} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 11 Julio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

miércoles, 11 de julio de 2018

11 Julio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



 Romanos 5; 8
Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

El amor de Dios por el mundo es contrastado con el amor nuestro, el uno por el otro. Si es raro que alguno muera por un justo o un bueno, y si Cristo murió por los malos, de veras la muerte de Cristo muestra el grande amor de Dios. No hay amor (entre los hombres) como éste.
¿No es grande el amor del que muere por sus propios enemigos que no son más que pecadores?
Siendo aún pecadores son palabras maravillosas. Dios envió a Jesucristo para que muriera por nosotros, no porque seamos buenos, sino porque nos ama. Cuando no se sienta seguro del amor de Dios, recuerde: si Él lo amó cuando usted aún era rebelde, puede sin duda fortalecerlo ahora que le corresponde.

1 Juan 4; 19
Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.

Los cristianos aman (a Dios y a los hermanos) pero esto no le obliga nada a Dios. Primero él nos amó a nosotros (Jn_3:16; Rom_5:8), y así viene siendo nuestro amor la consecuencia del amor antecedente de Dios.  El amor de Dios es la causa de nuestro amor. Poseer el amor de Dios produce confianza en él y amor por los creyentes. Aquel que conoce este amor no teme enfrentar a Dios en el juicio. Aun aquí en este mundo somos como es Cristo
El amor de Dios es la fuente de todo amor humano, y se esparce como el fuego. Al amar a sus hijos, El enciende una llama en sus corazones. Como respuesta, ellos aman a otros, los que son aceptados por el amor de Dios por medio de ellos.

1Pedro 1; 22
Habiendo purificado vuestras almas en obediencia a la verdad para un amor fraternal no fingido, amaos los unos a los otros ardientemente y de corazón puro;

La obediencia es la parte que le toca al hombre (Hch_2:40). La agencia humana se involucra en la salvación; desde luego no es la causa de la salvación. Pero si la salvación es condicional, naturalmente se tienen que cumplir esas condiciones. Esto le toca al hombre hacer.
Se tiene que obedecer a la verdad. La obediencia al error no purifica (Jn_8:32).
Entra en la purificación del hombre la agencia del Espíritu Santo. El ha revelado la verdad que tiene que ser obedecida. Cuando el hombre obedece a la verdad revelada por el Espíritu Santo, llega a ser una nueva criatura. Por eso la obra del Espíritu Santo es la de renovar (Tit_3:5).  
El amor no fingido implica una entrega desinteresada; por esa razón, una persona egoísta no puede amar de verdad. El amor de Dios y su perdón nos libra de la posibilidad de mirarnos a nosotros mismos y nos motiva a satisfacer las necesidades de los demás. Al sacrificar Cristo su vida, nos probó que en realidad nos ama. Ahora usted puede amar a los demás siguiendo su ejemplo y entregándose de un modo altruista.


¡Maranata! ¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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