cumplido. Yahvé ha querido humillar a Edom precisamente por su insolencia y el orgullo de su corazón   al considerarse inexpugnable en su pétrea orografía. El versículo 3 nos dice que la soberbia es la peor consejera y una mala directriz en la vida, ya que ninguno de sus consejos son ciertos sino falsos. Las cosas que Edom consideraba como fortaleza de esta ciudad constituyeron su ruina:
(1) la seguridad en la ciudad (vv. 3, 4), Dios los haría bajar desde las alturas  
(2) la soberbia por su autosuficiencia (Gen_5:4), Dios los humillaría  (3) la riqueza (vv. 5, 6), los ladrones robarían todo lo que tuvieran
(4) los aliados (Gen_5:7), Dios haría que se volvieran contra Edom
 (5) la sabiduría (vv. 8, 9), todo sería destruido.

 La capital de Edom era Petra (en hebreo Selah), verdadera fortaleza natural, ya que está excavada en roca viva; sus habitantes habitaban materialmente en las cavernas de las rocas, en cimas difícilmente accesibles (cuya morada son las alturas). El versículo 4 usa dos imágenes para mostrarnos la insensatez de la soberbia de Edom, que había pensado que como nación podía elevarse cuantas veces quisiera como “el águila” emprende su vuelo, escapando de sus enemigos a las alturas; y que “las estrellas” podrían protegerla del alcance de los ataques enemigos. Sin embargo, el profeta anuncia la condena de Dios diciendo “de allí te haré descender, dice Yahvé”. No hay lugar suficientemente seguro para proteger a una nación del juicio de Dios. Militarmente, el territorio de Edom parecía inexpugnable; de ahí el sentimiento de autosuficiencia de la nación: ¿Quién me hará bajar a tierra? Pero de nada le servirán sus nidos de águila, ya que la mano de Yahvé es poderosa para derribarlos. 
En la actualidad es considerada como una de las maravillas del mundo antiguo, pero solo como atracción turística. La Biblia advierte que la soberbia es la ruta más segura hacia la autodestrucción (Pro_16:18). Al igual que Sela (Petra) y Edom cayeron, la gente soberbia caerá. Una persona humilde está más segura que una persona soberbia, ya que la humildad nos da una perspectiva más adecuada de uno mismo y del mundo.
Dios no pronunció estos juicios severos en contra de Edom por venganza sino para ejercer justicia. Dios es moralmente perfecto y demanda justicia y rectitud perfectas. Los edomitas simplemente estaban obteniendo lo que se merecían. Debido a que asesinaron, serían asesinados. Debido a que robaron, sufrirían robos. Debido a que se aprovecharon de los demás, se aprovecharían de ellos. No peque pensando que "nadie se enterará" o "que no lo atraparán". Dios conoce todos nuestros pecados, y El será justo.
 La ruina de la nación será completa fuera de toda medida. Se introduce, con un tono de lamentación irónica, la destrucción de Edom usando otras dos figuras: los ladrones y los vendimiadores; contrastando el menor daño que hacen los ladrones y vendimiadores con el daño que ocasionarán los que se levanten contra Edom: (1) 5a. A diferencia de los ladrones, que solo toman lo que desean, aquellos que se levanten contra Edom no dejarán nada. Ellos saquearán la nación. (2) 5b. A diferencia de los vendimiadores que en el tiempo de la cosecha dejan lo último para los pobres (Lev_19:10), aquellos que se levanten contra Edom no dejarán nada, ellos saquearán la nación. El oráculo introduce la destrucción total de Edom y lo relata usando el perfecto profético, es decir, el futuro es tan cierto que el profeta lo expresa como ya realizado, lo cual muestra la convicción de que su mensaje es divino y que tendrá cumplimiento.
La catástrofe que se avecina no se puede comparar a la incursión de unos ladrones que roban sólo lo que necesitan. Quedará más asolada que una viña después de la vendimia, pues después de ésta siempre queda un rebusco, mientras que la ruina que Yahvé va a traer sobre Edom la dejará totalmente desolada: ¡Cómo has sido saqueado! ¡Cómo esta Esaú de hollado! El versículo 6 señala la pérdida de la seguridad y la protección de Esaú. Todo lo oculto que daba “seguridad nacional” a Edom ha sido descubierto, y “sus tesoros escondidos fueron saqueados”. Estos tesoros escondidos fueron fruto del comercio de las caravanas en el desierto. Las cosas y los “tesoros” de los que se jactaba Esaú, han sido perdidos.   Abdías usa el nombre Esaú para referirse a Edom, usa el nombre de una persona para referirse a un grupo. Esto es lo que se llama “personalidad corporativa”. De este modo, Esaú está al descubierto, tal cual es, no está más bajo el antifaz que proporcionan la falsa seguridad y la protección.
 Los enemigos invasores de Edom no se marcharán hasta que hayan rebuscado sus escondrijos.
Y, para mayor escarnio, los que causarán esta ruina serán los que antes eran considerados como sus aliados.   El versículo 7, que ya condena a Edom, comienza declarando por qué es incierta la seguridad y la protección de la que gozaba Edom. Sus viejos aliados, los moabitas, amonitas y beduinos ahora juegan un papel falso.
 (1) 7a. Los aliados de Edom con quienes había firmado pactos de alianza y mutua defensa, ahora no cumplen con sus pactos.
(2) 7b. Los que firmaron un acuerdo de paz con Edom, ahora se levantan para hacerles la guerra.
(3) 7c. Los compañeros y amigos de Edom ahora lo traicionan. Para Abdías esto está fuera de entendimiento, no tiene sentido. Estas tres conductas de parte de los otros, revelan cuán incierta era la seguridad y la protección terrenal de la que Edom se jactaba.
 Esto sugiere la época cuando los babilonios se volvieron contra Edom después de la toma de Jerusalén. El rey de Babilonia Nabonid (556-539 a. de J.C.) levantó una campaña mayor contra Edom que pudo haber destruido la ciudad de Bosrah y aceleró el proceso por el cual el reino edomita se desintegraría durante los siglos VIV a. de J.C. Así para los siglos IVIII a. de J.C. Edom había desaparecido y un nuevo reino nabateo tomaba su lugar.

