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Tesalonicenses 1; 10
y
para esperar de los cielos a su Hijo, a quien resucitó de entre los muertos, a
Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
Estas palabras bien
describen la vida de los fieles: se han convertido de sus pecados (ídolos,
vicios, etc.) para servir al Dios vivo y verdadero y para esperar
de los cielos a su Hijo. Su vida muestra que están esperando al Señor. Viven
como hijos de luz . Cuando esperamos a un visitante importante, hacemos todos
los preparativos necesarios.
A quien resucitó de los muertos, a Jesús
(este es el punto clave de la predicación de los apóstoles; así predicó Pablo
en Antioquía de Pisidia, Hch13:23_; Hch_13:30, y
en Atenas, Hch_17:31, “lo que llevó a los
atenienses a burlarse de él y a dejarlo … Pero Pablo no cambió sus creencias ni
su predicación debido a la conducta de los atenienses”.
Quien nos libra
de la ira venidera. -- ¿De qué nos salva Jesús? De
la ira venidera ( Rom_1:18; Rom_1:28; Rom_1:32; Rom_2:8-9;
Efe_2:3; Efe_5:6; Col_3:6; 2Ts_1:7-9; Mat_3:7). Pero si no aprovechamos
la salvación de Cristo, la ira todavía nos está esperando. La ira de Dios
indica lo que El piensa del pecado. En la segunda carta (2Ts_1:5-9) Pablo afirma que es justo el castigo de los
que no obedecen al evangelio.
Algunos de los tesalonicenses eran
gentiles, que se convirtieron de los
ídolos a Dios. Los tesalonicenses
servían a Dios y esperaban la venida de Cristo. El cristiano ha
sido llamado a servir en el mundo y a esperar la gloria. El servicio leal y la
paciente espera eran los preludios necesarios para la gloria del Cielo.
Hay
algo arrollador en la valentía del Cristianismo primitivo. Cuando la prudencia
más elemental habría sugerido una manera de vivir que pasara inadvertida y así evitar
el peligro y la persecución, los cristianos proclamaban abiertamente su fe.
Nunca tenían miedo de confesar a Quién pertenecían y servían.
Que distinto al proceder hoy en día, de
la mayoría que se dicen cristianos pero con sus vidas evidencian una fe light,
camuflándose como camaleones en el medio que les rodea para pasar
desapercibidos. ¿Será eso cristianismo? ¿Acaso estarás preparado para Su
segunda venida?
A
través de este libro Pablo enfatizó la Segunda Venida de Cristo. Debido a que
la iglesia de Tesalónica estaba siendo perseguida, Pablo la anima a mirar hacia
adelante, a la liberación que Cristo traerá. Una esperanza del creyente se
halla en la venida de Jesús, nuestro gran Dios y Salvador (Tit_2:13). Nuestra perspectiva de la vida permanece
incompleta sin esta esperanza. Tal como Cristo resucitó de la muerte y ascendió
a los cielos, El volverá (Hch_1:11).
Marcos 5; 36
Pero
Jesús, sin hacer caso a esta palabra que se decía, dijo al principal de la
sinagoga: —No temas; sólo cree.
Las palabras de los mensajeros de la casa
de Jairo le trajeron tristeza. Pero Jesús los ignora y responde con palabras de
consuelo. Dios es amor (1Jn_4:8).
En lugar de “luego que oyó”, varias
versiones buenas se expresan más o menos así: “no haciendo caso” de lo que decían
. A Dios no le falta poder, ¡ni sobre la muerte! Las noticias de esos medio
creyentes, que implicaban que ahora nada se podía hacer, no presentaban ningún
problema para el que es la Vida misma (Jn_14:6; 1Jn_1:1-2).
Jairo había sido testigo del milagro
que Jesús hizo a favor de la mujer con el flujo de sangre. Acaba de oír las
noticias acerca de la muerte de su hija. Ahora que se le manda solamente creer,
esto implica que él crea que Jesús tiene poder aun sobre la muerte. El poder
milagroso de Dios no se limita a problemas físicos de esta vida.
