} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 5 Julio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

jueves, 5 de julio de 2018

5 Julio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



 Isaías 53; 5
Pero él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados. El castigo que nos trajo paz fue sobre él, y por sus heridas fuimos nosotros sanados.

     Isaías 53 claramente enseña que la sanidad corporal está incluida en la obra expiatoria, el sufrimiento y la cruz de Cristo. Las palabras hebreas para «dolores» y «enfermedades» se refieren específicamente a la aflicción física. Esto se verifica en el hecho de que Mat_8:17 dice que este texto de Isaías se cumple ejemplarmente en los actos de sanidad que efectuó Jesús.
Además, está claro que las palabras «llevó» y «sufrió» se refieren a la obra expiatoria de Jesús, porque son las mismas que se utilizan para describir a Cristo cargado con nuestros pecados  (1Pe_2:24). Estos textos vinculan inequívocamente la base de la provisión, tanto de nuestra salvación como de nuestra sanidad, con la obra expiatoria del Calvario. Sin embargo, ninguna de estas cosas se recibe automáticamente, porque ambas deben ser alcanzadas por la fe. La obra de Cristo en la cruz las pone a nuestra disposición, y las recibimos, según sea nuestra elección, mediante un acto sencillo de fe.
¿Cómo podía una persona del Antiguo Testamento entender la idea de Cristo muriendo por nuestras culpas (rebeliones y pecados), en realidad cargando con el castigo que merecíamos? Los sacrificios sugerían esta idea, pero una cosa es matar a un cordero y otra muy distinta es pensar en el Siervo escogido de Dios ocupando el lugar del cordero. Pero Dios descorría a un costado la cortina del tiempo para permitir que la gente de la época de Isaías mirara más adelante hacia el sufrimiento del futuro Mesías y el perdón resultante que quedaría al alcance de toda la humanidad.

Romanos 4; 7
Bienaventurado el hombre a quien el Señor jamás le tomará en cuenta su pecado.

¿Qué hacemos con la culpa? El rey David cometió pecados terribles: adulterio, homicidio, mentiras, y aun así experimentó el gozo del perdón. Nosotros también podemos experimentarlo cuando:
(1) dejamos de negar nuestra culpabilidad y reconocemos que hemos pecado,
(2) reconocemos nuestra culpa ante Dios y pedimos su perdón,
y (3) desechamos la culpa y creemos que Dios nos ha perdonado. Esto puede ser difícil, sobre todo cuando el pecado ha echado raíces y se ha enraizado por años, cuando es muy serio o cuando involucra a otro. Debemos recordar que Jesús quiere y está dispuesto a perdonar todos los pecados. Si tomamos en cuenta el alto precio que El pagó en la cruz, es arrogancia pensar que algún pecado nuestro sea demasiado grande para que Él lo perdone. Aunque nuestra fe sea débil, nuestra conciencia sea sensible y los recuerdos nos atormenten, la Palabra de Dios declara que pecado confesado es pecado perdonado (1Jn_1:9).

¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!

No hay comentarios:

Publicar un comentario