Efesios 1; 7
En
él (Jesús) tenemos redención por medio de su sangre, el perdón de nuestras
transgresiones, según las riquezas de su gracia
Pablo dice que
Dios ha libertado a los hombres de una situación de la que ellos no se habrían
podido nunca libertar a sí mismos. Precisamente eso es a lo que Cristo ha hecho
por nosotros. Cuando Cristo vino a este mundo, la humanidad estaba agobiada por
el sentimiento de su propia impotencia. Sabía que estaba viviendo una vida
totalmente desquiciada; y también que era impotente para hacer ninguna otra
cosa.
Fue precisamente
esa liberación la que trajo Jesucristo; y sigue siendo verdad que Él puede
liberar a las personas de la esclavitud a las cosas que las atraen y las
repelen al mismo tiempo, de la que no se pueden librar a sí mismas. Para
decirlo más sencillamente: Jesús todavía puede hacer que los malos se hagan buenos.
La sangre es la vida" (Deu_12:23); Cristo dio su vida (Jn_10:15). El vio al hombre bajo la esclavitud de
Satanás y estaba dispuesto a sufrir, derramar su sangre (morir), para
redimirnos o rescatarnos de esa esclavitud. El hombre aprovecha este rescate al
creer en Cristo y aceptar las condiciones o requisitos revelados por la divina
voluntad, obedeciendo al evangelio (Mar_16:16; Hch_2:38).
Solamente los creyentes obedientes son los beneficiados por este gran
sacrificio de Cristo (Heb_5:8-9). Solamente los
que están "en Cristo" son los redimidos (comprados) o rescatados.
El cántico de los 144,000 es el cántico
de los redimidos. Dice Apo_14:3 que "nadie
podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron
redimidos de entre los de la tierra". Los 144,000 son los redimidos.
Los no redimidos no pueden cantar el cántico de la redención.
Juan 8; 31-32
Por tanto, Jesús decía a los judíos que habían creído en él: —Si
vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
y conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres.
La
Palabra de Dios es alimento que tenemos que seguir recibiendo mediante la
constante lectura y meditación. Hay libros que son para leer una sola vez, pero
la Biblia no es de esa clase de libros. "Los de sobre la piedra son los
que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces;
creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan" (Luc_8:13). El creer de algunos tenía que ser probado.
¿Cómo se puede saber si la fe es una mera profesión o si es genuina y
salvadora? El verdadero discipulado requiere que permanezcamos en su
palabra (su doctrina). El término permanecer es una palabra clave en los
escritos de Juan: 15:1-8; 1Jn_2:24; 1Jn_2:28; 1Jn_3:24;
1Jn_4:16; no indica simplemente una profesión de fe y los otros actos
iniciales de obediencia, sino una vida entregada al Señor.
Frecuentemente hablamos del plan de salvación (oír, creer, arrepentirse,
confesar que Cristo es el Hijo de Dios, y bautizarse) pero es urgente que
siempre enfaticemos la importancia de permanecer en su palabra. Dice Hch_2:42 que los nuevos conversos perseveraban
en la doctrina de los apóstoles. Dice Pablo, "arraigados y sobreedificados
en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en
acciones de gracias" (Col_2:7). "Pero
nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen
fe para preservación del alma" (Heb_10:39)
¡Maranata!¡Ven pronto
mi Señor Jesús!
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