¿Por qué “solamente creer”? Jairo no
había visto casos de levantamientos de muertos; no sabía cómo podría Jesús
ayudarle en este caso, ya que su hija acabó de morir. Pero tiene que tener fe
en Jesús. Dado que no puede hacer otra cosa, ni otra cosa le es necesaria, se
le manda que “solamente crea”. Nuestra fe en Dios no debe estar limitada por la
muerte.
Jesús
prometió a Jairo que su hija sería sanada con tal que él creyera (Luc_8:50).
La fe de Jairo no fue pasiva (fe sola),
sino activa. Había dejado su hija enferma para buscar a Jesús. Le encontró y se
postró a sus pies para adorarle. Le rogó mucho que Jesús fuera a sanar a su
hija. Pero ya no pudo hacer más, excepto ahora solamente seguir creyendo (dice
el texto griego), y, ¡lo hizo! Como si Jesús dijera: “sólo sigue creyendo”. No
se le mandó a Jairo hacer algo solo, sino que ¡solamente siguiera haciendo lo
que ya hacía!
La crisis de Jairo lo hizo sentirse
confundido, temeroso y sin esperanza. Las palabras que Jesús le dijo en medio
de la crisis nos hablan también a nosotros: "No temas. Cree
solamente". En las palabras de Jesús había esperanza y promesa.
La próxima vez
que te sientas como Jairo, trata de ver
tus problemas desde el punto de vista de Jesús. Él es la fuente de toda
esperanza y promesa.
Isaías 8; 12
"No llaméis conspiración a todo lo que
este pueblo llama conspiración. No temáis lo que ellos temen, ni os
aterroricéis
Dios le asegura a Isaías que él se halla en
medio de estos acontecimientos, a pesar de que un enemigo de Israel está siendo
usado para juzgar a su pueblo. Ello le pareció al pueblo una conspiración; de hecho, se trataba de
un plan de Jehová de los ejércitos. Isaías se refiere a los que apoyaban la
política asiria; y éstos acusaban de conspiración a los que apoyaban a Siria y
a Efraín. Y el profeta, sin identificarse ni con los unos ni con los otros, se
dirige a sus discípulos para exhortarles a permanecer firmes en la posición
profética que proclama que Jehová Dios de Israel tiene la primera y la última
palabra con respecto a los acontecimientos de la historia universal: “¡A
Jehová de los Ejércitos, a él tratad como santo! Y si él es vuestro temor, y si
él es vuestro temblor, entonces él será vuestro santuario“ (vv. 13, 14a).
Aquí santuario significa “refugio seguro” (1 Rey 1:50; 1Rey_2:28).
El profeta desafía a los enemigos de los
judíos. Sus esfuerzos serán vanos y ellos mismos serán despedazados. Nos
concierne en épocas de problemas vigilar todos los temores que nos llevan por
rumbos torcidos en pos de nuestra propia seguridad. El temor de Dios del
creyente preserva del inquietante temor al hombre. Si pensamos rectamente en la
grandeza y la gloria de Dios, veremos restringido todo el poder de nuestros
enemigos. El Señor, que será Santuario para quienes confían en Él, será la Roca
de tropiezo y Roca de escándalo para quienes hacen de la criatura su temor y
esperanza. Si las cosas de Dios para nosotros son ofensa, nos desharán. El
apóstol cita esto a todos los que persisten en no creer el evangelio de Cristo,
1 Pedro 2, 8. El Emanuel crucificado, que fue y
es piedra de tropiezo y Roca de escándalo para los judíos incrédulos, no lo es
menos para los miles que son llamados cristianos. La predicación de la cruz es
locura según su criterio; sus doctrinas y preceptos los ofenden.
¡Maranata!¡Ven pronto mi
Señor Jesús!
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