 El profeta probablemente alude a tribus árabes invasoras que en otro tiempo fueron auxiliares de los edomitas contra los países vecinos. En el siglo IV a.C. las tribus nabateas se establecieron en el territorio de Edom, suplantando la nacionalidad de los edomitas, de tal forma que éstos tuvieron que emigrar al sur de Palestina: Hasta la frontera todos los aliados te arrojaron.
El versículo 8 condena la sabiduría y prudencia del monte de Esaú, que se presentan implícitamente opuestas a la sabiduría y prudencia del monte de Sion. La sabiduría y prudencia de Edom descansan en buenos aliados, en acuerdos de paz y amistades con los pueblos vecinos que son potencialmente una amenaza para la estabilidad y seguridad de Edom, mientras que la sabiduría y prudencia de Sion descansan en “el temor de Yahvé” y “el apartarse del mal” (Sal_1:7; Sal_3:5-7). “Hacer justicia” y “amar misericordia” (Mic_6:8) es la verdadera sabiduría y la mejor consejera para las naciones. Así, la confianza en fuerzas humanas se convierte en una maldición, mientras que la confianza en Dios es una bienaventuranza (Jer_17:5, Jer_17:7). Hay que recordar que Edom fue famoso por sus hombres sabios (Jer_49:7; Bar_3:23; Job 15:1).
El versículo 9 condena la valentía de Temán, que fue la principal ciudad de Edom y que fue protegida por la Sela (roca) y por todos los hombres de guerra. Esa valentía es presentada como circunstancial, sustentada en las ventajas geográficas de la ciudad y su ejército. Pero todo ejército se desvanece ante el señorío de Yahvé, y toda ventaja geográfica de una nación es nada ante el poder del reino de Dios que se mueve en la historia de los pueblos   Otra denominación paralela es la de montañas de Esaú, que alude al mismo tiempo al carácter montañoso del país y a la procedencia de los edomitas del antepasado-epónimo Esaú (Edom), hermano de Jacob.

