Job 14; 1-2
El hombre, nacido de mujer, es corto de días y lleno de
tensiones.
Brota como una flor y se
marchita; huye como una sombra y no se detiene.
La
vida del hombre es efímera y llena de miserias. Nacido de un ser frágil, la mujer,
tiene contados los días de su existencia, y éstos están amasados en lágrimas e
inquietudes. La vida es breve y está
llena de problemas, Job se lamenta en sus declaraciones finales. La enfermedad,
la soledad, la desilusión y la muerte hicieron que Job dijera que la vida no
era justa. Aun en su pesimismo, Job
tenía la esperanza de la resurrección de los muertos. Si esto fuera cierto,
entonces Job había entendido la única verdad que pondría su sufrimiento en
perspectiva. La solución de Dios para los creyentes que viven en un mundo
injusto es garantizarles vivir con Él para siempre. No importa cuán injusto
parezca su mundo presente, Dios le ofrece la esperanza de estar en su presencia
por toda la eternidad. ¿Has aceptado esta oferta?
Salmo 90; 12
Enséñanos a contar nuestros días, de tal manera que traigamos al
corazón sabiduría.
Percatarnos de que la vida es corta nos
ayuda a utilizar el poco tiempo que tenemos de una manera sabia. Nos ayuda a
centrarnos en usar la vida para un bien eterno. Dedique tiempo para contar sus
días al preguntar: "¿Qué quiero que suceda en mi vida antes de morir? ¿Qué
pequeño paso puedo dar hoy hacia ese propósito?"
Pero muy pocos han aprendido a “contar sus
días”, y no se dan cuenta de lo efímero de su vida. Hoy pueden medir la
distancia al sol y la luna y a las estrellas y la cantidad exacta de tiempo
para que la luz llegue de ellas, pero no han aprendido a contar sus propios días.
Aun si son literales las cifras de larga vida de los prediluvianos, ninguno
vivió por mil años, que para Dios no es más significante que un día. Solamente
Dios puede dar la sabiduría para contar, o evaluar, o juzgar, nuestros
días; sólo Dios puede hacernos entender la realidad (Efe_5:16; Col_4:5).
Todo
esto debe llevarnos al temor de Dios que es el principio de la sabiduría.
¡Maranata!¡Ven pronto
mi Señor Jesús!
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