Isaías 47;
13-14
Estás fatigada por los muchos
consejos; que se levanten ahora los que contemplan los cielos, los que
profetizan por medio de las estrellas, los que pronostican cada luna nueva, y
te salven de lo que vendrá sobre ti.
He aquí, ellos se han vuelto como rastrojo, el fuego los quema; no
librarán sus vidas del poder de la llama. No habrá brasas para calentarse, ni lumbre ante la cual sentarse.
Tengamos cuidado de actuar y hablar como Babilonia hizo; de confiar en
la tiranía y la opresión; de jactarnos de nuestras habilidades, de apoyarnos en
nosotros mismos y de atribuir éxito a nuestra propia prudencia y sabiduría; no
sea que participemos de sus plagas. Los que están en la cumbre de su
prosperidad son buenos para imaginar que están fuera del alcance de la adversidad.
También es corriente que los pecadores piensen que estarán a salvo, porque
piensan que son secretos en sus malos caminos. Pero su seguridad será la ruina
de ellos.
Saquemos de pasajes como los anteriores, las lecciones de humildad y
confianza en Dios que transmiten. Si creemos la Palabra de Dios, podemos saber
cómo será con los justos y los impíos para toda la eternidad. Podemos aprender
a escapar de la ira venidera, glorificar a Dios, tener paz a través de la vida,
esperanza en la muerte y felicidad eterna. Entonces, permanezcamos lejos de
todos los engaños.
El pueblo babilonio buscó el consejo y la ayuda de astrólogos y
astrónomos. Pero al igual que los ídolos de madera y oro, ni siquiera se
pudieron salvar ellos mismos de lo que vendría de la mano de Dios. ¿Por qué
depender de quienes no tienen poder? Los incapaces no pueden ayudarnos. Si
usted desea ayuda, búsquela en Dios, quien ha probado su poder en la creación y
en la historia.
Es el destino que le corresponde a Babilonia: no puede haber misericordia,
pues jamás mostró misericordia (Stg. 2:13). Pero la descripción no está exenta
de lástima. Somos testigos del triunfo de la justicia pero al mismo tiempo de
la tragedia del pecador. Polvo, trabajo, desnudez, vergüenza, silencio,
tinieblas son símbolos de condenación que se suman a la amargura ante el fugaz
resplandor de su arrogante ufanía, que se apagará para siempre . Se nos hace
carne la congoja de su corazón al fracasar los recursos en los que confía (los encantamientos, hechicerías y horóscopos,
que los antiguos aliados prudentemente se retiran cada
uno … por su lado como que eran amigos solamente para los tiempos de
bonanza.
Se presenta a Babilonia nerviosa,
consultando a los observadores de fuerzas ocultas, y desilusionada con sus
respuestas: cansada de tanto consultar.
Todos los adivinos que consultan el curso de los cielos no podrán hacer nada
para salvarla. Los que dividen los
cielos, los astrólogos, que parcelan el cielo para localizar sus
observaciones, serán tan impotentes como los que hacen la cuenta de los meses o novilunios en los calendarios
mensuales, con señalamiento de días de desastre y de bonanza relacionados con
determinados hechos de los hombres: de
lo que ha de venir sobre ti . En realidad, todos estos magos y adivinos
son tan impotentes como briznas de
paja ante el fuego huracanado de la invasión y devastación, y si son
impotentes para salvar sus vidas ¿cuánto
más para ir en auxilio de otros? En realidad, el fuego de la invasión será tan
devastador, que no servirá para calentarse,
sino para abrasarse en sus llamas
¡Maranata! ¡Ven pronto mi Señor Jesús!
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