Venganza de la cruel conducta de los edomitas contra los israelitas (10-16).


El profeta echa en cara a Edom sus crímenes e injusticias cometidas contra su hermano Jacob (Israel) (v.10). Con ocasión de la destrucción de Jerusalén por los babilonios, los habitantes de Edom - ávidos de revancha contra Judá, al que habían estado sometidos - se unieron a los invasores en el despojo y en la mortandad de los vencidos. Abdías les aconseja no participar en este ultraje, porque también para ellos llegará la hora del castigo. Aunque el profeta supone ya los hechos ocurridos, por artificio literario los presenta como futuros para preparar el anuncio de la ruina de Edom. Los edomitas llegaron a exterminar a los fugitivos de Judá. Esta conducta cruel tendrá su merecida retribución. Todas las gentes tendrán que beber el cáliz de la cólera divina, como en otro tiempo lo hicieron los judíos, moradores de su monte santo (la colina de Sión). Tantos crímenes no pueden quedar impunes.
El versículo 11 destaca cómo esta injuria edomita se ha llevado a cabo:
(1) 11a. Abdías hace referencia al evento histórico ocurrido en Jerusalén en el año 587 a. de J.C. cuando Nabucodonosor, el emperador de Babilonia, tomó la ciudad de Jerusalén y se llevó cautivos a los israelitas de la parte sur. En esta catástrofe, los edomitas no cumplieron con el mandato de la conciencia moral y el “deber de sangre”, de proteger a su hermano. (2) 11b. Abdías revela que además de la indiferencia edomita ante la desgracia de los israelitas, ellos se aprovecharon de tales circunstancias y se comportaron como los babilonios. Otros profetas también testifican de la acción edomita en esa ocasión (Eze_25:12-14; Eze_35:1-15; Joe_3:19).
Cualquiera que no ayude al pueblo de Dios es enemigo de Dios. Si usted no ha ayudado a alguien en tiempos de necesidad, ha pecado. El pecado no incluye solo lo que hacemos, sino también lo que nos negamos a hacer. No desprecie ni niegue ayuda a los necesitados.

Razones para la condenación de Edom, vv. 12-14

En los versículos 12 a 14 el profeta Abdías denuncia por medio de ocho “no debiste” las razones sociomorales del oráculo de condenación contra Edom, describiendo y destacando así las graves faltas cometidas al participar perversamente en la destrucción de Jerusalén:
 (1) “No debiste haberte quedado mirando a tu hermano en su día trágico” 12a.
 (2) “No debiste alegrarte de los hijos de Judá en el día de su ruina” 12b.
(3) “No debiste extralimitarte con tu boca en el día de la angustia 12c.
 (4) “No debiste entrar por la puerta de mi pueblo en el día de su ruina” 13a.
 (5) “Tampoco debiste mirar su miseria en el día de su ruina 13b.
 (6) “No debiste echar mano de sus bienes en el día de su ruina”13b.
(7) “Tampoco debiste ponerte en las encrucijadas de los caminos para aniquilar a sus fugitivos”14a.
 (8) “No debiste haber entregado a sus sobrevivientes en el día de la desgracia”, 14b.
¿Cuán a menudo se alegra por las desgracias de otros? Debido a que únicamente Dios es el juez, nunca debemos alegrarnos de las desgracias de los demás, incluso si pensamos que se las merecen (Pro_24:17).

Estas razones sociomorales pueden resumirse en cuatro:
(1) cuán maliciosamente Edom se complacía en la desgracia de Judá,
 (2) cómo tomó ventaja de la desgracia de Jerusalén,
 (3) cómo actuó malignamente en forma directa en contra de los israelitas matándolos cuando estos escapaban para salvar su vida,
y (4) cómo traicionó a los israelitas al entregarlos a los babilonios cuando los sobrevivientes se quedaron en Jerusalén.

El día de  Yahvé sobre Edom y las naciones

En los versículos 15 y 16 se anuncia un nuevo tema: “el día de Yahvé” contra todas las naciones. El versículo 15 puede dividirse en dos partes: (1) 15a. Este “día de Yahvé”, que “está cercano”, es un tiempo de juicio espantoso, está cercano en el tiempo, y se aplica a Edom, a las naciones que se levantan contra Edom y a todas las demás naciones. Abdías, siguiendo la tradición de Isaías 34, aplica “el día de Yahvé” a Edom. Esta primera parte del versículo 15 introduce la segunda sección del libro: versículos 16-21. (2) 15b. El profeta toma el principio básico del antiguo Israel y del sistema de justicia de Judá: “cualquiera que haga sufrir a otro, la misma injuria se le dará”. Este principio de retribución, que se cita muchas veces en el Antiguo Testamento (Lev_24:16-22; Exo_21:23-25; Deu_19:21), ahora está aplicado a Edom y a las demás naciones.
Algunas naciones de la actualidad tratan al pueblo de Dios en forma favorable, mientras que otras son hostiles hacia ellos. Dios juzgará a todas las personas de acuerdo con la forma en la que traten a los demás, especialmente a los creyentes (Apoc_20:12-13). Jesús habló de esto en Mat_25:31-46.

El versículo 16, que trata sobre el juicio de Yahvé a todas las naciones, puede dividirse en dos partes:
(1) 16a. “Beber” y comer eran parte del sello de las alianzas hechas entre las naciones antiguas. Probablemente Abdías se refiere a que Edom traicionó a Israel y a Judá, aun cuando había hecho un pacto con Israel en el monte Sion, sellándolo con bebida y comida durante los siglos XIX a. de J.C. (2Sa_8:13-14; 1Rey_11:14-22; 2Rey_3:9-27) y con Judá a inicios del siglo VI a. de J.C. (Jer_27:2-3). Pero Abdías extiende la referencia a todas las naciones, que también fueron aliadas de Israel y Judá durante su tiempo de aflicción. Siguiendo la metáfora frecuente en los profetas de “beber la copa de la ira de Jehová” (Isa_51:17-23; Jer_25:15-16; Lam_4:21; Hab_2:16), Abdías hace referencia probablemente a la destrucción de Jerusalén como parte del juicio de Dios sobre su pueblo que había pecado. Pero también es una amenaza para Edom y las demás naciones que serán juzgadas por Dios por su traición. Así el juicio proyectado sobre Edom llega a ser como un símbolo en los últimos tiempos del juicio de Dios para todas las naciones.
 (2) 16b. Este juicio incluye a todas las naciones, todos beberán de la copa de la ira de Jehová. De este modo, el versículo 16 muestra que el juicio de Dios sobre los edomitas es uno de los aspectos del “día de Yahvé”, que había llegado a su pueblo y que llegará a todas las naciones de la tierra, convirtiéndose así en un mensaje profético.

Lecciones del castigo de Edom

     1.     Nadie que pretenda dañar al pueblo de Dios saldrá bien librado.

     2.     Los que están del lado de Dios serán protegidos y tienen esperanza de un día mejor.

     3.     Aunque parezca lo contrario, Dios tiene en sus manos los hilos de la historia y los maneja conforme a su soberanía.

     4.     La historia de la salvación es lineal (no cíclica) y se mueve inminentemente hacia un final.

     5.     Nos conviene llegar a formar parte del nuevo pueblo de Dios que es la iglesia.

 La restauración gloriosa de Sión (17-21).
 Realizado el juicio punitivo sobre las naciones, sobre todo sobre Edom, se iniciará el período glorioso de Israel. Yahvé se reservará una porción salvada o rescatada de las ruinas. Será el resto glorioso, núcleo de restauración de la futura teocracia que tendrá su sede en el monte de Sión, que será santo, porque volverá a  vivir en él Yahvé, y porque sus ciudadanos serán santos o consagrados a Dios como heredad de bendición. 
Así el v. 17 dice: “Pero en el monte Sion estarán los libertados, y será santo. La casa de Jacob poseerá las posesiones de ellos”. Esto señala que aquellos que escapen constituirán un remanente santo que capacitará a la “casa de Jacob” a retomar sus posesiones perdidas 
(17b). El remanente de Israel se establecerá sobre el “monte Sion” (17a), que en la visión mesiánica se presenta como inviolable y santa casa de Dios (comp. Joe_3:17). Joe_3:17).
 Por otra parte, hará que el pueblo israelita tome su revancha sobre sus tradicionales enemigos los edomitas. 

El versículo 18 señala que la “casa de Jacob” que es el reino del sur o de Judá, y la “casa de José” que es el reino del norte o de Israel serán fuego que consuma la “casa de Edom” (Esaú) que será estopa, 18a.
La segunda parte del v. 18b destaca que: “ni un solo sobreviviente quedará de la casa de Esaú”, o no quedará ningún remanente que escape. Es decir, aquí el profeta Abdías opone “monte Sion”, como casa de Dios, a “casa de Esaú”, casa de perdición, y “remanente” (de Israel) que se salve a “ningún remanente” (de Esaú), mostrando cuán cierto es el principio de retribución mencionado en el versículo 15b.
 Dos cosas hay que resaltar aquí: 
Primero, la distinción que Abdías hace de “casa de Jacob” y “casa de José”, para señalar la concepción de Israel centrado en Jacob y especialmente las tribus de José (Efraín y Manasés). Esto sugiere que el autor tiene en mente el reino del norte de Israel, que está basado sobre la montaña central de Israel y sus dependencias en Judá y las otras tribus. 
Segundo, que la unión de Israel y Judá es un hecho de las descripciones proféticas en la era mesiánica (Eze_37:16-22; Hos_1:11).
  
Los versículos 19 y 20 explican que en la recomposición de las posesiones geográficas saldrán beneficiados los hijos de Israel, y que la restauración de Judá incluirá una expansión de sus territorios. 
El versículo 19a dice que los israelitas del Néguev heredarán la tierra de Edom, es decir, las montañas de Esaú. El Néguev es la región desierta del sur de Judá, que fue con frecuencia el blanco de los ataques y abusos edomitas.
 En 19b dice que los israelitas del pie de las montañas (Sefela) ocuparán la costa plana conocida como la tierra de los filisteos. Sefela es la región montañosa baja al suroeste de Judá.
En 19c se declara que el Néguev y la Sefela también poseerán el antiguo territorio del reino del norte (Efraín, Samaria), así como el Néguev y la Sefela fueron parte del reino de Judá.  “y los de Benjamín poseerán Galaad”, refiriéndose al territorio al este del río Jordán que fue asignado a la media tribu de Manasés, Rubén y Gad (Núm. 32; Deu_3:8-22; Jos_13:8-32). Benjamín está lejos de Galaad y tendría que viajar a través de Samaria y Efraín para alcanzarlo, pero la declaración recuerda la especial relación del benjamita rey Saúl con Jabes de Galaad (1Sa_11:1-11). 
1 y 2 Crónicas identifican continuamente a Judá y Benjamín como las tribus que sobrevivieron a la deportación del reino del norte por Asiria y que constituyen el remanente de Israel en el período posterior. Esta declaración refleja la perspectiva del período tardío o posterior al exilio, es decir que Judá y Benjamín juntos verán la restauración de todo Israel en la tierra.

Los confines del antiguo reino davídico volverán a restaurarse: Los del Negueb, e.d., los judíos habitantes del sur de Palestina, ocuparan la montaña de Esaú, la región de Edom que se extiende al este del Araba. Los de la Sefela, e.d., la región que, paralela a la costa, se extendía desde la zona montañosa hasta la llanura costera, ocuparán el (país) de los filisteos, e.d., la parte occidental de Palestina, juntamente con la campiña de Efraím y de Samaría, es decir, la parte central de Palestina; y los de Benjamín, tribu al norte de Jerusalén, ocuparán la parte de Galaad, en el nordeste de Transjordania. El profeta, pues, acaba de anunciar que los israelitas, dispersos en la tierra de Palestina, ensancharán sus fronteras hasta volver a reconstruir el imperio de los tiempos de David y de Salomón.
A continuación su mirada se dirige a los de la Diáspora, exilados en las más lejanas naciones. Parte de ellos ocuparán la región de los cananeos hasta Sarepta parte septentrional de Palestina, colindante con Fenicia. Y otra parte procedente de Sefarad ocupará el Mediodía, o sur de Palestina. ¿Qué localidad es esta de Sefarad?
Los LXX traducen Efrata, lo que no hace sentido.
La Vg, Bosforo. San Jerónimo nos dice que un judío le dijo que era la región donde Adriano había deportado a muchos judíos. 
En el Siríaco, el Targum y en la literatura rabínica de la Edad Media se identificaba con España (de ahí el nombre de sefarditas dado a los judíos de procedencia hispánica, en contraposición a los askenazim del centro de Europa).
Algunos autores han creído identificar Sefarad con la Shaparda (en el Asia Menor: Sardis?) de las inscripciones persas y aun con Esparta. Generalmente se cree hoy día que Sefarad designa una localidad mesopotámica, que pudiera ser la Shaparda de las inscripciones cuneiformes del tiempo de Sargón, que se hallaba al sudoeste de Media, cerca de Babilonia. Desde luego, la mención de los cautivos de Jerusalén parece favorecer esta opinión, ya que sabemos que los habitantes de Jerusalén fueron llevados en cautividad a Mesopotamia por Nabucodonosor
Abdías llevó el mensaje de Dios acerca del castigo de Edom. Dios estaba molesto tanto por su rebelión interna como por la externa. 

La gente de la actualidad se parece mucho a la de los tiempos de Abdías. Vemos la arrogancia, la envidia y la falsedad y nos preguntamos cuándo terminará todo esto. A pesar de los efectos del pecado, sin embargo, Dios tiene el control. Cuando enfrente luchas, no se desespere, ni renuncie a toda esperanza. Sepa que cuando todo esté dicho y hecho, el Señor seguirá siendo el Rey, y la confianza que usted deposite en El no será en vano.

  Es la hora de Yahvé, que inaugura su reinado universal sobre los pueblos, con Jerusalén como capital. El pueblo judío será el primogénito entre todos los de la tierra, quedando así compensado de todas sus aflicciones pasadas.
Edom es un ejemplo de todas las naciones que son hostiles con Dios. Nada puede romper la promesa de Dios de proteger a su pueblo de la destrucción total. En el libro de Abdías vemos cuatro aspectos del mensaje de Dios acerca del juicio:
 (1) el mal ciertamente será castigado
 (2) los que son fieles a Dios tienen la esperanza de un nuevo futuro
(3) Dios es soberano en la historia de la humanidad
(4) el propósito final de Dios es establecer su reino eternal. 
Los edomitas habían sido crueles con el pueblo de Dios. Eran arrogantes y soberbios, y se aprovechaban de las desgracias ajenas. 

Cualquier nación que maltrate a las personas que obedecen a Dios será castigada, a pesar de lo invencible que parezca. De manera similar nosotros, como individuos, no debemos permitir sentirnos tan "cómodos" con nuestra riqueza o seguridad que no podamos ayudar al pueblo de Dios en necesidad. Esto es pecado. Y debido a que Dios es justo, las personas que siembran pecado cosecharán castigo.

   Sobre la localización de Sefarad véase la revista Sefarad (1944) 349S, y Shrader, Die Keilinschriften und das Alte Testament 2.a ed. (1883) p.446s. - 14 Cf. Jue_3:9.15.


No hay comentarios:

Publicar un comentario